La insoportable levedad del tren

27 de Mayo de 2024
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38 concentración de Monegros No Pierdas Tu Tren
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Se cumplen cuarenta años de "La insoportable levedad del ser" de Milan Kundera, ambientada en la Praga convulsa de 1968 y centrada en las inseguridades existenciales de un ser humano.

Me viene a la memoria de una avería más, la enésima, de la infraestructura de la Alta Velocidad ferroviaria que parte cada mañana de Huesca llena de incertidumbres. Aprovechando que tiene una estupenda responsable de comunicación, Raquel, Renfe se apresura a puntualizar que no se ha estropeado el tren, sino que en realidad ha sido una caída de tensión de la catenaria entre Huesca y Villanueva de Gállego. En aras de la exactitud y el rigor, perfecto. El caso es que a los pasajeros, le da igual que hayan sido galgos o podencos, tirios o troyanos, romanos o cartagineses, mientras se sostienen arracimados en los pasillos del tren, de pie y sin ninguna distancia ni covid ni de mínima seguridad.

El caso es que, mientras el ministro es el título de una canción de Simon & Garfunkel, Puente sobre aguas turbulentas, los trenes se retrasan, la infraestructura se resiente y los convoyes apenas son capaces de deslizarse por las vías por su senectud, tanto el AVE como muchas de las unidades del Regional. Y los viajeros del AVE se cabrean y disparan la hipertensión, y los de la línea Zaragoza-Monegros-Binéfar no entienden el empecinamiento, erre que erre, en no aplicar la racionalidad y tirar hasta Lérida y de allí a Barcelona, cuando apenas requiere apenas reestructuración horaria.

La insoportable levedad del tren transcurre mes tras mes, año tras año, en medio de pomposas jornadas y conferencias en las que escuchamos las bondades medioambientales de este modo de transporte, sin que a la prédica le siga la práctica. Esto ya es cuestión de ciudad, de provincia, de región... Es una verdadera tomadura de pelo, incoherente con los discursos de la Estrategia Demográfica y otras zarandajas que no son sino un negocio sobre el que otro día escribiré, el rosario de demoras brutales y servicios ineficientes que, además, penan los trabajadores de Renfe que dan la cara. Y, mientras, los enchufados en lo más alto se mantienen, mariscada tras mariscada, pletóricos de corrupción. Que puede no ser tipificable penalmente (o sí), pero sí reprobable.

"El hombre nunca puede saber qué debe querer, porque vive solo una vida y no tiene modo de compararla con sus vidas precedentes ni enmendarla en sus vidas posteriores" (La Insoportable levedad del ser, Milan Kundera). Dénnos la oportunidad de disfrutar del tren en esta vida, que de las posteriores ya se ocuparán otros.

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