Permítanme que, para sustentar la crítica ante la nueva idea absurda del gobierno, les hable de mis gatos. Estos seres, aunque dan cariño, no tienen la capacidad de raciocinio que se le presume a toda persona. Y, sin embargo, son muy observadores. Ellos saben que guardo la comida en la despensa, así que cuando iba hacia la despensa, me seguían, esperando que les diera de comer. Tras unos meses con infructuosos resultados, mis gatos aprendieron que solo se sacaba comida de la despensa para ellos por la mañana y por la tarde. Así que solo esperan su recompensa entonces.
No puedo asegurar que mis gatos sean listos, pero puedo afirmar que aprenden de la experiencia. Una habilidad de la que carece este gobierno.
Tras siete años en el poder, el gabinete de Pedro Sánchez, personalizado en la ministra de vivienda Isabel Rodríguez García, ha solucionado el problema de la vivienda con una nueva convocatoria del "Bono Joven de Alquiler". Está ayuda es de 250 euros, durante dos años, a todos los jóvenes de menos de 35 años que cobren menos de 1.800 euros y vivan alquilados. En otras palabras, la ayuda beneficia a un alto porcentaje de menores de 35 años, incrementando este porcentaje para aquellos que viven en ciudades grandes. Al final estos jóvenes tienen una ayuda de 6.000 euros
¡Qué buena noticia! Ya está todo solucionado. Así de sencillo era todo. El problema es que la historia ha demostrado que esta solución mágica no sirve.
El mercado, cualquier mercado, depende de dos variables, oferta y demanda. La oferta es quienes proporcionan el bien o el servicio, en este caso las casas. La demanda es quienes desean dicho bien, en este caso, los que necesitan una casa para vivir.
La demanda en España no es el problema. Hay mucha gente que quiere vivir de alquiler por distintos motivos (tantos como personas que quieren vivir alquilados). La oferta, en este caso, es el tapón. Hay poca oferta de vivienda por muchos motivos, pero la mayoría puede resumirse en tres:
- Las limitaciones para construir. En este país (casi vacío) tenemos una legislación sobre construcción muy restrictiva. Los ayuntamientos dicen sobre qué suelo se puede edificar y suele ser una pequeña porción de tierra. Hasta que no se llena no se pone disponible otras parcelas. También ocurre con las alturas. Lo que limita aún más el uso del suelo.
- La inseguridad jurídica. Las leyes buenistas de este gobierno y las regulaciones ineficientes de administraciones pasadas, hace que exista un riesgo grande a que cuando alguien alquila, pueda ser víctima de un inquiokupa. Entrando en largos y arduos vericuetos jurídicos para recuperar la vivienda.
- La alta rentabilidad de los pisos turísticos. España es un país que atrae a más de 60 millones de turistas. Las nuevas plataformas están facilitando que los turistas accedan a viviendas de particulares, generando unas rentabilidades a corto plazo superiores a las del alquiler.
Si hay pocas casas, el riesgo de alquilar es alto y hay alternativas más lucrativas, todo se va a traducir en que la oferta de pisos o casas en alquiler se reduzca (y cada día más). Y con ello, los precios del alquiler se incrementen.
La ayuda del gobierno incide en la demanda, pero que tengan 250 euros más los jóvenes se traducirá en que los dueños de los pisos, viendo que los demandantes son 250 euros más ricos, subirán los precios. El resultado, un gasto de dinero público.
No digo todo esto porque sea vidente. Afirmo que ocurrirá todo esto porque cada vez que en un país se han usado estos bonos, el resultado ha sido un incremento del precio del alquiler.
Si mis gatos han aprendido por observación ¿Por qué el gobierno no? Quizás saben cuál va a ser el resultado, pero hacen esto para que parezca que hacen algo ante un problema que no quieren resolver.