Indiscutible el éxito del Canal Roya Fest del pasado 24 de febrero, con el aforo completo de la Sala Multiusos del Auditorio de Zaragoza y con Anayeta presidiendo el sentir de actuantes y de público. La defensa de Canal Roya y la reivindicación del Parque Natural de Anayet Partacua protagonizaron una noche que se suma a los éxitos de las convocatorias realizadas por la Plataforma en Defensa de las Montañas. Fue una vez más el triunfo de un voluntariado entusiasta e incombustible y también la confirmación de que la unión de estaciones Astún-Formigal pone en pie a la sociedad más comprometida con la naturaleza y con lo que se entiende por sostenibilidad.
Pero en ese macro festival donde todos los participantes rivalizaron en generosidad y convicción, arriba y abajo del escenario, no sólo se trataba de Canal Roya. Más causas de preocupación social y sonrojo político encontraron su espacio y acogida. Castanesa, las pervertidas energías renovables, la dolorosa memoria de los pantanos, el viejo y agudo lamento de la despoblación rural, el malestar causado por la derogación de la Ley de Memoria Democrática y la negación de la pluralidad lingüística, así como lo relativo a la sangrante Palestina sonaron de un modo alto y claro para corroborar que hay una ciudadanía con amplitud de miras, con experiencia en denunciar atropellos y en plantar batalla a los piratas de corbata, como Ángel Petisme calificó a los especuladores.
Ahora, haciendo balance de objetivos cubiertos con el Canal Roya Fest y de los retos venideros, cabe una pausa –breve pausa- para que los convocantes del mismo tomen aire y se preparen para proseguir en esta travesía de largo recorrido. Porque esta andadura es una prueba de muchas etapas -muchas, muchas-, en las que perseverar difundiendo la voz de la cordura y enlazando oasis como el de Canal Roya Fest y los que supusieron la movilización del 6 de mayo de 2023 en Zaragoza y otras en varios puntos de Aragón.
Reforzados con la rasmia de La Ronda de Boltaña y el verbo agudo de Sara Socas, Ixo Rai y el calor y firmeza de cuantos intervinieron en el Canal Roya Fest, toca continuar. La razón que asiste a la Plataforma en Defensa de las Montañas es una buena baza, pero el enemigo se crece no sólo con el ansia de las hormigoneras, los surtidores de nieve postiza, la invasión de molinos y las garras del helibike, por citar solo algunos desmanes, sino también con la pasividad de cuantos pudiendo oponerse a los desmanes, eligen pasar de largo al más puro estilo de la Federación Aragonesa de Montaña, temerosos de que sus impecables historiales queden salpicados por el barro de esta beligerancia.
No me cabe la más mínima duda de que cuando se consiga la declaración de Parque Natural Anayet Partacua, muchos mansos de charol y terciopelo se disfrazarán de ecologistas para salir en la foto de la victoria. Entonces les recordaremos su venenoso silencio, su prístina indiferencia cuando se necesitó su respaldo, y con una cordial patada y un delicado empentón de Anayeta, los mandaremos de regreso a sus tribunas, podios y divanes.
Ya estamos en el después del Canal Roya Fest, en el aterrizaje tras el aluvión de satisfacciones. Si algo calculó mal la Plataforma en Defensa de las Montañas fue el grado de seguimiento. Para una futura ocasión, que apuesten por un recinto más amplio que la Sala Multiusos. Yo sé de cierto campo de futbol, cerca del auditorio de Zaragoza.
Ahí lo dejo.