Yo, a pesar de considerarme monárquica, me alegré cuando se juzgó y se condenó a familiares del rey. Me hizo constatar que la ley es igual para todos.
Cuando tuvo lugar el acoso al PP por la trama Gürtel y se juzgó y condenó a varios militantes y simpatizantes del partido a penas de cárcel, donde algunos todavía están y a otros les ha costado incluso la vida, pensé que quien ha cometido delitos, tiene que pagarlos.
Hoy no tengo tan claro que la ley sea igual para todos visto lo visto. Y es que ahora se están haciendo las leyes para borrar los delitos, pero solo de algunas personas muy concretas que lo exigen a cambio de siete miserables votos. De todas formas, hay que ser muy burros para no ver lo que la ley de amnistía supone para el resto de españoles y votarla afirmativamente.
Otro caso parecido es el de los malversadores de los EREs en Andalucía, juzgados y condenados y que ahora están siendo puestos en libertad porque así le parece al Tribunal Constitucional, enmendando la plana al Tribunal Supremo y a las Audiencias Provinciales.
Es increíble que un partido que lleva en el nombre la palabra “obrero” no les defienda ante el fraude de tantos millones que se cometió contra ellos.
El día que escribo esto es cinco de julio, fecha en que está citada como investigada Begoña Gómez, esposa del presidente Sánchez. En Moncloa nos dicen que están tranquilos ¡Faltaría más! Aunque llegara a ser acusada, y aunque de momento no se le puede negar la suposición de inocencia mientras no se demuestre lo contrario, ya se encargaría su enamoradísimo esposo a que la cárcel ni la holiera. Y si hace falta, se hará una ley específica para que salga del atolladero más limpia que los chorros del oro.
Así que, perdonen que no me crea en absoluto que la ley es igual para todos, sino que para unos lo es más que para otros.