Antonio Miranda

Mi verdad, el sesgo de confirmación e Internet

Ingeniero y profesor
04 de Septiembre de 2022
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El ser humano es un ser sesgado por naturaleza, y los que se dedican a estos menesteres identifican una serie de sesgos muy interesantes que, en la mayor parte de los casos son identificables si se pone un poco de interés. Los sesgos cognitivos muestran la simplicidad -o complejidad- del rey de la creación.

El sesgo de confirmación se lleva la palma. No es descabellado pensar que forma parte de la esencia del ser humano. Este es el fenómeno por el cual, cualquier indicio del tipo que sea, es percibido por el “sesgante” como una confirmación de lo que ya pensaba. Si la información o la experiencia lo confirman, bien; y si demuestra exactamente lo contrario, ya se las arreglará nuestro protagonista para darle la vuelta a su favor con absoluta convicción.

En resumen, no cambiará de opinión nunca, jamás, bajo ningún concepto. Salvo que algún interés particular, lo aconseje, en cuyo caso, naturalmente y por un curioso fenómeno de permutación, todas las evidencias se volverán a favor de esta nueva verdad, sin alterar para nada la lógica del discurso. Es lo que tiene encontrarse en posesión de la verdad.

Esto se ve con frecuencia en el mundo de la política donde, independientemente de lo que digan o hagan unos u otros, seguirán teniendo sus huestes de fieles seguidores. Esto es, sin duda, una gran ventaja para los partidos políticos pero una desgracia para la democracia.

Ni que decir tiene que este sesgo hace inútil la discusión o el debate con un oponente; es pelear contra un muro, lo cual resulta muy útil para disponer de sectas de miembros obedientes, inasequibles al desaliento cuando de la defensa de su verdad se trata. Lo de menos es que sea verdad o no, es que tienen razón.  

Un buen “sesgado” resulta muy útil para determinadas misiones como defender una posición política, un concursante televisivo, un cantante eurovisivo, un personaje de la prensa rosa, un protagonista de cualquier noticia, Rusia, Ucrania, un vecino, una empresa o un producto, entre otras cosas. Disponer de un rebaño séquito de ellos, mucho más.

Una vez formada la opinión de una presa, manejar al sujeto es coser y cantar. Oiga lo que oiga, vea lo que vea o experimente lo que experimente, todo vendrá a confirmar su opinión, es decir la que queremos que tenga. Si en vez de tener que crear su opinión, te la encuentras ya formada, tanto mejor, eso que te ahorras.

Las tecnologías de comunicaciones ha venido a aportar una accesibilidad a la información de una manera prodigiosa en los últimos años, y con una capacidad enorme de gestionarla inteligentemente. Eso ha venido a introducir un elemento interesante en cuanto al sesgo de confirmación. Sabemos de antemano que cualquier información será utilizada para reafirmar nuestras creencias, pero no cabe duda de que las que las corroboren tendrán más efecto. Allí es donde está la gracia y la potencia de las nuevas tecnologías. El uso de redes sociales o plataformas de información y contenidos es ya omnipresente y por tanto accedemos y recibimos información infinita. Pero no cualquier información, sino aquella que los algoritmos de las aplicaciones o medios han decidido suministrarnos. Bajo el eufemismo de “mejorar tu experiencia de usuario” o “proporcionarte lo que más te interesa”, se esconde el verdadero interés de que veas y oigas lo que “ellos” quieran.

Sea como sea, resulta que al final, aunque sea como simple cebo, recibirás aquello que prefieras ver, que lógicamente coincidirá con aquello que te resulte más cómodo, es decir lo más acorde con tu opinión inicial. Tus likes, comentarios, vistos, retuits, tus hábitos de navegación…, están dando una pauta para que la información que recibas te reafirme en tí mismo. No tendrás que esforzarte en convertir o reinterpretar información contradictoria para ti, porque nunca la recibirás. Así se construye y reafirma tu identidad, con la debida e interesada orientación. Tu verdad es tu verdad y todo a tu alrededor así lo demuestra.

Los defensores de la vacunación frente al COVID se verán ilustrados con todo tipo de opiniones a favor de ella, provenientes de expertos y profesionales de reconocido prestigio, que confirmarán su verdad; mientras que los opositores a ella, se verán asaeteados con opiniones contrarias de expertos y profesionales, también de reconocido prestigio que confirmarán esta otra verdad. De la misma manera, el cambio climático estará más que demostrado para unos y su ausencia más que demostrada para otros.

Con tantas facilidades, no es extraño que la Tierra acabe siendo plana o los alienígenas campen a sus anchas por ella.

Pero la gran ventaja es que se acabó el tedioso ejercicio de tener que pensar.

¿Será posible que este fenómeno haya contribuido a polarizar y radicalizar a la población en todos sus extremos?

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