Cristóbal Colón, el documental, el obispo Juan de Aragón y Huesca

20 de Octubre de 2024

El documental emitido por TVE española el sábado día 12 dice lo que dice y, tratándose de un largo y minucioso estudio científico, lo mejor que uno puede hacer es callarse, no sin evidente sensación de frustración. Pero el  remate final de este documental no pasa de ser una hipótesis más.

De todo él lo único que queda claro es que Cristobal Colón no era genovés. Algo es algo. Con  decepción de los investigares dejan claro que Colón no era un Trastámara, y explican la misteriosa y muy difícil penetración de Colón en la corte, por la mediación y protección de otros judíos conversos que se movían en el entorno de los reyes Isabel y Fernando. En ese juego, afirman que desempeñó un papel importante la familia Santángel de la que también había una familia conversa en Huesca. En ningún caso estoy dejando entrever que esta familia oscense tuviera algo que ver con el descubrimiento del Nuevo Mundo.

Hace tres años apareció por la Catedral de Huesca el investigador albaceteño radicado en el Vendrell Pedro Cuesta Escudero, promotor de la hipótesis de que Colón era mallorquín, hijo bastardo del Príncipe de Viana del que también lo era el gran obispo Juan de Aragón, uno de los más grandes prelados que ha tenido Huesca.

Este investigador pretendía conseguir ADN del obispo Juan de Aragón que según su hipótesis muy sólida  era hermano de Cristóbal Colón. Este obispo  con mucha probabilidad está enterrado en el presbiterio de la Catedral de Huesca, bajo una solera de veinte centímetros colocada en la restauración de 1969. Tal como suele suceder con quien quiere aparentar y no permite que alguien se lo impida el Delegado de Patrimonio de la Diócesis se opuso incluso con informes equivocados e insustanciales. El investigador venía sin presupuesto para la compleja prospección. La directora y promotora del documental Ainhoa del Castillo, que habló conmigo, no ofrecía otra cosa que apoyo moral para recabar fondos y aparecer en los créditos.

Fue la oportunidad perdida para comprobar una constatación fundamental  para Huesca, la existencia de la que para mí es cierta, la existencia  de una cripta debajo del presbiterio  de la catedral de Huesca donde entre otros estarían los obispos del siglo XV y, dentro de ella o sobre su bóveda, el féretro del obispo Juan de Aragón. Que luego su ADN coincidiera con el de Cristobal Colón era otro asunto. Pero parecía la pista más sólida para sacar conclusiones.

En 2019, antes del asunto Colón, intentamos llegar a esta cripta desde la sacristía de la Catedral. Hecho el  intento la única conclusión fue que el camino elegido era erróneo. Pero la conclusión solo se podía sacar después de intentarlo. El acceso es complicado, pero no imposible ni es necesariamente perforando la coraza de hormigón. Entonces fue la oportunidad perdida. Hacía falta dinero pero sobre todo voluntad aspecto de la que no abunda la Catedral de Huesca y su Entorno. Ese dinero con mucha probabilidad  hubiera estado, como ahora lo habría si la gestión ofreciera confianza.

La cripta, hasta donde yo intuyo, está allí, su comprobación podría ser, yo creo que sería, un  gran hallazgo para la ciudad, siempre que se hiciera adecuadamente, lo cual implica tener en cuenta que muy pocos de los arqueólogos que se mueven por aquí ofrecen garantía, y desde luego ningún arqueólogo arqueóloga que no sabe ver evidencias, y que como todo arqueólogo elimina en la medida en que hurga. El desastre se comprobará con el tiempo.

Volviendo a Colón, el documental tiene bastante de frustrante, a pesar de aclarar que no puede ser lo que siempre se creyó, que era genovés. Ante la nueva hipótesis muy estimulante de que era un judío sefardí, yo me pregunto si la madre de Colón  que parece ser llamaba Margarida, no era la de etnia  judía y, por lo tanto, por ley mosaica la que trasmitió la judeidad a Colón. El tema del ADN parece que ha quedado muy cerrado por los científicos, que al mismo tiempo descartan las otras veinticuatro hipótesis. Lo han dejado tan cerrado, que lo mejor es callarse, esperando que,  a pesar del minucioso trabajo que han realizado, haya podido fallar algo.

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