Amnistía Internacional

El conflicto de Gaza, cumpleaños sangriento

06 de Octubre de 2024
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El 7 de octubre de 2023 Hamás y otras organizaciones armadas lanzaron un ataque sorpresa contra Israel. En la operación murieron 1.200 personas y se capturaron 240 rehenes. La reacción Israelita fue inmediata y dio lugar a un estado de guerra que se ha prolongado a lo largo de más de un año. En este periodo, se ha bombardeado toda la franja de Gaza, se han destruido las infraestructuras básicas de agua, electricidad, servicios sanitarios, etc. y, sobre todo, han muerto alrededor de 42 000 personas palestinas, de las que casi 11.000 son menores.

Como es sabido, el conflicto entre Israel y Palestina no comenzó el citado 7 de octubre. Tiene una larga y triste trayectoria histórica, jalonada por brotes de violencia extrema que en esta ocasión han llegado demasiado lejos. En realidad, hace 57 años que Israel inició una ocupación ilegal del territorio palestino y puso en marcha una incesante espiral de conflictos. Esta situación fue calificada por la ONU de Apartheid, ya que en este tiempo los derechos de la población palestina de los territorios ocupados siempre han estado por debajo de los privilegios de los colonos israelíes.

Antes de seguir, es necesario condenar sin paliativos el ataque de Hamás, con su secuela de víctimas mortales y de rehenes, de los que un centenar todavía siguen privados de libertad.

Pero nada puede justificar la desproporcionada reacción israelí. Se ha generado muerte y destrucción, se ha vulnerado el derecho internacional al atacar de manera indiscriminada a la población civil. Han muerto miles de personas y se ha forzado el desplazamiento de la práctica totalidad de los habitantes de Gaza. Se ha impedido la acción de las organizaciones humanitarias en la zona, incluso matando a miembros de estas entidades.  Se ha obstaculizado el acceso de los medios de comunicación a los lugares en conflicto, se han cerrado delegaciones de alguno de estos medios… A estas alturas ya se puede afirmar que han muerto en el conflicto más periodistas que en cualquier otra guerra reciente.

Por si todo esto no fuera suficiente, en los últimos días Israel ha protagonizado una escalada bélica en la que ha involucrado a otros países. Con la excusa de responder supuestos ataques de la organización Hezbolá, El ejército israelí atacó Líbano, país de origen y sede de esta organización. En el contexto de este ataque Israel confirmó que había acabado con la vida del líder de Hezbolá, Hasan Nasrallah. Al mismo tiempo puso en marcha una operación que hizo estallar buscas y otros dispositivos móviles de miembros de la organización y   personas afines. La invasión del territorio libanés ha causado centenares de muertes y miles de desplazamientos.  Incluso se está acusando a Israel de utilizar bombas de fósforo blanco, terminantemente prohibidas por la Convención de Ginebra.

Tanto esta invasión como las explosiones de los buscas, que han causado daños no controlados entre la población civil, se consideran incompatibles con los tratados internacionales relativos a los conflictos armados. Un número creciente de países se han unido a la petición inicial de Sudáfrica y han denunciado ante la Corte Internacional de Justicia al Estado de Israel, acusándolo de genocida. Este organismo ha instado a Israel a detener su ofensiva militar si no quiere incurrir en el delito de genocidio, pero esto no parece preocupar a las autoridades Israelitas. Lo que sí es evidente es que las reacciones de los países agredidos y las de sus aliados van a aumentar la tensión internacional a niveles insostenibles.  En este sentido, Irán, que apoya a Hezbolá, decidió responder a la invasión del Líbano con el lanzamiento de cientos de misiles contra territorio israelí.

Ante estas circunstancias Amnistía Internacional reitera la exigencia de un alto el fuego inmediato que termine con la insoportable sangría de vidas humanas. Mientras llega este momento es necesario actuar:

  • Se debe exigir a los países, España entre ellos, que se asegure un embargo efectivo a la venta de armas a Israel y que se impida que las que ya están en camino lleguen a su destino.
  • Se debe garantizar que las organizaciones humanitarias puedan llegar a los escenarios del conflicto para asegurar en lo posible las necesidades vitales de las personas afectadas por la guerra.
  • Se deben investigar todas las actuaciones que se están produciendo en el contexto de esta escalada bélica de manera que, si se demuestra que han sido contrarias a las convenciones internacionales, se juzgue a las personas y/o estados responsables por crímenes de guerra. 

 

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