"Aclarando la luz. Entrelazando enfoques para entender y superar adicciones" ha representado en el Centro Cultural Fundación Ibercaja de Huesca un mapa por el que dirigir a las personas afectadas por esta enfermedad transvesal del siglo XXI cuyo tratamiento exige metodologías diferentes que afectan a un buen número de agentes, como han expresado el psiquiatra Carmelo Pelegrín, la terapeuta y trabajadora social Elena Palacio (de SOS Adolescentes del Centro de Solidaridad Interdiocesano de Huesca-Proyecto Hombre) y María José Abellanas (terapeuta especializada en adicciones y regente de Maikai), dirigidos por la vicepresidenta del Colegio de Médicos Olga Ordás.
La presentadora ha puesto sobre el tapete la diferencia entre las adicciones y las dependencias y ha incidido en el enfoque multidisciplinar que demanda para atender la variada casuística que afecta a sectores de población diferentes entre los que los jóvenes tienen una gran importancia. El debate organizado por el Colegio Oficial de Médicos de la Provincia de Huesca y Fundación Ibercaja ha sido abierto por Carmelo Pelegrín, quien ha expuesto el sistema de recompensas que provoca las interrelaciones en el circuito de las neuronas que activan hormonas como la dopamina. "Cuando tomas sepeed, estimulas el circuito y es guay". Todas las drogas incentivan la necesidad, "estás atrapado en tu vida entre la intoxicación, la abstinencia y la búsqueda de la droga, y no puedes ejercer el papel de mando".
La drogodependencia y otras adicciones no motivan sino "la pérdida de la voluntad en busca de la satisfacción, y hacen cosas que no harían, como conducir a gran velocidad, a la violencia de género o arriesgarse a perder la tutela de los hijos".
Elena Palacio, que ha expresado su gratitud al propio Carmelo Pelegrín por su ayuda, ha incidido en la relevancia de trabajar en red para optimizar los recursos y realizar abordajes más complejos. "Las adicciones y las personas son complejas y demandan metodologías y herramientas variadas. Adictos somos todos, todos buscamos escape con cosas y el denominador común es el vacío de la persona, incluido el espiritual".
Ha apelado la responsable de SOS Adolescentes a que en las adicciones hay muchas causas que deben trabajar los profesionales capaces de entender los tratamientos y las causas que conducen por orígenes biológicos, psicológicos o sociales al consumo de drogas o de otras sustancias que son favorecidas y sufridas por la sociedad, por el ambiente y la familia. Hay una parte, ha agregado, individual y grupal y son necesarios recursos además del respaldo familiar como un pilar fundamental porque en ella está el dolor y la resiliencia. "No hay una varita mágica, sino que hace falta estrategias. Primero, acompañar. Segundo, ver las alternativas. Tercero, ir al centro, someterse a un triaje, hacer un estgudio, diagnóstico, actuación y abordaje.. Si somos capaces de remontar, irá bien".
María José Abenoza se ha reconocido "adicta recuperada y trabajadora en Maikai", el centro referente en tratamiento en adicciones y salud mental. Ha asegurado que a veces cuesta años identificarlas y explicarlas a la familia, y hay personas las que cuesta incluso identificar. Ha desnudado su experiencia. "Hasta que no ingresé, notaba vacíos, mal trato a ti mismo y a la familia. Nosotras sufrimos, pero las familias también sufren, y te destruye como persona, porque te saltas las líneas rojas, eres capaz de robar a la familia, mentir, manipular y hasta agredir física y psicológicamente. Todo el malestar se descarga en la familia".
"Cuando estás con adicción severa, no eres nadie. no es personal, tu cabeza te dice pide ayuda, pero es una lotería. Muchas personas no pueden, hay un cambio en nuestro cerebro. Hay que ayudarles, cortarles el grifo, pero que no se vean solos". María José ha asumido que hay dos partes, el paciente y el familiar, "ves que no hay vuelta atrás. Si lo consigues, es volver a nacer. Vienes del infierno y si te apoyas profesionales y te esfuerzas, re recuperas y no te lo crees. Mejoran las relaciones familiares, aunque a las familias les cuesta no tener miedo".
Ha incidido en extremar la vigilancia para no consumir sustancias ni psicofármacos, ni drogas, ni juego, ni alcohol, ni compras compulsivas, "porque perdemos la voluntad". "Cuesta mucho volver a disfrutar de las pequeñas cosas. las relaciones sexuales cuestan volver a su naturaleza, las charlas con amigos, paseos... hay mucha tendencia a tardar en volver a lo natural". Pueden pasar años hasta que vuelve a estar todo en orden y, sin acompañamiento, "todo tarda más".
Elena Palacio ha abundado en que a la familia hay que acompañarla en estos trances, porque sufren las "mentiras patológicas porque la enfermedad necesita mentiras". Por la propia afección a los neurotransmisores, las sustancias que se ingieren potencian falsamente el placer pero se pierde la consciencia y hay una codependencia. Una vez recuperada la situaciòn, es fundamental evitar las recaídas y es clave la ayuda de profesionales como los de Maicai.
Carmelo Pelegrín ha tomado la palabra para incidir en este concepto de las recaídas fruto de la dificultad de controlar las contingencias sociales. "La curación existe, pero el riesgo de recaída también. En psicología, empiezas a planear y pasar a la acción: basta ya, voy a cambiar de vida y hacer lo que pueda".