Hoy son las elecciones autonómicas en una de las Comunidades Autónomas más ricas de España. Por lo que esta votación es quizás de las más importantes que hay en este país, ya que la riqueza llama a la riqueza. Cuanto más rico sean los vascos, mejor nos irá al resto, vivamos en Huesca o en Murcia. Sin embargo, deberíamos preguntarnos ¿de verdad son tan ricos los vascos?¿Es tan buena la administración autonómica?
Hace unas semanas hablamos de la gestión de las comunidades forales, la conclusión era obvia, la forma de financiación beneficiaba a Navarra y País Vasco frente al resto de regiones españolas. Pero estar dopado no significa que siempre te vayan bien las cosas. Significa que los vascos y navarros tienen más ventajas que, por ejemplo, los aragoneses. Si los administradores de esa ventaja no saben gestionarla bien, acabarán mal.
¿Se han gestionado bien las provincias vascas? No. La gestión ha sido bastante mejorable. Por supuesto que no es la región peor gestionada en España, esa tiene las elecciones en mayo.
Lo primero que hay que evaluar para saber si una región está bien o mal gestionada es comprobar la riqueza de los habitantes. El PIB per cápita de los vascos en el 2010 equivalían al 124% de la media del PIB pc de la Unión Europea. Esto sólo significa que los vascos eran más ricos que la media de los europeos, exactamente, un 24% más ricos que el europeo medio. Sólo los austríacos, daneses, luxemburgueses e irlandeses eran más ricos que los vascos. A día de hoy, el PIB per cápita es del 108% de la media del PIB pc de la Unión Europea. Esto no se debe a que los europeos sean mucho más ricos, sino a que los vascos se han empobrecido. La causa de esta pobreza viene por muchas decisiones, pero la mayoría han sido tomadas desde el gobierno autonómico. Por cierto, de esta pobreza no se le puede echar la culpa al COVID.
Otra variable para ver si se gestiona bien una región es observar la evolución del paro. Los parados son gente que quiere trabajar y no encuentra trabajo. En el 2004 el porcentaje era del 7%, en el último trimestre ofrecido por el gobierno vasco, el porcentaje está también en el 7%. Esta casualidad no es porque el mercado laboral vasco haya estado estable estos veinte años. Durante estas dos décadas el paro en el País Vasco se incrementó hasta el 15 %. El relato del pleno empleo en las vascongadas hay que desterrarlo.
Otra perspectiva de la gestión pública es ver cuánto se debe, es decir, la deuda pública. Como ya se explicó la financiación foral es una ganga; gestionan todos los ingresos tributarios y dan una parte (pequeña) al gobierno central. En el 2007 la deuda pública representaba un 1% del PIB de la región. Ahora deben el 12%. Han multiplicado su deuda, teniendo más recursos financieros que cualquier otra región en España.
Por último, y permítanme esta variable, la riqueza de una región se mide por los servicios que presta, como, por ejemplo, la sanidad. Comenzaron el siglo con 394 camas hospitalarias por cada 100.000 habitantes. A día de hoy tienen 329. Este deterioro del sector público, de un servicio básico, ha sido porque los distintos consejeros vascos de sanidad han ido cerrando plantas de hospitales.
Esta región puede ser de las mejores en España, pero ya no son provincias tan ricas como lo eran hace veinte años.