Manual de instrucciones para el mandato consistorial

24 de Septiembre de 2024
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Los plenos institucionales tienen siempre sus propios códigos que sorprenden al observador ingenuo e instigan al conocimiento al que procura ir por la vida con ojo avizor. Requieren, incluso, de experiencia para diferenciar entre lo importante y lo prescindible, para dimensionar entre lo que parece y lo que es. Recuerdo una de mis primeras sesiones, en la Diputación, allí por diciembre de 1985, y la sentencia de un veterano cuando no se tasaban los tiempos: "No te fíes de la longitud de los debates, a veces los más largos son chorradas", me dijo José Luis. Fue una buena sentencia que intenté aplicar. Entonces era muy joven. Con los años, aprendí que a esto se le llama criterio.

Los plenos del Ayuntamiento de Huesca despliegan, en torno a una 'fauna política' peculiar, un cuerpo oratorio verdaderamente tedioso que empieza por un reglamento que favorece el filibusterismo dialéctico a golpe de cansancio del rival. Consiste, en la búsqueda del abatimiento, en la presentación de multitud de mociones y proposiciones de interés escaso y verborrea larga. Primero cinco minutos de presentación del asunto, luego dos de réplica por grupo y luego tres para que remate el proponente y los habituales rifirrafes, que dicho sea de paso es de lo que saca del sopor a golpe de zascas. Si preguntan, en dos horas y media, qué tiempo es realmente útil, me inclinaría por unos porcentajes inferiores a la posesión del balón tipo de la Sociedad Deportiva Huesca.

El debate en torno a las retribuciones a la alcaldesa y a los concejales liberados, más la pretensión de incorporar a más, deja algunas conclusiones que someto, amigo lector, a tu consideración para que estés de acuerdo o rabies contra ellas.

1.- La estética y la ética. La subida del sueldo es, en porcentaje, estridente, dicho en román paladino. Un 22 %, sin explicaciones, parece mucho. Cuando se contextualiza con la cobra de la oposición, ahora sí, ahora no, se introducen otros elementos como el cumplimiento de la palabra y de los compromisos. Y también, por qué no, el cambio de clima que se ha enrarecido por palabras, discursos y denuncias en los que todos tienen la legitimidad de la interpretación.

2.- La memoria. Siempre es buena porque también otorga contexto. Si es cierto -no lo recuerdo, sinceramente- como ha asegurado el teniente de alcalde que el anterior primer edil se alzó la nómina de 35.000 a 50.000 euros anuales, el índice es de un 42 %, y fue por unanimidad. Quiere decir que o los populares tenían el colmillo opositor más limado o que la aludida cobra representa una falta a la palabra, que en política debiera ser punible... aunque no lo sea.

3.- Las relaciones personales. Sobre el sentido de ciudad, en este primer año un poco largo de mandato se están sustanciando unas incompatibilidades que están definiendo los debates. La cantidad de estopa insana que le ha dado VOX a Laborda se ha extendido con la denominación del PSOE como "concejal tránsfuga", haciendo, por cierto, seguidismo de la definición de la formación verde hacia el edil que todavía tiene pendiente algún pleito con su expartido. Así las cosas, en una votación como la de hoy concurren desde los contradicciones del concejal Cacho que quiere dedicación parcial al 97,5 % pero aplaude en redes la decisión de votar en contra hasta las evidentes fobias de Laborda hacia sus excompañeros, que obviamente es mutua, y también por lo que ha dicho Oliván las ganas de Magán de llevarse su "media nómina". Todo muy edificante.

4.- Extraños compañeros de cama. En un año ha cambiado tanto el panorama, quizás porque identifiquen el enemigo común en el "todo contra Orduna", que es obvio que el tono entre PSOE y VOX ha variado tanto que incluso han llegado a reconocer en sesiones precedentes que tomaban cafelitos... y eso. Hoy con motivo de algunas mociones voxistas, se ha apreciado que, efectivamente, ya no son para los socialistas el demonio de la extrema derecha que se aliaba con la derecha extrema. Esto no es interpretación, es observación. Ni quito ni pongo.

5.- Extrarradios o periferias. Llámenle como quieran, pero que el sanchismo de Huesca abre fuego por tierra, mar y aire es una evidencia (sean populares, sea Lambán), y que su tacticismo es capaz de voltear compromisos municipales previos resulta tan evidente como su facilidad para ser susanista con un acto de homenaje en Tierz y tras la votación de primarias en apenas unas horas pasar al sanchismo de Sánchez de toda la vida. Otra cuestión es que Silvia Salazar, voz habitualmente sensata y hoy no escuchada en el pleno, esté enfadada por lo del Jai Alai. Por cierto, lo de la Alegría Laurentina utilizada por ediles constituye otra singularidad periférica.

6.- La reflexión. Es muy difícil en medio de exabruptos continuos, pero en el fondo de la cuestión hay que analizar con seriedad y profundidad cuestiones como la retribución de los concejales y particularmente de Alcaldía. Porque he editorializado en sentido contrario y porque yo apoyaba al alcalde Elboj en este sentido, diré que quiero un primer edil que no piense en cómo llegar a fin de mes, sino que esté dedicado de lleno a gestionar la ciudad sin otras distracciones. La coherencia dice que un alcalde de una ciudad de 54.000 habitantes ha de tener una dignidad en la contraprestación al sacrificio que representa lo que nadie tenemos narices de hacer: asumir tan altísima responsabilidad. Y la proporcionalidad que reza que es un sinsentido que la primera figura perciba 50.000 y los gregarios 45.000. Así no se hace una escuadra seria.

7.- Combatir la mediocracia. Aprovecho el término de Alain Deneault para recordar la ley de incompatibilidades de 1986, cuando la imposibilidad práctica de empresarios (fue dolorosa la marcha de José Antonio Segurado, un portento de la economía) y buenos profesionales de ingresar en política ha dejado un reguero de indocumentados (sic, apenas saben leer un documento muchos), de mediocres al timón de los barcos territoriales que no soñarían en su actividad privada con una mínima parte de lo que cobran. Y, como la folclórica, entonces por la pasta... ¡matan! Pensemos qué tipo de dirigentes queremos, lo cual no implica clasismo, sino búsqueda de la ilustración. Recientemente, hablaba de un agricultor de Lalueza que fue alcalde y era una maravilla intelectual, como el minero Sánchez Sáez o tantos y tantos paradigmas que revolotean por mi cabeza.

8.- Entender la libertad de expresión y de información. Cuando no hay argumentos, se combate la publicación de un documento oficial hablando de medios independientes y otros "que no lo son". Paradójica definición entre los paniaguados y los que se atreven a romper las reglas de la sumisión publicando informaciones que implican diestra y siniestra, pero sobre todo una concepcióin deontológica de este bonito oficio que es el periodismo, en el que hay que saber que cada medio tiene una línea editorial, legítima, que, en buen ejercicio, ni se compra ni se vende. Cuando quiera el edil, debatimos sobre planes de medios. Y si hace falta en público. Intimidaciones, las justas.

9.- Cambiar el foco con luces largas. El mandato tiene que cambiar. Están sucediendo demasiados desmanes y desencuentros por una incapacidad de entendimiento que roza la violencia verbal, cuando no la traspasa. Obsesiones que hay que aparcar. Colectivos y empresas agredidas. La ley hay que cumplirla en su cuerpo y en su espíritu, pero no se puede utilizar burdamente para lanzar sospechas sin fundamento.

10.- A trabajar. Con fotos o sin fotos, con instagram o con X, pisando mucha calle, al final los ciudadanos, como siempre decía Enrique Sánchez Carrasco, premian o castigan en función de la laboriosidad, de la honradez y de la capacidad de transformar la ciudad. Poner palos de ensoñaciones en las ruedas de la realidad no hace sino dificultar el avance, porque se precisa una lectura sensata de la realidad para avanzar. No podemos pretender estar diez escalones por encima de lo que estamos porque, en ese caso, nunca los alcanzaremos. Ambiciones, muchas, pero con ruta, con estrategia, pensando en grande y mirando alto.

Y, porque este runrún me llevaba recorriendo toda la jornada, me quedo más ancho que largo y me voy a cenar. Que aprovechen y digieran bien este manual de instrucciones, que se extenderá -ojalá no- tres años más.

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