Un grupo de Amigos

Miembro de la Asociación Española de Derecho y Economía
16 de Junio de 2024
José Torres Remírez.

Hay ciertos hitos que nos hacen echar la vista atrás y ver todo aquello que hemos recorrido. Hoy les escribo mi quincuagésima columna. En este tiempo he intentado, ya me dirán ustedes si lo he conseguido, mostrar distintas realidades económicas. Zapatero a sus zapatos. Economista, a la economía.

Sin embargo, y en esto voy a robarle la idea a José Luis Sampedro, la economía sólo es, si es social. Entiéndanme con esto, que la economía tenga que ser social, no significa que tengamos que socializar la economía. Y no es así por lo que vemos cada día en nuestras calles. Vivimos en una época en la que hay “escudo social” para casi todo. El Estado está ahí cuando lo necesitas, pero decir eso, es como no decir nada.

Miren cualquier estadística “social” y lloren. La soledad es uno de los mayores males de nuestros días. Y se lo digo yo, que voy por el tercer perro enterrado. La tasa de soltería es de las más altas de la historia, la de divorcios también. El número de hijos ha caído en picado. Existen miles de ancianos aparcados en residencias a los que nadie visita, llama o escribe. Pero también está ocurriendo esto con las amistades. Hoy, cuando tenemos todas las herramientas para estar más conectados, no tenemos a nadie a quien llamar. No tenemos a nadie con quien compartir lo bueno o lo malo.  

Por todo ello, hoy les voy a hablar de un grupo de amigos muy especial para mí. Hará tres años que un grupo de apasionados por el cine, que nos conocíamos poco, decidimos empezar un pequeño chat para poder hablar de todo lo que nos interesaba. En un principio iba a ser sólo sobre cine, pero ya se sabe que una cosa es lo que se piensa y otra lo que sale. En ese grupo se habla de todo y no hay censura. Se ha debatido sobre “eurovisión 2024” pero también de si Jordan es el mejor jugador de la historia de la NBA. Hemos pasado horas intentando discernir si pueden disfrutar de los partidos del Real Madrid aquellos del grupo que son colchoneros, mientras otros discutían de política. Hasta que ha llegado a ser una excepción hablar de cine.

Sin embargo, no sólo hemos estado ahí para decir tonterías, sino para apoyarnos los unos a los otros. Cuando ha pasado algo, bueno o malo, siempre lo hemos compartido. Ya sea el nacimiento de hijos, que han sido unos cuantos, como el fallecimiento de seres queridos. Abrir el teléfono y tenerlos a todos ahí animándote el día, aun sabiendo que no tenían ni idea de lo que había pasado, ha sido un regalo. Son mi wild bunch.

Nos vemos menos de lo que quisiéramos, pero estamos repartidos por toda la piel de toro, y alguno en ultramar. Y, sin embargo, de vez en cuando, en medio de mi ajetreada vida, me detengo, y sé que somos amigos. Con todo lo que ello significa, porque sí, la amistad significa mucho más de lo que pensamos. La amistad es el verdadero escudo social que necesitamos, junto con la familia.

La economía es pensar en el largo plazo. La economía es querer que este mundo sea mejor para aquellos a los que quieres, ya sean tu familia o tus amigos. Puede parecer baladí esta conclusión, pero a veces, lo más obvio es lo que antes hemos olvidado.

Con mi quincuagésima columna quiero agradecer a mis amigos el que hayan estado ahí para mí. Ya estén ellos en Madrid o Baleares. En Tudela, Logroño o en Burgos. Vivan en Guadalajara o en Andalucía. Sean orgullosos murcianos o vallisoletanos. Y otros tantos que aquí no caben. Nunca podré agradecer lo mucho que han hecho por mí, simplemente por brindarme su amistad y demostrarla cada día. Gracias.

Espero, que todos ustedes, queridos lectores, tengan un grupo de amigos como al que tengo la suerte de pertenecer. Porque el mejor indicador de que la economía va bien es discutir por pagar un café con tu amigo.  

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