Dentro de la gran actividad que ha acogido este domingo el Parque Miguel Servet de Huesca, ha tenido un protagonismo especial el XXVI Encuentro de Bolillos Osca, que ha reunido a 264 encajeras, que han visibilizado esta tradicional técnica artesana con la exhibición de su trabajo.
“Todo un arte”, como ha señalado la oscense Sara Marial, presidenta de la Asociación de Bolillos Santa Úrsula de Huesca y provincia, organizadora de este encuentro en el que han participado bolilleras de la capital oscense, Candasnos, Monzón, Barbastro, Belver de Cinca, entre otros puntos de la provincia, así como de Zaragoza, Alfajarín, Brea de Aragón y también de Tafalla. Las brigadas municipales han instalado las mesas y sillas entre paseo central del parque, donde se han instalado las participantes, que han regresado a este espacio verde tras el traslado al pabellón del parque el año pasado debido a la lluvia.
“Es un encuentro que se hace anualmente para juntarnos, porque estamos todas desperdigadas, y fomentar este arte”, ha indicado Marial. La reunión permite compartir ideas, intercambiar experiencias y disfrutar de una mañana en la que su labor sale a la calle para que los oscenses puedan conocer una muestra de la belleza de los trabajos que realizan las encajeras.
María José, una de las participantes llegada de Brea de Aragón, ha estado trabajando en confeccionar un abanico, una pieza complicada que requiere dedicarle muchas horas, pero señala que la variedad de posibilidades es enorme, como bisutería, pañuelos, ligas, posavasos, puntillas, por citar algunas, todo elaborado de forma minuciosa, porque este arte requiere de mucha atención y habilidad.
El futuro del encaje de bolillos se vislumbra optimista, ya que, según Marial, hay muchas personas mayores que lo mantienen y también "mucha gente joven que va entrando", recuperando en algunos casos una afición transmitida por madres o abuelas.
María José, que ha transmitido este hobby a su hija, lleva quince años realizando encaje de bolillos y, sobre todo, le sirve de terapia. “Como es muy matemático, desconectas un montón porque tienes que estar muy pendiente si no te quieres perder”, señala.
El día ha sido fantástico en el parque para que las encajeras mostraran y compartieran sus dotes en este arte -la única pega las palomas que han obligado a cambiar muchos manteles-, y se ha completado con el sorteo de cerca de cien regalos entre las asistentes. Sara Mairal ha agradecido, en este sentido, la colaboración de un importante número de comercios. También se han instalado varios puestos con piezas de artesanía realizada con esta técnica.