La verdad es una mentira

Miembro de la Asociación Española de Derecho y Economía
19 de Noviembre de 2023

Han pasado exactamente dos semanas. Sólo quince días desde que Pedro Sánchez anunciara una subida impositiva del IVA de los alimentos más básicos. No la anunció por gusto, sino porque desde la Unión Europea le han dicho que ya está bien de no cumplir con las normas que nos impusimos entre todos. El déficit fiscal, es decir, lo que gasta el Gobierno por encima de sus ingresos, no debe ser superior al 3% del PIB, y en este país lleva desde el 2008 muy por encima de ese umbral. Sánchez tenía dos alternativas para cumplir con las exigencias de Bruselas. La primera, reducir el inmensurable gasto público existente en España. La segunda, subir impuestos. Decidió lo segundo y así lo dejó por escrito en un documento oficial que envió a los responsables de la política fiscal de Europa.

Sin embargo, esta promesa se ha quedado en papel mojado el miércoles 15 de noviembre, cuando en un soporífero discurso de casi dos horas, Pedro Sánchez ha anunciado que no subirá los impuestos, sino que permanecerán reducidos seis meses más.

Y he aquí mi desconcierto ¿Cómo puede prometer a los españoles una cosa y a los europeos la contraria? A alguno de los dos les está mintiendo.

La situación es, en cierta medida, muy clara a mi parecer. Los responsables europeos han pedido reducir el desastre fiscal que hay en España, a lo que el Gobierno de España, con Sánchez a la cabeza, les ha dado lo que ellos querían: unas cuentas equilibradas. Sin embargo, Sánchez no tiene intención de cumplir la palabra dada. En otras palabras, en vez de enfrentarse cara a cara contra los responsables de la política fiscal, nuestro presidente, como si fuera un chiquillo de 5 años, ha preferido mentir y ver hasta dónde puede llegar.

Lo grave aquí es que, si Pedro Sánchez miente a aquellos que tienen algún poder sobre él ¿qué debemos esperar los españoles? Pues que nos han dado unas migajas. Algunos aplaudirán porque el IVA no va a subir hasta Julio. Pero no nos engañemos, cuando los responsables europeos revisen las cuentas en el primer trimestre del 2024 y vean la evolución del gasto público y la recaudación de los impuestos, exigirán otro ajuste a Pedro Sánchez. Y este ajuste si lo hará, aunque no se anunciará. Acaecerá de manera sibilina y a escondidas, a ver si nadie se entera. Lo peor de todo es que le saldrá bien la jugada. Todos nosotros pagaremos más, pero muy pocos sabremos quién y cuándo han subido los impuestos.

La economía es como la vida, la palabra dada es lo único que se tiene. Si no se puede confiar en una persona, está todo perdido. La economía española no depende de los miles de empresarios, grandes y pequeños, que con su esfuerzo llevan adelante una empresa. Tampoco de los trabajadores. La economía española depende de aquellos que tienen la capacidad para dar sostén a las reglas del juego. Y el máximo representante es una persona que en dos semanas ha sido capaz de afirmar una cosa y la contraria en un tema “menor” como es el IVA reducido sobre los alimentos.

Al final, con este gobierno, la verdad es sólo una mentira que aún no ha sido descubierta.

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