Hacerse un Carvajal

Médico Otorrino de Huesca
25 de Julio de 2024

Los políticos, con las debidas excepciones, nos tienen sobradamente hartos y al borde de la náusea. No pasa día en que no los lo estropeen con alguna de sus continuadas "lindezas", políticas o de simple mangancia pura y dura.

Y, viviendo así, en su contradiós continuo, el sabio pueblo español decidió hace años que sólo en el fútbol podía liberarle, quitarle el dolor de la vida, por lo que mandando al carajo eso del Homo Sapiens y el esclavista Homo Faber, decidió que subiéndose a la nueva condición de Homo Ludens, podría acabar sobrellevando mejor este valle de lágrimas vital. Llenar de nuevo la vida ,en suma,de esperanzas y anhelos,adoptando el fútbol como su nueva religión.

Se me ocurre el anterior preámbulo, estando totalmente de acuerdo con Huitinga, porque desde que me iluminó con su "Homo Ludens", confieso que no había llegado a entender toda la magia y la terapia que supone verdaderamente el gran impacto social del fútbol. Yo, un descreído futbolero en ejercicio y nada apologeta de La Cosa, hasta entonces.

Pues bien, en este estado de comprensión y respeto absoluto hacia el balompié me encontraba, cuando a botepronto me ha venido a fecundar la pluma el polémico tema de Carvajal, el mejor lateral del mundo y un auténtico jabalí, según refieren los entendidos.

Él, precisamente,u n famoso hasta con genes de guardia civil y remedo de aquellos otros conquistadores que tanta fama y honor llegaron a darnos y que,no solamente nos legó su honestidad y profesionalidad en la Eurocopa,sino que en la posterior recepción de la Selección Nacional en la Moncloa, nos ha legado una instantánea para la historia: "Hacerse un Carvajal"... lo de dejar la mano suelta para ser cogida por cualquier adicto o necesitado, mientras uno puede entretenerse en poner la mirada hacia Finisterre, por ejemplo.

Patentando, tal vez, y sin darse mucha cuenta, el cómo deberíamos de actuar ante cualquier impresentable de cualquier género al que las azarosa vida pudiera conducirnos a tener que saludar por narices.

El último regalo de La Roja a media España, la del ahora corazón helado.

Conocíamos lo de "hacer la cobra" para eludir un beso no querido y también lo de "hacer una peineta", mediante el levantamiento del dedo corazón de forma obscena y ofensiva ante un indeseable, pero no lo nuevo, lo de "hacerse un Carvajal", como el tratamiento adecuado que debe de darse a un enfermizo Presidente, tan capaz de cualquier deshonor como de faltar a la palabra dada un día sí y otro también.

Gracias, amigo Daniel, por no haberte arrodillado ante Su Sanchidaz, porque con tu contundente gesto has hecho mucho más por nuestro deteriorado ánimo que todos vuestros goles juntos.

Algo muy sencillo, pero que, lamentablemente, ningún otro Ejército ni Iglesia alguna ha sabido procurarnos.

Su Sanchidaz ha sido,créetelo, el primero que "por haber sembrado vientos, ahora le toca recoger tempestades". Bien merecido se lo tiene.

Puedes creerte que tú forma de proceder nos ha reconciliado con todo el honor y la dignidad que creíamos eran cosas del pasado.

Así es que quédate tranquilo, porque de sobra sabemos por las enseñanzas de nuestro filosófico Refranero que "quién dispara sin bala,nunca mata".

Y, gracias de nuevo, por tu coherencia y el regalazo que nos has hecho en medio de estos tiempos tan tristes como desmoralizadores.

Así es que, "a lo hecho, pecho" y no dejes de pensar en que invento no hubiera existido si el Presidente no te hubiera regalado todos los mimbres necesarios para hacerlo.

Un abrazo para tí, La Roja y su Míster, que tan orgullosos nos tiene tanto por su saber hacer como "por su saber estar en el campo", con tanta dignidad como quietud, sin parecer un entrenador necesitado de psiquiatra alguno.

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