Concluye la temporada, y con ella comienza una nueva etapa.
Una etapa que avecina tiempos de lucha y brega que otrora nos parecerían un simple trámite deportivo.
Ya lo advirtió en su día Don Agustin Lasaosa: “Hemos probado el caviar, y ahora las sardinetas no nos gustan”
Mucho se ha hablado de cómo este club, del que presumíamos una gestión económica y deportiva ha llegado aquí.
Es lo que tenemos, es lo que nos queda y con eso hemos de luchar.
Lamentarnos ahora no hará que vuelvan los buenos tiempos de un día para otro…
Pero si nos queda el lema que nos unió: “Fieles siempre sin reblar” y con él construir un nuevo Huesca, más competitivo, más sincero en sus cuentas, menos pedante en su glamurora directiva y direccion deportiva.
Y más humano por favor, más cercano, más como éramos.
Respecto al rival que nos visita. Me corrompe en parte ver cómo ponemos la otra mejilla ante un club que literalmente apaleó a una parte de la grada visitante por el simple hecho a animar de pie. Cierto, eran otros tiempos y la pandemia todavía marcaba las pautas, pero fueron varias las aficiones que denunciaron ese trato vejatorio.
Nosotros, como contrapartida, les ofrecemos la devolución de las entradas a aquellos que viendo que ya no se juega nada, han decidido no viajar a Huesca. Muchos lo llamarían señorío de club, otros simplemente hacer la pelota sobremanera.
Como parte de esta afición, como parte activa de esta grada de animación que no rebla y a pesar de haber perdido desgraciadamente un activo importante esta temporada que nada ni nadie nos podrá devolver os digo:
Las ofensas se escriben en la arena, donde el viento del perdón olvida todo, el amor por nuestro club se escribe en la roca, donde siempre quedará grabado en nuestros corazones.
¡¡Todos al estadio!!
Lo de menos es lo que nos jugamos.
Juega nuestro Huesca
SIN REBLAR