El Ministerio de Sanidad, la Organización Médica Colegial con el consejo de Colegios de Médicos, el Centro Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), el Instituto de Salud Carlos III y la Fundación Española para la Ciencia y la Tecnología (FECYT Innovación) han firmado y publicado una Declaración Institucional por una Buena Ciencia y su mejor aplicación en la Medicina Clínica, después de un Seminario sobre “Mala ciencia y Medicina alejada de la evidencia”. El Consejo de Colegios de Médicos de Aragón se adhiere a este manifiesto.
Los firmantes se han comprometido a la colaboración para concienciar sobre el valor de la ciencia como proveedora de información veraz para que la ciudadanía adopte decisiones informadas y responsables sobre terapias y tratamientos seguros y eficaces, que eludan los riesgos para la salud y la economía.
Para buscar evidencia y un conocimiento objetivo, compartido, comunicable, verificable y reproducible, abogan por el método científico por cuanto permite configurar comunidades globales de pensamiento y práctica, en las que se custodian, expanden y difunden los saberes y la cultura.
La comunidad científica y de profesionales de la salud reprueban la utilización de técnicas o terapias sobre las que o bien no existe evidencia probada, o sobre las que la evidencia existente concluye que no son útiles e incluso que pueden ser perjudiciales para la salud. Estas técnicas son conocidas como pseudociencias y las pseudoterapias y, con frecuencia, aprovechan con fines de lucro la ausencia de información accesible o la desesperación de las personas que padecen enfermedades prometiendo falsamente resultados seductores para los pacientes y la ciudadanía.
Entienden que luchar contra las pseudoterapias y las pseudociencias exige trabajar cada día por ganarse la confianza de la población.
Con todos los instrumentos a su alcance se compromete a garantizar la integridad, la ética y la calidad del proceso de generación, difusión y aplicación del conocimiento al ámbito clínico y de la salud pública. Esta comunidad se compromete a unir fuerzas para contrarrestar a quienes defienden las pseudociencias y pseudoterapias y a trabajar conjuntamente desde las instituciones y organizaciones profesionales y científicas con el objetivo de mejorar el proceso que conecta ciencia y medicina para varios objetivos:
- Que las prioridades en las políticas de investigación se basen en las necesidades de salud y bienestar y fomenten aquellos desarrollos e innovaciones que añadan valor sanitario y social.
- Que las comunidades científica y clínica mantengan actualizadas sus competencias en metodologías de investigación, fomentando las iniciativas de colaboración ya existentes y aquellas que fueran necesarias para garantizar relaciones estables de cooperación.
- Promover una mejor comprensión e interpretación crítica de la literatura científica en el ámbito profesional sanitario.
- Aplicar los principios de la Ciencia Abierta para mejorar los procesos de revisión y publicación de los resultados de las investigaciones y poner a disposición de la ciudadanía de forma libre y gratuita el conocimiento científico, garantizando la validez de su metodología, el acceso a datos y la reproductibilidad.
- Introducir cambios en la evaluación del desempeño de los grupos de investigación que prioricen la calidad y pertinencia de los trabajos, y no la cantidad de artículos publicados.
- Fomentar la transparencia, prevenir y evitar los conflictos de interés que afectan a la aplicación de la ciencia a la práctica clínica, particularmente en la formación continuada, en los patrocinios de reuniones científicas y en la elaboración de recomendaciones y guías.
- Impulsar canales y contenidos apropiados que permitan difundir una información veraz y comprensible de los avances científicos, sin generar falsas expectativas a pacientes y ciudadanos y saliendo al paso de comunicaciones públicas prematuras, inmaduras o engañosas de resultados de las investigaciones.
Ciencia y Medicina conforman un binomio esencial para el progreso del conocimiento biomédico, para mejorar la salud y los servicios sanitarios y para enfrentar juntos los graves desafíos que nos trae la postmodernidad: distorsión y manipulación del proceso investigador (mala ciencia) o de la aplicación del conocimiento a la práctica clínica (medicina alejada de la evidencia).
Sobre estas bases, “estamos convencidos de que las instituciones y organizaciones profesionales y científicas debemos promover la buena ciencia, desarrollando iniciativas y garantizando una coordinación estable y abierta para responder a los principales retos y desafíos de los que depende la efectividad de nuestras intervenciones sanitarias, la eficiencia social de nuestro sistema ciencia-sanidad y la propia sostenibilidad del Sistema Nacional de Salud”.