Esta semana he recibido un e.mail muy interesante de mi compañía energética. Generalmente suelen enviarme publicidad o encuestas sobre satisfacción, sin embargo, este era distinto. En el asunto estaba escrito con mayúsculas:
INFORMACIÓN SOBRE LA SUBIDA DEL IVA DE LA LUZ
Ya sabía que el Gobierno de Pedro Sánchez había subido el IVA de la luz al 21%, pero me interesó el hecho de que enviaran una comunicación para informarlo a sus clientes. Leído el e.mail no hay ninguna duda, lo dicen de manera muy educada, pero el mensaje queda claro: la primera factura de enero va a ser muy alta, pero no nos culpes a nosotros. Que pagues más es responsabilidad del Gobierno.
Las compañías eléctricas están siguiendo el ejemplo de Mercadona. En octubre estos supermercados anunciaban con carteles la subida del IVA de muchos productos de primera necesidad: leche, huevos, frutas y verduras, etc…
Estos pequeños ejemplos no se pueden considerar como una contestación del sector empresarial hacia un gobierno que ataca constantemente a los empresarios, pero como mínimo es llamativo.
Mercadona y las eléctricas hacen esto por dos motivos:
- Los ataques constantes a los que están sometidos. No hay mes en el que algún ministro del Gobierno de España no se meta con Mercadona; incluso con datos falsos como lo hace Eduardo Garzón (hermano del que fuera un pésimo ministro de consumo). Mientras tanto, María Jesús Montero, infausta ministra, está empeñada en perpetuar un impuesto injusto a las eléctricas; a pesar de que iniciativas similares en el resto del mundo han acabado con subidas de precios para los consumidores de la luz (ustedes y yo).
- Evitar la pérdida de clientes. Se nota cuándo un país es pobre, porque la decisión de consumir depende exclusivamente del precio. Si tiene una alternativa más barata, aunque sea de peor calidad, la escogerá. Por ello, ante el miedo de los empresarios de que sus clientes vean una subida en la factura y se marchen a otras empresas, ponen la venda antes de la herida. Señalando al verdadero responsable del incremento del coste: el Gobierno.
Ahora, deberíamos preguntarnos ¿qué piensa el Gobierno de estas medidas empresariales? Las pocas contestaciones de miembros del gobierno se pueden resumir en un incremento de los ataques hacia las empresas que publicitan la subida del IVA.
La estrategia del Gobierno se basa en que no se hable de los malos datos y de todo aquello que pueda hacerle perder votos. Cuanta más gente sepa que, en enero, María Jesús Montero y Pedro Sánchez han encarecido la luz, menos personas apoyaran a un gobierno que ha conseguido que España sea uno de los países más pobres de la Unión Europea.
Cuanta más gente se entere que en pleno invierno se ha subido la luz, más gente se preguntará: ¿Y qué ocurrirá con aquellos que sufren la pobreza energética? ¿Por qué se sube el IVA de la luz cuando estamos en una situación peor que hace dos años? Y quizás, esos votantes, que apoyaban a Sánchez, se darán cuenta de que al PSOE nunca le importó la pobreza energética o el precio de la luz. Esos votantes se darán cuenta de que Sánchez ha llevado a máximos históricos el precio de la energía. Esos votantes se darán cuenta de que la pobreza energética ha llegado a uno de cada tres hogares, según datos del gobierno, cuando con Rajoy era una de cada cinco.
Esos votantes, con información, igual no están contentos.