Entre las noticias de olas de calor abrasadoras, del comienzo de la fase terminal del glaciar del Aneto, de las dificultades de llevar agua a muchos municipios aragoneses, de la situación de Vadiello, de las migraciones masivas desde África a Europa, de la despoblación estructural que vivimos en nuestro país, del aumento de fallecimientos en olas de calor ¡y también de frío! de las personas más vulnerables o, incluso, de la peculiar imagen de jabalís merodeando por las playas en busca de alimento, entre otras muchas noticias que leemos a diario, emerge un denominador común: el cambio climático. Este factor subyacente, que exige nuestra atención y acción desde hace muchos años, se alza como un vínculo común entre todas esas noticias que parecen no estar interrelacionadas.
Las altas temperaturas que flagelan regiones enteras y catapultan los termómetros a marcas récord no son coincidencias fortuitas. La creciente migración masiva, otro indicador de este entrelazamiento, es resultado directo de la interacción entre el cambio climático y el deterioro del entorno. La modificación de los comportamientos de la fauna silvestre se debe a la escasez de recursos y muestra también cómo la naturaleza, impactada por la intervención humana, responde y adapta sus patrones en formas insospechadas.
El encarecimiento de los alimentos, la producción de estos y nuestro modelo de consumo está tejido también por estos hilos invisibles entre aparentes noticias interconectadas.
Desde Chunta Aragonesista creemos que, si somos capaces de reconocer las interconexiones entre estos fenómenos, y otros muchos, podemos obtener una imagen más completa de la crisis actual y ofrecer una respuesta común y consensuada. Y, es que, este es el reto más importante que tenemos como civilización: la sostenibilidad del planeta.
En este punto, es preocupante observar que mientras desde la izquierda política abordamos activamente este problema, la derecha parece quedarse rezagada, sin ofrecer soluciones concretas. Y si sólo esto es de por sí muy grave, la derecha les otorga a los negacionistas del cambio climático – no sólo en Aragón, pero también en Aragón - una plataforma desde donde resistir la implementación de las medidas necesarias.
Tomar medidas proactivas para mitigar el cambio climático no debería ser un tema partidista, sino una prioridad compartida. El nuevo Gobierno de Aragón, en particular, enfrenta el desafío de reconocer y abordar esta interrelación, también con respecto a la despoblación, y poco o nada han dicho al respecto ni en campaña ni los primeros días de mandato del nuevo Gobierno de Aragón. Mucho menos se ha dicho o hecho desde el Ayuntamiento de Huesca.
Cada desafío, cada noticia convergente, está tejida en la misma trama. La inacción en este frente por parte de quien niega el cambio climático no sólo profundiza las divisiones políticas y la polarización, sino que además está agravando un problema del que desconocemos la respuesta de la derecha. Estamos en la “cuarta ola de calor“ de este verano y la respuesta de la extrema derecha ya la conocemos: no existe el cambio climático y todas estas realidades son meras coincidencias.