José Torres Remírez. Hoy, "Esto sí es importante"

La última política franquista

Miembro de la Asociación Española de Derecho y Economía
30 de Junio de 2024
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José Torres Remírez. Hoy, "Esto sí es importante"
José Torres Remírez. Hoy, "Esto sí es importante"

Esta semana se lanzó un órdago por parte de la ministra de trabajo, Yolanda Díaz, a la CEOE, consistente en una reducción en la jornada laboral para que sólo se trabajen 38,5 horas semanales en vez de 40.

A pesar de los aplausos de los sindicatos y organizaciones afines a la ministra, el resto de sectores económicos se han llevado las manos a la cabeza. Pero esto ¿Por qué? ¿Acaso todos aquellos que no sean sindicalistas quieren ver sufrir a los trabajadores? Nada más lejos de la realidad.

En el 2017 el salario mínimo interprofesional era de 707 euros y ahora está en 1134 euros mensuales, lo que supone una subida del 60%. Pero ¿somos un 60% más productivos? El salario que recibimos está ligado exclusivamente a cuánto producimos. La empresa no decide nuestro salario en función de si somos altos o bajos, guapos o feos, hombres o mujeres. El salario es una traslación del beneficio que le generamos a la empresa. Si nos pagan 900 euros es porque lo que producimos vale 900 euros. Puede parecer injusto, pero si alguien quiere ganar más, tendrá que producir más o ir allá donde su trabajo se valore por una cuantía superior.

El problema reside en que cuando se dice esto, a la gente no le gusta. Y esto es así porque en el fondo de todo este discurso el responsable de nuestra remuneración somos nosotros. Ser responsable significa que no hay nadie a quien puedas echar la culpa de que las cosas van mal. Por eso se prefiere un discurso más populista: “Si se cobra poco es por culpa de los malvados empresarios”. Este mensaje lo compra mucha más gente. Aquí el trabajador siempre es el bueno. Si su remuneración es adecuada es porque se lo ha ganado, pero si la remuneración es escasa, la culpa la tiene el pérfido y avaro empresario.

Sin embargo, la realidad es tozuda. Por mucho que nos mintamos, la verdad siempre aparece. Para algunos es un ser monstruoso que les pone enfrente de un espejo mostrándoles tal y como son. Para otros, es esa vieja amiga que, como dijo Jesús: nos hará libre. Porque cualquier cosa que emprendamos no llegará lejos si no compartimos el viaje con la verdad. Déjenme refrescar el refranero español: se pilla antes a un mentiroso que a un cojo.

Desde que se han llevado a cabo estas subidas salariales por el BOE y no por la realidad económica, y más especialmente desde la llegada al Ministerio de una hija predilecta de la comarca de Ferrol, el empleo que no se ha creado (más el destruido) por este SMI asciende a más de un cuarto de millón de personas. Trabajadores sobre todo de baja cualificación en las ciudades y de explotaciones agropecuarias en el campo español. Aunque no sólo se han perdido puestos de trabajo, sino que las empresas españolas son menos competitivas, haciendo que en los mercados nuestros productos sean desechados por el consumidor. Si no se lo creen, miren su cesta de la compra y verán que han cambiado muchos productos locales por extranjeros (sobre todo alimenticios).

Se estarán preguntando ¿Qué tiene que ver el SMI con la reducción de la jornada laboral? Si se lleva a cabo esta reducción de jornada, usted no trabajará 18 minutos menos cada día, sino que seguirá trabajando igual, pero o tendrá más vacaciones o se le subirá el sueldo. Da igual la alternativa, el resultado es que se ha subido el SMI de manera subrepticia. 

Las consecuencias van a ser catastróficas.

Por cierto, en la década de 1950 el gobierno de Franco veía que los salarios no subían, así que decidieron subirlo por decreto en el BOE. Los grandes economistas de esa época le dijeron que no iba a funcionar. Tras varias subidas realizadas en 3 años, que alcanzaron el 20%, se había creado paro, crisis inflacionaria, multitud de empresas habían cerrado y el campo español se volvió insostenible, provocando un gran éxodo rural.

Tuvieron que llegar una serie de economistas como Manuel de Torres y Enrique Fuentes Quintana, bajo la protección del Ministro de Hacienda, Mariano Navarro Rubio (aragonés), los que con ideas de libertad hicieran que, en 1959, España despegara. Con ese incremento de la producción gracias a la libertad económica, los salarios crecieron de verdad.

El error económico cometido por uno de Ferrol lo está volviendo a cometer una de la comarca de Ferrol.

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