Excelente noticia que el próximo año se dispongan de 3 millones de euros concedidos por el Ministerio de Cultura. En todo caso habrá que tener presente que para el ministro de Cultura el circo es cultura preferentemente a una catedral. Los pináculos de la Catedral han perdido plomada, la piedra de Huesca es mala y el mortero fue mal aplicado. Es bueno revisar y mantener actualizadas las cubiertas, completando lo que la gestión de la Catedral viene haciendo. No se entiende, sin embargo, la pretensión de rehabilitar las sacristías. Es de suponer que los redactores entraron en ellas. La Catedral ha invertido en ellas una importante suma a costa de sus limitados recursos, dejándolas en más que aceptables condiciones. Así las intenciones, no se menciona la calefacción, que es de granja de pollos de hace cincuenta años. Que a estas alturas, después de veinte años, está descuidada la accesibilidad para personas con discapacidad, cosa de muy fácil solución, es evidente.
Es satisfactoria constatación que los redactores diagnostiquen que el edificio de la Catedral está en buenas condiciones estructurales porque eso permite dedicación a otras urgencias. Por todo esto era exigencia que el Entorno mereciera bastante más atención y mejor planificación que la que la que se dio en la presentación. Es al menos tan urgente como rehacer los pináculos. Este Entorno no es un parque arqueológico ni puede reducirse a ello como pretenden los redactores. Es un conjunto único en España, tal como afirmaron, con importantes y destacadas construcciones históricas en ruina por desidia y abandono. Son susceptibles de rehabilitación, con lo que implica una rehabilitación, sin reducirlas a restos arqueológicos.
No queda claro que queden especificadas las debilidades ni establecido cuáles son las patologías más apremiantes, ni los mayores riegos de ruina. No es suficiente con hacer ver lo que llevamos años viendo, tiene que quedar establecido un cronograma de actuaciones inminentes e ineludibles específico para el Entorno tan en riesgo al menos como los pináculos. No son dos actuaciones sucesivas sino de necesidad inminente. La degradación del Entono es evidente desde 1954. Ofrecer un organigrama de actuaciones a elegir según los recursos disponibles, parece muy lejos de conocer la realidad y queda lejos de una buena planificación. El Plan no parece que tenga en cuenta y responda a una realidad excepcional y única en España como los redactores dijeron. Lo que se esperaba eran pautas para salir de inmediato del impasse. Incluir los criterios que aparecen en los manuales, como recordatorio vale, pero esto no es un máster de intervención en el patrimonio
El Plan es documento que, según la afirmación de la subdirectora del IPCE a una de las preguntas de los presentes, no estará disponible en la red. Hay que ir a Madrid para consultarlo (supongo que en algún momento matizará tan desconcertante respuesta). A partir de la presentación, hecha la redacción, no supera el nivel de trabajo académico para un máster de intervención en el patrimonio. Quien quiera hacer valer que ha hecho una labor de investigación tiene que empezar demostrando que conoce lo hasta ahora investigado, es decir la bibliografía. Desde 1924 con Arco Garay se han publicado muchos y buenos trabajos de investigación. Con esta revisión previa ineludible hubieran constatado que los sondeos que, parece ser, hicieron en el archivo ya estaban hechos porque Durán Gudiol, y otros después transcribieron y publicaron todos los documentos, y particularmente son públicos los que se refieren a la Catedral.
Presentar como novedosa una cronología de lo que se hizo en cada época y lo que hizo cada obispo también está publicado. Recoger los signos de cantero está muy bien, pero también están publicados. Incluir un informe de por dónde soplan los vientos y cuáles son las aves que revolotean en torno a la Catedral son florituras que estarían bien si hubiera otras aportaciones. Presentar la catedral en 3D pues también queda bien, y es trabajo costoso por entretenido, pero aunque resultón es meramente accesorio. Vale, allí está. La visualización ofrecida del georradar, si es todo lo que el plan contiene, no aporta nada y es de información más pobre que el radiograma que ya hicimos de la Catedral, mucho más preciso a pesar de no haber podido profundizar lo que hubiéramos deseado.
Si hubieran consultado lo previamente publicado no necesitaban llamar la atención sobre la escalera y torre de San Gil, porque esto ya lo vieron en el siglo XVI y pusieron adecuados medios. Por eso ahora sus fisuras y grietas no son amenazantes porque desde entonces están estabilizadas. Sin duda será una aportación la planimetría incluida en Plan, pero tengo la sensación de que no saben que existen una veintena de planos de la Catedral desde mediados del siglo XIX.
Los que hemos seguido día a día la degradación del Palacio Viejo, La Canónica, la Claustra y La Prepositura tenemos hecha la cronología del deterioro que ha experimentado desde el abandono del Palacio Viejo, y más recientemente en los últimos 20 años. Da la impresión de que los redactores ni se han dado cuenta de que hay tapiales con más de mil años de antigüedad, más que la Catedral, y de que los vestigios construidos de época visigoda son únicos en Aragón y excepciones en todo España. Junto a ellos se está excavando aleatoriamente y de forma antojadiza con el consiguiente debilitamiento de los mismos y depauperación visual del lugar. No parece que haya ninguna alusión a ello, ni al edificio de la Canónica que con su aspecto deslavazado por estar parcheado durante siglos ofrece obra de todas las épocas, al menos desde época romana. Es un documento excepcional. Necesita una intervención muy especializada e inmediata. Ni queda claro que dediquen la mención que merecen a los trujales de la Prepositura que no existen en ningún monasterio aunque se dedicaran a fabricar exquisitos licores. Ni tampoco a la Limosna donde urge reponer el arco antes de que las dovelas se pierdan y se deterioren más.
Proponer acondicionar los almacenes es no haberse dado cuenta de que las salas arqueadas tienen más posibilidades que para utilizarlas inadecuadamente como almacén. Es necesario construir almacenes y afortunadamente el Entorno ofrece espacio. Cierto que mencionaron el Palacio Viejo, para rehabilitarlo como Archivo. No tienen idea de lo que es un archivo.
La propuesta de una cafetería en este edifico así como una sala dedicada a la Guerra Civil en la torre de la Catedral, no pasan de ser anécdotas ocurrentes. Es perentoria, muy perentoria, una intervención inmediata en el Entorno y no verlo así es sospechoso de no haber entendido el problema al relegarlo a fases posteriores. La Catedral de Huesca es la única en Aragon que tiene este Entorno y espacio disponible.
Esta cuatro realidades, Palacio, Canónica, Claustra y Prepositura junto con los jardines, no solo merecen una mención, sino un plan que priorice y organice las intervenciones con inmedita urgencia, es decir un cronograma operativo.
Lo hecho con acierto en este Entono fue posible porque en tiempos del alcalde Luis Acín el Ayuntamiento estableció sucesivas escuelas taller. Esta sobresaliente iniciativa se tradujo en la recuperación del claustro románico y en otros trabajos como el acondicionamiento del Museo. Con otras aportaciones recuperamos 2.000 metros cuadrados que ya es obra realizada, gastando bastante menos de lo que después se gastó en la reformulación, que no restauración, del Tanto Monta. Al respecto, no parece que los redactores hayan prestado atención a la cubierta del Tanto Monta, insuficiente para prolongar la costosa intervención en el alfarje.
Con estas actuaciones, particularmente la recuperación del claustro románico que estaba en ruina, pusimos en evidencia que el Entorno es algo más y muy distinto a un parque arqueológico. Reducirlo a ello sería un desastre.
El Plan, tal como fue presentado, ofrece serias dudas de que responda a lo deseado y a la peculiaridad excepcional de la Catedral y Entorno. A esto hay que añadir el alto riego de que quede archivado como ha sucedido con otros planes. La solución, vengo insistiendo en ello, pasa por gestionar de otra forma la Catedral y el Entorno pues en el Obispado no hay ni recursos ni ideas ni iniciativa, ni interés, ni personal. El desinterés es patente en el estado actual. Alguien tiene que organizar “algo” para que como hacen algunas respetables ONGs se busquen donaciones, legados, se gestione la obtención de ayudas, se articulen acciones recaudatorias. En definitiva se frene el lamentable deterioro y la pérdida de una oportunidad única en España, cosa que los gestores del Obispado ni han hecho ni van a hacer, porque ni siquiera son conscientes de la oportunidad excepcional que ofrece el Museo Diocesano, abandonado a su suerte. Esto y después de la sobresaliente por muy positiva experiencia llevada a cabo por la implicación del Ayuntamiento tiempos atrás es la solución con la que Huesca incrementaría en un treinta o cuarenta por cien su patrimonio construido de incontestable atractivo.
(*) Antonio Naval Más es profesor en cursos y masters de intervención en el patrimonio construido