Los árboles de Huesca se visten con los "abrigos de lana" de la Asociación de Fibromialgia

Con 200 ovillos han tejido a mano unas piezas que protegen del frío algunas especies y embellecen la ciudad

19 de Enero de 2025
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Abrigos de lana para los árboles

Con agujas, hilo y mucha dedicación, la Asociación de Fibromialgia de Huesca (Asafa Huesca) ha dado vida a una iniciativa singular. Los árboles de algunas plazas y calles de la ciudad lucen ahora coloridas vestiduras tejidas a mano para "protegerse del frío invernal", fruto del trabajo de las participantes del taller de movimiento de manos. En palabras de Macu Muriel, responsable del taller, “esto no solo embellece la ciudad, sino que también nos da una gran satisfacción personal”. Han utilizado unos 200 ovillos de lana de colores comprados por Asafa.

El proyecto comenzó en septiembre, cuando Muriel propuso al Ayuntamiento la idea de vestir los árboles con tejidos realizados en los talleres de la asociación. “Nuestra actividad habitual incluye movimiento de manos, punto, ganchillo y macramé. Es una manera de relajarnos, concentrarnos y compartir tiempo juntas”, explica. Tras varias gestiones con el área de Medio Ambiente, lograron la autorización oficial para llevar adelante esta intervención creativa.

El propósito de la iniciativa va más allá de lo estético. Los tejidos ayudan a proteger la corteza de los árboles, que tiende a agrietarse con las bajas temperaturas. “Los técnicos nos explicaron que el frío extremo afecta especialmente a los árboles jóvenes de algunas especies, y que estas fundas pueden prevenir daños”, detalla Muriel.

El viernes, con escalera en mano y muchas horas de trabajo por delante, las participantes del taller comenzaron a vestir los árboles de la Plaza Santo Domingo y de la Avenida Ramón y Cajal. Aunque el esfuerzo físico fue considerable, el ánimo de las tejedoras nunca decayó. “Nos turnábamos para coser las partes más altas y darnos un respiro, porque sostener los brazos arriba es agotador”, recuerda.

El impacto positivo de la intervención no tardó en hacerse evidente. “La gente que pasaba nos felicitaba, nos decía que les alegrábamos el día. Una mujer comentó que ver los árboles así decorados era como un regalo para la ciudad”, comparte emocionada. También se encontraron con el comentario de algún vecino que no entendía el propósito de este proyecto. 

La iniciativa no solo beneficia a los árboles, sino también a las propias participantes del taller. “Cuando te concentras en tejer, olvidas por un rato los síntomas de la fibromialgia. Estás en otro mundo”, dice Muriel. Además, la satisfacción de ver los resultados es un impulso emocional.

El proyecto, que aún no ha concluido, continuará en los próximos días para cubrir los árboles restantes en la zona de Ramón y Cajal hasta la rotonda de José María Lacasa. Muriel expresa su gratitud hacia todas las participantes, el Ayuntamiento y los ciudadanos que han mostrado su apoyo.

“Este esfuerzo nos conecta con la ciudad y con la naturaleza. Es una manera de aportar algo bello y útil, mientras nosotras mismas nos sentimos útiles y alegres”, concluye Muriel. 

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