Amnistía Internacional en Aragón ha denunciado la situación de las mujeres en Afganistán a través de la exposición "Ellas son la Revolución", inaugurada en el XXVI Congreso de Periodismo de Huesca. La muestra fotográfica ha reflejado las violaciones de derechos que las mujeres afganas han sufrido desde el regreso al poder de los talibanes en 2021.
La exposición, disponible hasta el 14 de marzo en el Palacio de Congresos, reúne 32 imágenes que evidencian la represión sistemática de los derechos femeninos. Estas fotografías documentan cómo las mujeres han sido expulsadas de los espacios públicos y despojadas de derechos fundamentales como la educación, el trabajo, la libre circulación y la elección de su vestimenta.
Las restricciones impuestas han afectado todos los aspectos de su vida cotidiana. No pueden acudir al cine, a baños públicos ni a gimnasios compartidos con hombres. Actividades como cantar, leer en voz alta o salir sin burka, la única vestimenta permitida, se han convertido en actos de resistencia. La muestra incluye algunos de estos burkas, pertenecientes a la colección del periodista aragonés Juan Tribes, experto en la región.
En la inauguración, que ha tenido lugar este miércoles, han intervenido Livia Álvarez, directora del Congreso de Periodismo Digital de Huesca, y José Manuel Mur, vicepresidente de Amnistía Internacional España. Álvarez ha expresado su satisfacción por acoger una exposición tan significativa y ha explicado que, gracias a la colaboración con el Congreso y la Asociación de Periodistas de Aragón, la muestra itinerante ha llegado a Huesca y podría visitar otras localidades aragonesas en el futuro.
José Manuel Mur ha calificado la exposición de "imprescindible" porque da voz a las mujeres y niñas afganas, en un intento de visibilizar una situación de extrema opresión. Ha señalado que, para Amnistía Internacional, la represión en Afganistán ha representado una de las mayores violaciones de Derechos Humanos del siglo XXI.
También ha afirmado que las futuras generaciones juzgarán a la sociedad actual por no haber actuado con contundencia ante dos tragedias: el genocidio en Gaza y la situación de las mujeres afganas. Además, ha descrito a Afganistán como un país que se ha deshumanizado y ha eliminado de la esfera pública al 50 % de su población.
El año 2024 ha registrado el mayor número de restricciones contra las mujeres en Afganistán. Mur ha explicado que se han impuesto hasta 80 limitaciones, que han incluido la prohibición del trabajo, la educación, el transporte público y la censura de la voz femenina en los espacios públicos y en los medios de comunicación. Incluso se ha impedido que cualquier organización lleve la palabra "mujer" en su nombre.
En sus declaraciones, ha sostenido que ningún país ha llegado tan lejos en el maltrato a las mujeres como Afganistán en 2025. Ha destacado que, según Amnistía Internacional, este régimen no ha representado un apartheid tradicional, sino un apartheid de género, ya que ha discriminado de manera sistemática a la mitad de la población.
MUY IMPACTANTE
José Manuel Mur ha señalado que la exposición resulta muy impactante, ya que las imágenes de las duchas provocan inquietud y desasosiego, removiendo algo en el interior de quienes las observan. Además, ha destacado que los testimonios recopilados y los datos presentados en cada panel reflejan una situación verdaderamente insoportable.
Ha recordado que Amnistía Internacional ha considerado prioritaria esta denuncia desde el año 2000 y no ha disminuido la intensidad de su trabajo. Según ha explicado, la organización se caracteriza por desarrollar campañas de larga duración que nunca se cierran, y su misión es mantener viva la voz de las mujeres afganas en todas sus acciones.
A pesar de las dificultades, ha afirmado que las mujeres afganas siguen luchando y rebelándose contra el régimen que las oprime, aunque los medios de comunicación no lo reflejan con frecuencia. Ha señalado que dentro de aquel país hay iniciativas valientes, como la educación clandestina, las reuniones prohibidas y las manifestaciones espontáneas, mientras que en el extranjero, las mujeres exiliadas se organizan para ofrecer educación en línea.
En este sentido, ha mencionado dos casos concretos con los que colaboran: Rubina y Hasid, una pareja dedicada a impartir clases en línea. Ha explicado que Hasid comenzó dando clases universitarias a 30 mujeres, pero actualmente solo cinco pueden continuar, ya que las demás han sido confinadas en sus hogares. Las condiciones dentro del país son extremadamente difíciles, y la presión y la depresión afectan gravemente a estas mujeres.
A pesar de las dificultades, ha subrayado que la presión internacional está dando resultados. Ha destacado que se ha logrado incluir a los líderes talibanes en la Corte Penal Internacional, lo que les impide salir del país, y que algunos estados, como España, han reconocido la condición de refugiadas y asiladas de las mujeres afganas, aunque ha criticado la falta de compromiso de otros países.
Por último, ha expresado su preocupación por el nuevo reglamento sobre asilo y refugio aprobado por la Unión Europea, al considerar que dificulta una acogida digna para estas mujeres y supone un retroceso en la protección de sus derechos.
La muestra permanecerá abierta al público hasta el 14 de marzo en el Palacio de Congresos de Huesca, y hace un llamamiento a no olvidar la lucha de estas mujeres, que siguen siendo la verdadera revolución en su lucha por la justicia, la libertad y la igualdad.