La campana es sinónimo de anuncio, de información, de novedades. En el Alto Aragón valoramos la importancia de ese instrumento que nos evoca la frescura del reino originario.
La campana siempre tañe por la gente, por cada uno y por todos a la vez, como el 20 de julio, fecha en la que ha vuelto a la luz el Diario de Huesca emergiendo con fuerza y corazón en un decidido empeño por romper monotonías.
Su éxito es preciso para lograr que fuera de la provincia se reconozca nuestra propia fuerza multiplicando las posibilidades del territorio.
Que el Diario de Huesca se asiente para mí tiene además otra lectura muy decisiva. Se trata de descender al nivel interno para desde allí dar con la tecla que nos recuerde que aquí somos gente válida, emprendedora...y no sólo buena o generosa.
Que de verdad nos lo creamos será la mejor noticia posible.
Bienvenido sea este proyecto común, diverso, valiente, profesional y serio.
¡Larga vida al periodismo de altura!