El Agua de Valencia

Su creador, Constante Gil, que falleció en 2009, ha dejado un legado fundamental en una de las elaboraciones más celebradas y seguidas

Escritor y divulgador
15 de Julio de 2024
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Agua de Valencia
Agua de Valencia

La escritora María Ángeles Arazo en su libro “Valencia Noche” dice que pocas historias sobre el origen de una bebida implican a tantas culturas y comunidades como el nacimiento del Agua de Valencia, el popular cóctel elaborado a base de cava, zumo de naranja, vodka y ginebra. “De Galicia a Valencia, pasando por el País Vasco y desembocando en Madrid, el Agua de Valencia fue una suerte de casual y orgullosa invención convertida con el paso de los años (y van ya más de 60) en folclore y tradición inseparables de las tierras levantinas. Su creador, Constante Gil, falleció en 2009, pero su legado es uno de los que más cariño suscitan en la ciudad”

Se formó como pintor en el estudio de Felipe Brea Romero y en 1948 se trasladó a Valencia, donde ingresó en su Escuela de Bellas Artes de San Carlos. En 1953 fue seleccionado en la Exposición Nacional de Bellas Artes de Alicante y al año siguiente en el Salón de Otoño de Valencia y en la Exposición Regional de Moncada (Valencia).

En 1956 se hizo cargo de la Antigua Cervecería Madrid, creada en 1900, y la utilizó durante muchos años como su propio museo. Alrededor de las mesas y los cuadros se celebraban diversas tertulias literarias y artísticas en un ambiente bohemio

Contante Gil Rodríguez logró aunar en 1959, en un mismo vaso, la “conciencia” de cuatro comunidades autónomas cuando creó esta bebida, clásica ya, de la ciudad del Turia.  Constante Gil, Tino para los conocidos, nació en Galicia en 1926, pero sería Valencia quien le diera a conocer (y le viera fallecer) tras dar respuesta al inquisitivo reto planteado por un grupo de vascos, clientes habituales de su café ‘Cervecería Madrid', cuando uno de ellos, cansado del vino espumoso habitual que solían tomar y al que denominaban “Agua de Bilbao” y lo siguen llamando así, instó a Tino a “sorprenderles con algo” nuevo. 

Y la solución fue una combinación de cava, zumo de naranja, ginebra y vodka a la que Tino presento como “Agua de Valencia”. Y de ahí, a la eternidad, como se suele decir. Porque el eco del Agua de Valencia, una bebida que al principio solo saciaba los gaznates de los clientes VIP del café situado detrás del Palacio del Marqués de Dos Aguas, se extendería en la década de los 70’ por la noche de los bares de copas y discotecas valencianas.

Ello hizo que para cuando Tino decidiera echar el cierra a su ‘Cervecería Madrid’ en el año 2000, más de 40 años después de gestar el Agua de Valencia, el cóctel fuese considerado una tradición intrínseca de la ciudad; a pesar de las mil y una modificaciones arbitrarias "sufridas" por el cóctel.

Tino se dedicaría desde entonces a su pasión por la pintura, de la que todos coinciden en subrayar su trabajo titulado Tertulias de Café. ¿Qué otro nombre, si no, podría tener la mejor obra pictórica de un artista forjado en la tertulia de un café durante más de medio siglo? Pues eso, un brindis con Agua de Valencia, cómo no, por Tino

Por el local, han pasado generaciones y generaciones de valencianos. Artistas, políticos -según decía siempre el propio Constante, "gente de derecha, de izquierda, de centro, comunistas, todos eran bien recibidos" y todos probaron su célebre bebida.

El Agua de Valencia es una de las bebidas más copiadas. Otras ciudades han ideado cócteles similares. En la actualidad, incluso se comercializa embotellada.

RECETA DEL AGUA DE VALENCIA

La receta más extendida del "Agua de Valencia” para cuatro personas, es la que sigue: medio litro de cava; medio litro de naranja natural exprimida; 60 centilitros de ginebra, otros tantos de licor de naranja (Cointreau o Triple Seco) y lo mismo de vodka; dos cucharadas soperas de azúcar blanco; hielo y dos o tres rodajas de naranja para adornar las copas.

Preparación: exprimir la naranja y mezclar el zumo en una jarra junto con el Cointreau, el vodka, la ginebra y el azúcar. Se remueve todo bien hasta diluir el azúcar. A continuación, se vierte el cava, a ser posible muy frío, removiendo de nuevo para mezclar los ingredientes pero sin quitarle la fuerza del gas al cava; se añade el hielo y las rodajas de naranja.

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