El pasado 4 de junio, el gobierno de Pedro Sánchez anunció que volvía el “Programa Verano Joven”, que consiste en subvencionar los viajes en transporte público a los que tienen entre 18 y 30 años. Para ser exactos, la ayuda es una rebaja del 90% en el precio de los billetes de autobuses y trenes de media distancia y el 50% para billetes Avant y de larga distancia. Esta medida tiene el objetivo de ayudar a los más jóvenes a viajar para fortalecer su conocimiento. Estas palabras no son mías, sino de la secretaría de comunicación de La Moncloa.
Como todo gasto público, debe tener un objetivo que en teoría ayude a cumplir algunas metas a nivel nacional. Y es en este punto donde debemos preguntarnos ¿Cuál es el objetivo de esta medida?
En un principio la propia notificación nos advierte que el objetivo es ayudar a los jóvenes a que viajen en transporte público y que con estas ayudas puedan conocer más. Casi casi recuerda esto a la famosa frase de “el racismo se cura viajando”. Intuyo, que esta ayuda no tiene objetivos económicos.
Cualquiera que haya viajado sabe que a pesar de que los billetes sean una parte importante del coste de un viaje, el mayor desembolso se hace en el alojamiento. Ya sea en un hostal o en un Airbnb. Así que esta ayuda puede reducir el gasto de un viaje, pero no es la parte más importante. Teniendo en cuenta que el año pasado el 35% de los españoles no pudieron irse de vacaciones, esta ayuda, ayuda poco. Por lo que nos preguntamos ¿Quién se va de vacaciones? Las familias de rentas medias/altas y altas. Así que esta ayuda beneficiará a los jóvenes de rentas desahogadas. Si los datos constatan que esta ayuda beneficia a quienes no lo necesitan, llegaremos a la conclusión de que el objetivo indicado por el gobierno no es el verdadero objetivo de esta ayuda. Por lo que debemos buscar otros.
Un posible objetivo sería ayudar al sector turístico español. Si se abaratan los viajes para los jóvenes, habrá más turismo. Sin embargo, esta ayuda sólo estará durante los meses de julio, agosto y septiembre. Justamente los meses en que más clientes tiene el sector turístico. Si el gobierno quería ayudar a este sector podía hacer como el Imserso y ayudar a viajar en los meses en los que la venida de turistas extranjeros sea menor. Además, los jóvenes no hacen turismo en Soria, Huesca, Alcanadre, Lodosa o Aguilar de Campoo. Sino que se van a la costa, justo donde mayor tensión turística hay. Así que tampoco será la ayuda al sector turístico el objetivo de esta subvención.
Otra posible explicación es que sobre el dinero. A veces, el sector público gasta dinero en “tonterías” porque lleva muchos años con superávit, es decir que los impuestos recaudan más de lo que el estado gasta. Situación que no pasa en España. Así que este verano no hay dinero para estas subvenciones “estéticas”.
Y tras todo lo dicho, económicamente ya no hay más opciones. No hay nada en la teoría económica, ni socialista ni liberal, que ampare este gasto público. Así que el objetivo de esta ayuda habrá que buscarlo en otros ámbitos.
España es el país de la Unión Europea con mayor tasa de paro juvenil. Somos la nación en la que más tarde se independizan los jóvenes. La compra de una vivienda es algo inalcanzable y crear su propia familia no pueden ni planteárselo. La depresión, la ansiedad y el estrés se han vuelto comunes entre los menores de 35 años. Llámenme mal pensado, pero, ¿puede ser esta ayuda una distracción para que la juventud no reaccione?