Libertad para ser personas

Presidente de ARAGONEX
29 de Septiembre de 2022

La definición de libertad según la RAE es “Facultad natural que tiene el hombre de obrar de una manera o de otra, y de no obrar, por lo que es responsable de sus actos”. Otro diccionario define la libertad: “Como un valor ligado a la actividad creadora del pensamiento y de la ciencia como un instrumento para desarrollar nuestras potencialidades y construir el destino de acuerdo a nuestros ideales”. Y, por último, el artículo 1 de la Declaración Universal de los Derechos Humanos, dice que “Todos los seres humanos nacen libres e iguales en dignidad y derechos y, dotados como están de razón y conciencia deben comportarse fraternalmente unos con los otros”.

He querido dar inicio a este artículo con estas definiciones para que, como fotografías, nos muestren con claridad cómo debe ser el concepto libertad para nosotros, las personas.

Me gustaría afirmar que la libertad no es un adorno que nos ponemos para salir de fiesta. Estamos hablando de algo que ha derramado mucha sangre, que ha dejado luchas desiguales en el camino y que nosotros los españoles somos y pertenecemos a un pequeño grupo que puede llevar la libertad por bandera, es lo que mejor nos define como personas. Pero ser dueño de la libertad de cada uno de nosotros, no es gratis, y por tanto debemos ser conscientes de que es necesario mantenerla viva, cuidarla y utilizarla con el respeto que merece. Para conseguir esto debemos alimentarnos de cultura y, con ella, dar su fuerza y desarrollo a la libertad, que es la generadora de los derechos que disponemos, pero también de las responsabilidades de las que tenemos que responder.

Como manifiesta la Declaración Universal de los Derechos Humanos: nacemos libres. Esto tiene todo el valor de sentirse así, sin responder a nada, si no viviésemos en una sociedad en la que lo prioritario, por encima de cualquier otra cuestión, es que mantengamos una convivencia donde nadie se sienta marginado.  Y, ¿cómo se consigue que nadie se sienta marginado? Gestionando correctamente la libertad de cada individuo que conforma el grupo conviviente, es decir, que debe condicionarse a través del respeto y el comportamiento fraternal de los unos con los otros.

Es obvio manifestar que del correcto ejercicio de estas condiciones unidas a la libertad se genera la democracia, donde la voluntad de la mayoría marca el modelo de convivencia sin detrimento de las minorías.

Porque los modelos no son permanentes, pues todo evoluciona y la convivencia también, debemos trabajar para conseguir que se adecúen lo mejor posible a esas innovaciones que se van produciendo, en especial a través de los avances tecnológicos.  Es necesario entender que las normas, que en un sentido político se generan, son las que nos marcan el camino de la convivencia y que no debemos dar la espalda a quienes las legislan ya que son los representantes políticos que todos nosotros hemos elegido en unas elecciones libres y, estos no son extraterrestres, forman parte de nuestro propio conjunto, así que, debemos pensar que son una proyección de todos nosotros, por esto lo que se deba corregir deberá iniciarse con nuestras propias formas de entender la vida.

Además, para que la libertad tenga el valor de hacer personas ciudadanas démosle mucha reflexión, mucho intercambio de pensamientos, mucha confluencia de intereses. En definitiva, llenarla de cultura y solo cuando esto falle, después de haberlo gestionado hasta el límite, acudamos a la justicia como salvoconducto de mantener viva esa libertad que tanto necesitamos para hacer de nuestras vidas un verdadero sentido de racionalidad, que genere solidaridad y elimine la desigualdad.

Decía don Manuel Azaña “La libertad no hace felices a los hombres. Les hace hombres”.

 

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