Desde la llegada al poder de Pedro Sánchez se están batiendo récords de recaudación impositiva, en otras palabras, pagamos más impuestos que nunca. Para que se hagan una idea, lo que se recaudaba en IRPF a la salida de Zapatero (2011) se ha casi duplicado con Pedro Sánchez. Eso sólo podría producirse de tres maneras: duplicándose la población, incrementando nuestra renta o subiendo mucho los impuestos. Con respecto a la población, somos casi los mismos, en el caso de nuestra renta sigue el camino contrario, cada día cobramos menos, así que sólo hay una explicación: subidas indiscriminadas en el IRPF. Cada vez hay que pagar más por un salario menor.
Sin embargo, esta recaudación voraz del gobierno no sirve para reducir la deuda pública o evitar déficits, más bien al contrario. Cada día debemos más dinero y los presupuestos anuales siempre tienen pérdidas. Hablando en plata, este gobierno está exprimiendo al ciudadano para darse la vida padre. Y como el parásito que es, quiere más. Mucho más.
La misma semana de la catástrofe medioambiental de Valencia, el Gobierno aprobó un proyecto de subidas impositivas que está a expensas de sacar adelante con sus socios de gobierno. Entre todas las subidas se está hablando mucho del IVA del 21% que se quiere poner a los pisos turísticos y, aunque de eso hablaremos en otra ocasión, déjenme señalar la medida que está pasando más desapercibida y, si consigue aprobarse, significará un deterioro para la sanidad pública sin precedentes.
Los seguros privados sanitarios son una herramienta necesaria en este país en el que, aunque tenemos a los mejores profesionales sanitarios, la gestión de los recursos deja mucho que desear. Por todo ello, la sanidad privada sirve de alivio a una sanidad pública desbordada y troceada en taifas para mayor gloria de elites políticas autonómicas.
Los seguros, todos, tienen un impuesto denominado IMPUESTO DE PRIMAS DE SEGUROS, que funciona como una especie de IVA. Al ser la sanidad un bien de primera necesidad todos los gobiernos estuvieron de acuerdo en que los seguros de salud no llevarían este impuesto. Hasta el momento era algo lógico, pero Yolanda Díaz desde SUMAR ha puesto este tema sobre la mesa y la ministra de Hacienda, María Jesús Montero, ha visto su oportunidad para seguir empobreciendo a los españoles.
Si este impuesto sale adelante y los seguros de salud tienen que pagarlo, el primer resultado será una subida de los precios del seguro, de lo que se derivará una reducción de personas que contraten dichos seguros ¿Quiénes? Familias numerosas y ciudadanos de clase media. Hay doce millones de personas con seguro privado en nuestro país. Los cálculos más conservadores concluyen que medio millón de personas dejarían de tener asistencia médica privada y volverían al sistema de salud nacional si se aprueba el impuesto.
Los palmeros del gobierno aplauden esta medida porque va contra los ricos. Nada más lejos de la realidad. Los ricos no se inmutarían. Pero al tener a medio millón de personas más en la sanidad pública ¿qué piensan que ocurrirá con las listas de esperas? ¿Y con la atención primaria? ¿Y en Urgencias?
Sin embargo, todo esto no le importa a Pedro Sánchez, ni a Yolanda Díaz ni a Montero ¿Saben por qué? La recaudación del Impuesto de Primas de Seguros va a las arcas del estado central, es decir, incrementaría los recursos que tiene el gobierno PSOE-SUMAR. Pero el gasto de sanidad es de las Comunidades Autónomas. En definitiva, una jugada redonda para Sánchez/Díaz. Ellos recaudan y como la mayoría de comunidades autónomas son del PP, cuando la gestión de la sanidad se deteriore, estarán ahí para sacar rédito político con sus “mareas blancas”.