Ocho republicanos echaron a su propio presidente del Congreso de Estados Unidos. No era bueno sumar proyectos de los demócratas.
Luego 7 diputados +Puigdemont (omnipresente desde el 23J) plantean que pueden acabar con la legislatura tan sólo con que a este señor no le guste cómo lo miran.
Me da una pena enorme comprobar que, de nuevo y como en los peores tiempos, validamos a personajes del tres al cuarto ávidos de protagonismo y encenegados en su fanatismo. El monarca de la independencia se permite vivir como un soberano absolutista dando al resto lecciones de democracia y participación. En la enésima reedición de su fantasioso "Consell per la República" (designado a dedo) ha acordado una simpática votación para que los afiliados decidan si España tiene que tener, o no, un gobierno con Sánchez. Lo contrario sería elecciones y no creo que se la jueguen aunque ya se sabe que la razón de la sinrazón produce monstruos. Lo decía Goya. Con esto se saltan una reciente resolución del propio Parlament sacada con los votos de Junts, ERC y la CUP
Aunque sea inviable no importa, pelillos a la mar. El problema es menor cuando lo sufre el otro.
Para mayor gloria de Dios saldrá lo que tenga que salir, pero ya han dejado claro que Carles, como súper jefe, "no está obligado a asumir el resultado." Toma ya, comodín a favor de esta incipiente democracia bananera que hunde sus raíces en la utilización nunca desmentida por CiU del 3% y que ha sido continuo ejemplo de la separación de poderes previa al siglo XVIII. ¿De veras creen que Europa les abriría las puertas con estas prácticas tan, tan particulares y personalistas?