Cada 21 de septiembre se conmemora el Día Mundial del Alzhéimer, una patología que es la principal causa de demencia neurodegenerativa. La neuróloga del Hospital Clínico Universitario Lozano Blesa de Zaragoza, Elena Muñoz, explica que la enfermedad se caracteriza por una pérdida progresiva de las capacidades cognitivas.
Según señala, la principal afectación que se produce es la memoria, aunque tampoco se deben ignorar las pérdidas en el lenguaje, la capacidad de organizar, orientarse o reconocer personas conocidas. Todo esto, de forma gradual, conlleva la pérdida de habilidades del paciente, lo que provoca que deje de poder realizar actividades que antes realizaba sin problema alguno.
Con motivo del Día Mundial, la Asociación Alzhéimer Huesca celebró este viernes una jornada intergeneracional en la plaza López Allué, en la que participaron usuarios de la entidad, así como escolares del colegio Santa Rosa y el centro educativo de Aspace Huesca, además de otros jóvenes de esta entidad, de Valentia y de Down.
ALZHÉIMER Y OTRAS DEMENCIAS
Es importante no confundir el alzhéimer con otros tipos de demencia, como la demencia vascular o la postraumática, ya que esta patología es un proceso degenerativo. La doctora Muñoz especifica cuáles son los primeros síntomas de la enfermedad. “El fallo de memoria representa el 70% de los casos de alzhéimer, aunque también puede comenzar con otros síntomas”, como alteraciones del lenguaje, la incapacidad de reconocer objetos o personas, y la dificultad para realizar tareas cotidianas. Además, “quizá uno de los síntomas que puede pasar más desapercibido son los cambios de conducta”. Estos signos, a medida que avanza la enfermedad, afectan a la mayoría de los dominios cognitivos.
Es en la fase temprana, con la aparición de los primeros indicios, cuando debe diagnosticarse esta patología. Aunque no tiene cura, existen tratamientos que permiten ralentizar su desarrollo. “En la fase que llamamos deterioro cognitivo leve, no hay un impacto significativo en las actividades diarias”, aclara Elena Muñoz.
“En esta etapa, la persona todavía tiene capacidad legal y puede tomar decisiones importantes sobre su futuro, además de comenzar los tratamientos orientados a preservar las funciones cognitivas. Es el momento en que debemos prevenir con mayor intensidad”, añade.
CÓMO SE DIAGNOSTICA
En la actualidad, el diagnóstico de esta enfermedad se basa en datos clínicos apoyados por biomarcadores, que pueden ser de dos tipos: líquido cefalorraquídeo o PET de amiloide (empleado para detectar la acumulación de proteínas en el cerebro).
“Es probable que en los próximos años podamos utilizar biomarcadores en sangre. De hecho, ya hay algunos hospitales que han empezado a implementarlos”, adelantó la neuróloga. Hasta hace poco, se consideraba que el alzhéimer era exclusivo de personas mayores. Sin embargo, ahora están emergiendo casos en personas menores de 60-65 años, debido a una mayor conciencia, preocupación y avances en los métodos de diagnóstico.