La Primera República Española es un episodio histórico nacional que se inserta en el contexto del conocido como “Sexenio Democrático” (1868-1874). Esto es, “La Revolución Gloriosa” de septiembre de 1868, apoyada por una amplia insurgencia popular ante la grave crisis económica, y nacida del Pacto de Ostende entre los principales partidos de la oposición parlamentaria en que se comprometían en derribar la Monarquía borbónica encarnada en la figura de Isabel II. La reina partía al exilio desde el puerto de San Sebastián al tiempo que se constituía un gobierno provisional cuyo ministro de economía, Laureano Figuerola, redujo la inflación gracias a la creación de una moneda que pasaría a formar parte del acervo español, la peseta. Se abría el debate entonces entre elegir un nuevo monarca o bien proclamar la República.
Acabó por imponerse la postura del General Prim, es decir, en una apuesta por traer estabilidad a la vida política española, se optó por proclamar rey a Amadeo De Saboya (2 enero 1871-10 febrero 1873), una dinastía real que contaba con un considerable prestigio y popularidad gracias a su intervención como principal impulsora de la Unificación Italiana. Este fue un intento de recuperar cierto reconocimiento para el trono español en un tablero internacional en que las potencias industrializadas europeas se lanzaban a la expansión colonialista. Sin embargo, este sueño no tardaría en desvanecerse: el principal valedor del nuevo rey, Prim, fue asesinado en la calle del Turco, debilitando notablemente sus apoyos y animando a sus detractores a cuestionar su legitimidad. El rey, menospreciado por amplios sectores de la sociedad española por considerarlo un extranjero, abdicó y reconoció el fracaso de la experiencia.
Así pues, el 11 de febrero de 1873, unas Cortes de mayoría monárquica, como solución al vacío de poder ocasionado por la marcha del soberano italiano, proclaman la Primera República. Aunque apenas duró once meses, este capítulo de nuestra Historia presenta una gran tensión social y una enorme efervescencia política y revolucionaria.
El gobierno republicano tuvo que enfrentar varios acontecimientos: la inestabilidad parlamentaria, que propició una sucesión de cuatro presidentes de la República (Estanislao Figueras, Francisco Pi y Margall, Nicolás Salmerón y Emilio Castelar) en cortos espacios de tiempo. La República no contó con reconocimiento internacional excepto por EEUU y la Confederación Suiza. Mientras tanto, los carlistas redoblaron sus esfuerzos contra el régimen republicano en la “Tercera Guerra Carlista”, que afectó principalmente al País Vasco y Cataluña. Por otra parte, en Cuba, tenía lugar la “Guerra de los Diez Años” tras el “Grito de Yara”, comienzo del desafío independentista cubano liderado por Carlos Manuel de Céspedes.
Además, el enfrentamiento sobre el modelo territorial derivó en la proclamación de los cantones, cuyo máximo exponente fue el de Cartagena. El cantonalismo, que aspiraba a una organización federal y una República construida “de abajo a arriba”, se enfrentó al centralismo defendido por el gobierno. Los cantones fueron duramente reprimidos por el ejército, lo que agudizó las disensiones internas entre republicanos federales y radicales. Finalmente, el 3 de enero de 1874, el General Manuel Pavía encabezó un golpe de Estado que clausuró las Cortes, dando paso a la dictadura del General Serrano.
Mientras tanto, los monárquicos, liderados por Antonio Cánovas del Castillo, proclamaron el Manifiesto de Sandhurst, firmado por el futuro rey Alfonso XII, en el que se expresaban los beneficios del retorno a la Jefatura de Estado borbónica. Finalmente, el 29 de diciembre de 1874, el pronunciamiento militar del General Martínez Campos en Sagunto concluía oficialmente el período republicano, restituyendo a Alfonso XII en el trono español e iniciando el “Régimen de la Restauración”.
En conclusión, la historiografía española ha sido crítica con la Primera República, tildándola de época convulsa y de fracaso político. Sin embargo, el resto del Siglo XIX español no lo es menos. El estudio de nuestra Historia invita a una reflexión individual, especialmente en momentos en que los movimientos sociales protagonizan transformaciones y avances hacia la República, truncados por golpes de Estado militares.