La bodega joven, la bodega fresca del Somontano. LAUS. Tenemos un plan para ti. O los que quieras. Te sentirás como en casa, en una casa grande llena de sensaciones, de experiencias, de diversión. De marcha, sí, de marcha. Con el vino más exuberante, para que sientas la plenitud de la alegría de uno de los alimentos de la Dieta Mediterránea por excelencia. Un vino delicioso, atractivo, sugerente.
Carpe diem. Toma el día como viene, pero cógelo por los cuernos. La decisión es tuya. Puedes llenar el tiempo de ocio o perder la oportunidad. Enclavar tu vida en un estilo zen o ser estoico. El aburrimiento también es una opción. Mala pero, al fin y al cabo, opción. No es nada recomendable, y vamos a explicarte por qué. Por qué a un ratito de tu ciudad, de tu pueblo, abundan los estímulos para convertir una estancia en una vivencia. Un festivo en una experiencia. Un vaso de vino en la pócima de Panorámix. Y flipar. Y sentirte poderoso. Tú en el centro de todos los universos. Girando y, al alcance, todos los placeres.
Tu estilo de vida es joven. El nuestro también. Por nuestras venas corre sangre musical indie. Somos la bodega del Polifonik Sound, y eso impregna carácter. Te vamos a atender al ritmo que desees. Vamos a convertirte en una simbiosis con la naturaleza. Tierra, aire, agua, sol. Y, en medio, tú con tus amigas, con tus amigos. Déjate mecer por la hospitalidad de los somontanos, estos paisajes en los que, cuando han pasado las horas, asalta tu ánimo la impresión de haber vivido en pura fantasía. Esas miradas al horizonte que nunca termina, aquellos picos, estos montes ondulados... Un cuadro impresionista.
Hasta la bodega desfilan, alegres, las blancas chardonnay y garnacha, las tintas merlot, syrah, cabernet sauvignon y garnacha tinta. Madrugan una vez recolectadas, porque el frescor es su aliado. Danzan solas o juntas, bajo la batuta de Jesús Mur, el barbastrense nacido entre las vides, y a las vides debido con respeto reveencial. Si acaso, despacha con una sonrisa leve la comunicación de los premios que recibe. No es lo fundamental, aunque alegra. Prefiere los galardones de la sonrisa del amigo que se acerca para libar sus vinos. Como Roberto Carlos, quiere tener un millón de amigos. Anda cerca
Y ahí, con buenos jinetes, en procesión el LAUS Chardonnay-Garnacha, luminoso e iluminado por el ramillete de rosas amarillas de su etiqueta. El Rosado Garnacha-Syrah y su rosa con pétalos distinguidamente pálidos. El Tinto Merlot-Syrah, ilustrado con las rosas rojas. El LAUS Garnacha Barrica, la soledad virtuosa en el terroir, y el geranio sobre el blanco de la botella. El Crianza del dúo Merlot-Cabernet Sauvignon al que dedica el pincel la amapola. Y el señorial Reserva cabernet sauvignon, pintado con el guisante de olor.
No es que tengamos un plan. Es que tenemos tu plan. O como prefieras, un plan para ti, y contigo. Te vamos a enseñar los viñedos y nuestro edificio. Vas a patear las tierras, a inspirar el aire puro que te falta en la ciudad, a sentir cómo el viento peina tus cabellos, a aprender de la arquitectura de una bodega singular, única, llena de misterios y de buena alquimia. Vas a ahondar en los secretos. Y, una vez te hayas empapado del espíritu prehistórico y vanguardista del Somontano, te lo vas a beber. Sí, te vas a tomar sorbos del territorio. Y la chispeante alegría de nuestros vinos va a ser el nexo que va a reforzar la amistad con los tuyos, con todos esos colegas con los que has llegado hasta nosotros. Para dejarte agasajar. Y catarás ese chardonnay, y ese rosado, y ese tinto barrica. Sin estrés. Sin estereotipos. Dejándote llevar. Y comprobarás que el brillo de los ojos es más intenso. Y que la vida merece la pena. Porque no hay límites ni fronteras, porque no hay barreras, porque el horizonte, en LAUS, lo pones tú. Porque LAUS no es enoturismo. Es plenoturismo.