Decía Margaret Mead: “Nunca dudes de que un pequeño grupo de ciudadanos conscientes y comprometidos puede cambiar el mundo. De hecho, es lo único que alguna vez lo ha logrado”
Esta antropóloga y poeta estadounidense realizó en la década 1920-1930 importantes investigaciones en las Ciencias Sociales, especialmente en la educación infantil.
Su concepción holística de la cultura expresa la interconexión y relación de todos los diferentes aspectos de la vida humana.
Otros pensadores como Hegel y Gramsci coinciden en que la Sociedad Civil tiende a organizarse de forma natural, por coincidencia de intereses, necesidades, creencias o ilusiones, para alcanzar determinados objetivos, estableciendo esas relaciones de interconexión que permitan alcanzar y superar metas.
“Las Sociedades Civiles fuertes, hacen Estados Fuertes… Solo Estados Débiles tienen Sociedades Civiles Débiles”
Las distintas organizaciones que nacen de la Sociedad Civil se convierten en un recurso de valor incalculable. Si tomamos como ejemplo las organizaciones del tercer sector, podríamos llegar a valorar la aportación que realizan a la sociedad para resolver carencias formativas, asistenciales y de todo tipo, gracias a sus voluntarios, a las familias que se asocian para compartir necesidades y el ahorro que todo ello supone al erario público, con un nivel de eficiencia y compromiso difícilmente superable. Huesca, con las entidades asociadas a CADIS, es un ejemplo magnífico.
Y así, en la Sociedad Civil, el individuo se desenvuelve en un estado de derecho ajeno a la estructura política estatal y va conformando una superestructura en la que confluyen multiplicidad de instituciones que sirven como correas de transmisión del grupo hacia la sociedad. Se van desarrollando en distintos ámbitos, económicos, profesionales, gremiales, deportivos, culturales, asistenciales, de ocio, de acompañamiento, etc. etc.
Desde la Sociedad Civil en Huesca nació, hace ya cuatro años, HUESCA SUENA, con un espíritu constructivo, participativo, propositivo y de trabajo, con el objetivo de aportar ideas transformadas en proyectos de desarrollo para nuestra ciudad y su entorno, porque no podemos quedar al margen de un compromiso ineludible para conseguir romper la inercia de inactividad y de ralentización económica y social que sufre la capital desde hace décadas.
Una Sociedad Civil potente, enmarcada en una Plataforma Ciudadana sin aspiraciones de concurrencia a comicios electorales, contribuye a aportar propuestas y soluciones a los responsables políticos, que pueden y deben escucharlas y valorarlas, porque son fruto de un debate organizado en el que participan, en el caso de HS, más de 70 profesionales voluntarios de distintos sectores de actividad, con experiencia y capacidad de trabajo sobradamente demostrada y que ahora, organizados en seis Grupos de Participación, han desarrollado proyectos y acciones con esos objetivos.
No procede enumerar los de estos años, trabajados y desarrollados con profesionalidad y capacidad de aportar avances significativos para la ciudad, prefiero remitir a la web https:// huescasuena.es donde pueden conocerse con detalle.
Pero, ¿es además la Sociedad Civil un antídoto?
Sin duda, como se está debatiendo últimamente en distintos foros:
- Ética de la Sociedad Civil: ¿Un antídoto contra la corrupción? Adela Cortina
- ¿La Sociedad Civil como antídoto contra las sociedades injustas? ONU- Derechos Humanos.
- UCM La Sociedad Civil a la búsqueda de un antídoto contra la desinformación.
Y para acabar, citando el antídoto contra la desinformación, en el último año hemos asistido a un proceso de deterioro, casi de liquidación, de una parte importante de nuestras fuentes de información periodística. El cierre de la tv local, la venta “extraña” de Radio Huesca, que inició en poco tiempo el cierre de distintas emisoras en la provincia, y el despido, no exento de un trato inmerecido, de cinco profesionales del Diario del Altoaragón, empezando por su director Javier García Antón, que durante más de tres décadas ha demostrado una profesionalidad y generosidad con su empresa y con el tejido social de Huesca y provincia, verdaderamente ejemplares.
En su caso me asiste la experiencia de casi 20 años en el Consejo de Administración del diario, desde su nacimiento hasta el 2001, y el conocimiento profundo de su saber hacer y capacidad de trabajo.
Pero una vez más, la Sociedad Civil reacciona, resurge y renace con un nuevo Diario, nuevo en formato, que no en cabecera, que ya lo fue en tiempos del valioso Manuel Camo Nogués en 1875 y que desapareció en 1936 en una despedida que calificaban de “carácter transitorio”, un tránsito hasta esta reaparición de ahora.
Diario de Huesca es nuestro antídoto ante la manipulación centralista de la información, ante la orientación de algunos medios desde posiciones e intereses partidistas, nace con un apoyo ciudadano impresionante, con un plantel de profesionales de primer orden y con una concepción del periodismo libre, ese que nuestro querido y añorado Antonio Angulo definía con las tres P: Plural, Provincial, Profesional.
Larga vida a nuestro Diario de Huesca. Éste sí es el de todos y para todos.
Enhorabuena.