La sociedad prevaricadora

29 de Junio de 2024
Guardar
Acto del Homenaje a las Víctimas del Terrorismo
Acto del Homenaje a las Víctimas del Terrorismo

Fanatismo

Aniquilación

Negación

 

Holocausto

Exterminio

Masacre

Extorsión

Negligencia

Discriminación

Infamia

Killer

 

Exclusión

Guerra

Usurpación

Necedad

Asesinatos

El crucigrama de nuestra realidad nos conduce al acróstico de las iniciales de las palabras que, unidas las primeras letras de cada término, reza Fan Hemendik Eguna, el Día de que se vayan de aquí.

No, no es antes de 2010, cuando los cronistas del ventajismo sitúan el último atentado mortal de ETA ese infausto 16 de marzo, como infaustos fueron durante décadas cualesquiera de los días del año.

Es de este mismo fin de semana, de Oñate y unas cuantas Oñates en el País Vasco. Es una cacería simulada, reminiscencias de cacerías reales y Dios no lo quiera que preludio de futuras aniquilaciones. Niños de cuatro o cinco años disparan con pistolas todavía de juguete a guiñapos uniformados con el salvífico atuendo de la Guardia Civil.

Día de que Se Vayan de aquí. Fan Hemendik Eguna. Alde Hemendik Eguna. Una lilmpieza ética como tantas que ha habido

Definitivamente, con el silencio, con la devaluación de la responsabilidad, estamos contribuyendo a configurar una sociedad éticamente prevaricadora. Soy consciente de que la expresión choca sobre nuestras mentes con virulencia, pero la verdad, la moral y la defensa de los valores de la paz, la no violencia y la libertad no admite tibiezas. Exige radicalidad. Dentro de España, en 2024, se siguen sucediendo impunemente hechos que atentan contra el Estado de Derecho mientras aliviamos la irresponsabilidad de la convivencia irreflexiva con atajos y desvíos. Conocemos el delito, pero lo aminoramos o lo callamos y así mal ejercemos nuestra naturaleza de ciudadanos: una prevaricación por pasiva. Y, mientras, los artífices de Fan Hemendik Eguna, que son los mismos que estuvieron detrás de los gatillos, invaden las tribunas parlamentarias en la más insoportable muestra de cinismo que ha admitido este país, esta patria.

El presente, que no el pasado, es el que nos concita en este Día de las Víctimas del Terrorismo que hemos celebrado el día 27. De esas familias heroínas que perdieron o vieron amputadas las existencias de los héroes que, como expresaba ese gran vasco que fue Chillida, supieron poner el nivel de dignidad por encima del miedo, aunque pagaran en ese servicio eterno con la separación abrupta de los suyos. A manos de cobardes, de seres execrables, con el silencio cómplice de tantos pusilánimes que lavan sus conciencias con jabón que recubre la sangre.

Este acto de Huesca, manos blancas sobre manos blancas, es un tributo y una afirmación. Un homenaje a quienes dieron la vida por España y por los demás. Una afirmación de la dignidad que no reconoce componendas. Una afirmación de la memoria indeleble. Una afirmación de la justicia, de la ejercida y de la pendiente, porque el tránsito de la sociedad prevaricadora a la cumplidora demanda honradez intelectual e integridad ética. Sin ellas, la comunidad se desmorona y los enemigos, en forma de ratas metafóricas, se filtran por los poros putrefactos en busca de la destrucción. Existe un antídoto definitivo y trinitario: Memoria, Dignidad y Justicia. Y ese es el sentido que nos congrega, el que guía este acto de homenaje a las víctimas y el que nos compromete con la verdad y con España. La España que son ellas, lo mejor de esta sociedad: las víctimas del terrorismo.

Suscríbete a Diario de Huesca
Suscríbete a Diario de Huesca
Apoya el periodismo independiente de tu provincia, suscríbete al Club del amigo militante