Ángel Pintado

Torreciudad, una historia milenaria de frutos

Director de Onrenova Energía.
01 de Agosto de 2023
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La aparición de la imagen de la Virgen de Torreciudad data del año 1084. Desde entonces, como figura en documentación de la época medieval la devoción de los vecinos de los pueblos próximos ha sido constante a lo largo de los siglos.

De esa devoción es origen la historia de san Josemaría con esta advocación. En 1904, con dos años, desahuciado por los médicos, su madre ofrece a Nuestra Señora del Sagrado Corazón, a su hijo. Al quedar curado, sus padres cumplen con la promesa. A lomos de caballería se acercan a la ermita de Torreciudad sobre los riscos del Cinca.

A lo largo de mi vida he podido escuchar relatos de este tipo de familias de los pueblos. No solo próximos a Torreciudad, sino incluso de Barbuñales, donde Mercedes Sanz fue curada de ataques epilépticos que sufría con cierta frecuencia. Mi padre también contaba que desde Costean se acudía a la intercesión de la Madre de Dios en su advocación a Torreciudad. Fonz, La Puebla, Bolturina, El Grado, Barbastro, Albelda… los testimonios son múltiples, acudían y acuden a su intercesión.

Esta realidad milenaria ha sido fruto de la generosidad de miles de personas que mantuvieron su fe en la poderosa intercesión de la Virgen y cooperaron en el mantenimiento y vida de la ermita. 

En los años 60 del siglo pasado san Josemaría, en agradecimiento a su curación, promueve la construcción de un nuevo santuario. La ermita, también restaurada, se encontraba en una situación precaria. Se procedió a su restauración para que pudiera ser visitada y también a la restauración de la venerada imagen de la Virgen.

San Josemaría siempre dijo que quería ofrecer a las gentes del Somontano y comarcas vecinas un lugar de oración, de paz y de reconciliación con Dios.   Desde entonces miles y miles de peregrinos se han acercado hasta la casa de nuestra Madre. Venidos del Somontano, de Aragón y España y en los últimos años de cualquier rincón del mundo. Solo hay que mirar la web del santuario para descubrir la variedad de orígenes de los peregrinos.

Esta promoción contó con el apoyo de las gentes de las comarcas colindantes y de miles de personas de todo el mundo que depositaron, con generosidad que solo en el cielo conoceremos, los esfuerzos de toda una vida.

San Josemaría previó que no se pudiera realizar ninguna construcción en el entorno inmediato del santuario, como hoteles, urbanizaciones, tiendas… con el fin de que fueran los vecinos de los pueblos vecinos quienes se pudieran beneficiar de los miles de personas, que, con visión de futuro, veía que llegarían a pasar por el santuario. Barbastro es testigo y beneficiario principal de esto.

Desconozco las razones que han podido llevar al Sr. Obispo a tomar una decisión, desde mi punto de vista y de muchos devotos de la Virgen, difícilmente entendible. Desconozco el derecho canónico y ni quiero ni puedo entrar en razones jurídicas. Entiendo que la buena entente entre obispado, desde la época de nuestro amado D. Jaime Flores pasando por la larga estancia del queridísimo D. Ambrosio, D. Juan José, hoy arzobispo de Barcelona y D. Alfonso que tanta bondad y cariño nos dio, y la generosidad de la Prelatura del Opus Dei para mantener el santuario abierto los 365 días del año, con un déficit económico importante, no sea obstáculo para mantener esta relación entre ambas instituciones de la Iglesia Católica que tanto fruto espiritual ha dado a nuestra diócesis y que a buen seguro, con la ayuda de la Virgen, seguirá dando en los próximos siglos.

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