Con motivo del Día Mundial de los Refugiados, que se conmemora el 20 de junio, Huesca alberga una serie de actos organizados por Cruz Roja, Cepaim y Apip-Acam, concebidos con el objetivo de concienciar y sensibilizar a la sociedad sobre la situación de estas personas. Debido a las previsiones de lluvia, las actividades han sido adelantadas a este miércoles, comenzando con la instalación de un singular campamento que estará abierto de 11 a 14 horas y de 17 a 20 horas.
Este espacio permite a los visitantes experimentar las condiciones de una instalación desde este tipo, desde los catres plegables hasta los kits de higiene que se distribuyen en situaciones de emergencia. "Hemos hecho unas pequeñas sombras que simulan historias reales, los motivos por los que muchas personas migran, y veremos que es que nosotros haríamos exactamente lo mismo", explica Teresa Aso, responsable del Programa de Refugiados de Cruz Roja.
Con dos mappings digitales, cedidos por Gravity, se ha simulado una situación de conflicto en Huesca. Los participantes deberán tomar decisiones cruciales en tiempo real, poniéndose en la piel de una persona obligada a huir.
La jornada también incluye, entre las 18 y 20:30 horas, actividades educativas y lúdicas, mientras que las sesiones musicales, se desarollarán de 18:15 a 20:30 horas.
La integración de los refugiados no solo depende del apoyo institucional, sino también de la acogida y el entendimiento de la comunidad. "Nosotros siempre aprovechamos este día para hacer un llamamiento a la sociedad oscense a perder el miedo. Parece que las personas migrantes generan temor, y yo siempre digo que se acerquen y conozcan la realidad de estas personas, porque eso genera mucha empatía," subraya Aso.
"Mucha gente no haría otra cosa diferente a lo que hacen ellas, que es salvaguardar su seguridad y la de sus seres queridos", y ha destacado la importancia que tiene el voluntariado para el proceso de integración. "Cruz Roja cuenta con más de 70 voluntarios en Huesca, quienes apoyan a los refugiados en diversas tareas, desde clases de español hasta acompañamiento en trámites administrativos. "Siempre dicen que es una experiencia brutal, porque te das cuenta de otras realidades que hay en el mundo y que muchas veces desconocemos", afirma Aso.
UNA COMUNIDAD SOLIDARIA
Teresa Aso comenta que la percepción en Huesca sobre los refugiados es, en general, muy positiva. Según Cruz Roja, la respuesta de la población ha sido ejemplar en diversas crisis, como la de Ucrania o la llegada del Aquarius. La provincia altoaragonesa gestiona 35 plazas de primera acogida y 44 de acogida temporal. Además, 28 han alcanzado la fase de autonomía, es decir, que viven de manera independiente y con empleo.
La coordinación entre instituciones es fundamental, y Teresa Aso considera que actualmente es bastante buena. "Dependemos de dos ministerios, principalmente el de Inclusión y también Interior, y a veces la comunicación no es tan fluida como debería", pero en situaciones de crisis, "siempre escuchan a las entidades que gestionamos el programa, porque son las que están sobre el terreno y las que observan las carencias que pueden producirse o situaciones imprevistas".
La situación de los refugiados es extremadamente voluble y su perfil cambia constantemente en función de las temporadas y los flujos migratorios. En los últimos siete años, el programa ha registrado un notable aumento de personas provenientes de diferentes regiones. Inicialmente, hubo un considerable incremento de refugiados de Venezuela, reflejo de la crisis en dicho país, y recientemente se ha apreciado una mayor afluencia de colombianos.
Teresa Aso también se ha destacado la presencia de refugiados ucranianos y afganos, aunque su número ha fluctuado con el tiempo.
A raíz de la crisis migratoria en Canarias, por otro lado, se ha observado un aumento significativo en el número de hombres solos provenientes de regiones subsaharianas.