Miguel Ángel Fustero

Regenerar, regenerar, regenerar, regenerar

Ex coordinador general de Izquierda Unida en Aragón
13 de Marzo de 2024
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No quiero ser agorero, ni cenizo, no creo en las verdades absolutas, ni pretendo molestar o dar lecciones a nadie. Sé que nada es sencillo, intento guiarme por la honestidad intelectual y la coherencia, por principios y valores. Me considero muy poquita cosa. Quiero ser, soy de hecho, muy modesto, muy humilde a todos los niveles.

Digo todo lo anterior para que no haya malos entendidos, ni se prejuzgue sobre lo que a continuación escribiré.

“Creo que si en la vida política, institucional, judicial, social, cultural, económica, … no se establece un claro punto de inflexión, un profundo cambio en contenidos y formas, lo lamentaremos.  Si no se hace esa especie de catarsis, de facto, nos estaremos cargando lo que en este país conseguimos tras 40 años de injusticias, derramar mucha sangre, …  Hay muchas asignaturas pendientes, aquel pacto constitucional no tiene por qué ser un dogma nunca modificable, pero lo conseguido con la llegada de la democracia, si se continua así, puede estar en serio riesgo”

Cada vez es mayor el número de personas que están desencantadas, desnortadas, confundidas, incrédulas, cabreadas, indignadas, impotentes, etcétera, que de todo hay, con lo que un día sí y otro también podemos ver y escuchar en los diferentes informativos.

Nos estamos cargando el noble arte de hacer política, de servir a nuestra sociedad representándola durante una etapa de nuestra vida, etapa que debiera ser limitada.  No puede ser que la brecha entre representantes y representados sea tan grande, ancha y profunda y que vaya en aumento porque cada vez la ciudadanía, los representados, cree menos en los políticos, sus representantes.

La política se ha convertido en un lodazal, no debiera valer todo en ella para un solo objetivo, ganar elecciones y mantener o alcanzar el teórico poder.  El fin no siempre debe justificar los medios.

La política no puede convertirse en una profesión como está ocurriendo, porque cuando eso pasa, ya no se defienden ideas, ni programas, ni proyectos, los problemas de la gente pasan a un segundo plano, lo que prima es mantener las posaderas en el sillón, salvar el culo, tratar de perpetuar un puesto de privilegio.

La política y las instituciones no deben ser lugares para hacer negocios, para enriquecerse personalmente o enriquecer a otros. Allí nunca se debe hacer mal uso de los dineros que no son nuestros, son de los contribuyentes. En la política y en las instituciones se debe dar ejemplo y cuando alguien no respete ese estatus quo, meta la mano, robe, se corrompa o corrompa, se aproveche de su posición, se debe ser más ejemplar si cabe, no puede ser que entremos en el “y tu más” y que nadie pague, salvo cuatro testaferros la mayoría de las veces y si alguno entra en la cárcel, por una u otra cosa, pronto está en la calle.

No puede ser que el responsable público, el político, sea un títere en manos de otros que son quienes verdaderamente ostentan el poder, eso es prostituir la democracia.

No puede ser que se genere una especie de corporativismo político, donde los elegidos aprovechen esas posiciones en el presente o en el futuro inmediato para colocarse o colocar a los suyos.

No puede ser que el denominado tercer poder, el judicial, haga política constantemente.

Ni puede ser que el llamado cuarto poder, los medios de comunicación, se conviertan en máquinas o grandes grupos al servicio de intereses de poderosos, tergiversando, mezclando zafiamente información con opinión, falseando o manipulando la realidad, ejerciendo un proselitismo y un peso que no les corresponde. 

No puede ser que la diferencia entre unos pocos, cada vez con más dinero y poder, con respecto a una mayoría, cada vez con más problemas, más necesitada, más pobres en términos reales, sin olvidar a los muchos ya abandonados a su suerte por el sistema.

No puede ser que cueste cada vez más llegar a final de mes, mantener una pequeña y mediana empresa, ser autónomo, pagar por casi todo, vivir presionados, inquietos por el mañana, no puede ser que esto ocurra mientras aquellos pocos que mencionaba antes, sigan haciendo gala de como aumentan su poder, sus beneficios, incluso en tiempos como los padecidos por este país con la pandemia y las diversas crisis.  

No puede ser que los fondos buitre campen a sus anchas, que los bancos sigan ganando y no devolviendo los miles de millones de nuestros bolsillos que se les presto, que las hidroeléctricas obtengan pingües beneficios a costa de la gente normal, los intermediarios se forren, los especuladores de cuello blanco y almidonado se paseen como Pedro por su casa, las cifras que aparezcan sean obscenas en muchos casos, …. no puede ser. 

Podría estar todo el día escribiendo, citando nombres, datos, …

Y no, no soy un ingenuo que cree en los paraísos terrenales, ni en que esto sea fácil de corregir, se muy bien que no, que David se enfrenta a Goliat metafóricamente hablando.  Pero no me rindo, ni me callo, ni me cambian y creo que si no se produce una auténtica y a todos los niveles REGENERACIÓN, lo lamentaremos más pronto que tarde, los que estamos aquí y para los que vienen detrás, la gente joven, todavía será peor.

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