Crece la ideación suicida en jóvenes aragoneses, con un alza notable en niñas de 13-14 años

Buen balance del programa piloto de prevención en colegios, que se ha visto afectado temporalmente por la falta de especialistas

06 de Marzo de 2025
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Manuel Corbera, primer director general de Salud Mental del Gobierno de Aragón.
Manuel Corbera, primer director general de Salud Mental del Gobierno de Aragón.

La ideación suicida en los jóvenes aragoneses ha aumentado de manera preocupante, especialmente entre las niñas de 13 y 14 años, aunque afecta a ambos géneros y distintos niveles educativos. Este incremento se suma a la creciente incidencia de trastornos infantojuveniles, que cada vez se diagnostican a edades más tempranas, como la hiperactividad y conductas alimentarias.

Una detección precoz y la intervención rápida son esenciales para mitigar las consecuencias que, a largo plazo, a veces pueden ser muy graves, como indica el director general de Salud Mental del Gobierno aragonés y psiquiatra, Manuel Corbera.

Por ello, el pasado curso se puso en marcha un programa piloto orientado a la prevención y seguimiento de la ideación suicida en las aulas, cuyo objetivo era agilizar el abordaje de los casos graves.

En el marco del Protocolo de Detección de Suicidio y Autolesiones, coordinado con el Departamento de Educación, se registraron  767 activaciones el año anterior. En el presente curso -a 6 de marzo-, ya se han contabilizado 523 casos en los primeros meses, lo que refleja un incremento significativo, atribuido tanto a una mayor incidencia como a una mejora en la identificación de las situaciones de riesgo.

El programa tiene como objetivo principal garantizar una intervención rápida en situaciones críticas. Para ello, la Dirección General de Salud Mental ha centrado sus esfuerzos en dos líneas prioritarias: fortalecer las Unidades de Salud Mental Infantojuveniles para asegurar una respuesta rápida en los centros escolares y en el entorno familiar, y promover la prevención primaria mediante campañas de sensibilización que fomenten la autodetección y reduzcan los factores de riesgo.

Estas acciones incluyen iniciativas para combatir el acoso escolar, apoyar a las familias en la identificación temprana de señales de alerta y proporcionar herramientas para gestionar el bienestar emocional de los jóvenes.

EL PROGRAMA PILOTO

Impulsado por los Departamentos de Educación, Cultura y Deporte y Sanidad del Gobierno de Aragón, el programa se llevó a cabo en 17 centros educativos del Sector Sanitario de Huesca entre los meses de abril y junio.

Cuando se detecta un caso, se activa el Protocolo de la Red de Detección de Suicidio, que evalúa la gravedad y, si es necesario, deriva al estudiante a la Unidad de Salud Mental.

El seguimiento se realizaba periódicamente desde orientación, donde se verificaba el estado del alumno o alumna, además de una supervisión en el aula y los recreos. La intensidad del seguimiento se reducía cuando se consideraba adecuado, pero se mantenía el apoyo emocional y la escucha activa.

Además, se celebraban reuniones mensuales con responsables de los centros escolares y profesionales de la Unidad de Salud Mental, como psiquiatras y psicólogos. En estos encuentros, se revisaban los casos detectados, se compartían experiencias y se fortalecía la colaboración entre ambos sectores.

De los 17 centros participantes, solo 9 asistieron a estas sesiones. Uno de los logros más destacados fue la modificación de las pautas farmacológicas y el enfoque clínico.

Tras la finalización del proyecto piloto en Huesca, y debido a la escasez de especialistas en la unidad Infantojuvenil, las reuniones periódicas se suspendieron. Sin embargo, sigue existiendo comunicación entre los centros educativos y este servicio, que actualmente solo cuenta con la atención de psiquiatría tres días a la semana.

Aunque el proyecto ha sido muy positivo, esta falta de profesionales ha impedido, de momento, su expansión a otras áreas de la Comunidad Autónoma, que iba a comenzar por Barbastro y Alcañiz. A pesar de ello, apunta el director general, se están tomando medidas para incorporar nuevos especialistas.

Eva Mayayo, psiquiatra que participó en el programa desde la Unidad Infantojuvenil, también hace una buena valoración de la iniciativa e igualmente estima que es necesario dotar este plan con más tiempo, recursos y planificación, porque cualquier intervención en prevención e intervención en conductas suicidas es esencial.

UNA PREOCUPACIÓN CRECIENTE

La salud mental de la población infantojuvenil es una preocupación creciente, según la psiquiatra Eva Mayayo. En la adolescencia, una etapa crítica en la que los jóvenes atraviesan crisis debido a cambios hormonales, sociales y emocionales, las dificultades pueden ser amplificadas por factores como el entorno familiar, los recursos disponibles y situaciones externas como el acoso escolar o la pérdida de un ser querido.

Mayayo destaca que, aunque los adolescentes tienen una notable capacidad de adaptación, cada vez más requieren acompañamiento para afrontar las situaciones cotidianas como rupturas de pareja o suspensos, ya que les desbordan emocionalmente debido a la falta de recursos para manejar estas situaciones.

En este contexto, la especialista señala que, a pesar de que se ha avanzado en la visibilidad de la salud mental, sigue existiendo un tabú sobre las emociones negativas. "Los adolescentes no siempre buscan apoyo o comparten sus problemas, ya que muchas veces sienten que no es aceptable mostrar vulnerabilidad", apunta.

GESTIÓN DE LAS EMOCIONES

Eva Mayayo explica que no siempre hay un trastorno mental detrás de una autolesión. Aunque en muchos casos se encuentra vinculada a la depresión, la ansiedad o problemas relacionados con la alimentación, también hay un porcentaje que gira en torno al 15 %, en el que las conductas autolíticas no responden a una patología, sino que constituyen una forma de gestionar emociones, de regular su malestar y calmarse

También aprecia la psiquiatra que ha aumentado la presencia de ansiedad, especialmente en forma de trastornos adaptativos, que surgen como respuesta a situaciones cotidianas que los jóvenes no logran manejar adecuadamente. Es bastante común que los cambios o las presiones provoquen alteraciones en hábitos como el sueño o la alimentación.

También advierte de los riesgos que entraña el uso incontrolado de internet, origen de muchos problemas emocionales de nuestros niños, adolescentes y jóvenes.

Aunque estas dificultades emocionales pueden ser más leves que los trastornos graves como la depresión, su frecuencia se está incrementando.

PREVENCIÓN EN TRES NIVELES

Manuel Corbera subraya la necesidad de centrarse en tres niveles de prevención. El primero es la prevención primaria, que busca intervenir antes de que se desarrolle el trastorno mental.

El segundo nivel es la prevención secundaria, que debe aplicarse cuando ya existen indicios de malestar. En estos casos, es crucial intervenir tempranamente para evitar que el problema se agrave.

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Corbera reconoce que, aunque estas intervenciones tempranas son esenciales, también es fundamental atender a las personas en otras etapas de la vida, ya que muchas pueden desarrollar enfermedades mentales o experimentar la reaparición de trastornos tratados previamente. Por lo tanto, es esencial mantener atención en todos los niveles de prevención.

Finalmente, destaca la tercera edad como un grupo particularmente vulnerable, con altas tasas de suicidio y autolesiones. Señala la importancia de apoyar a las personas mayores, quienes han sido fundamentales en la formación y desarrollo de la sociedad.

LA PRIMERA DIRECCIÓN GENERAL

El Gobierno de Aragón ha creado por primera vez una Dirección General de Salud Mental, lo que refleja el compromiso institucional con este tema. Corbera subraya que este hecho demuestra la importancia que la administración autonómica le otorga a la salud mental.

En cuanto a sus prioridades, el director general insiste en la necesidad de dotar de recursos personales y suficientes a los dispositivos de atención, especialmente en el ámbito infantojuvenil. Destaca que el 75% de las enfermedades mentales comienzan antes de los 18 años, por lo que la prevención y el cuidado temprano son esenciales para evitar patologías complejas en la edad adulta.

Para mitigar la escasez de profesionales, se están tomando medidas como aumentar las plazas de formación MIR y atraer profesionales de otras comunidades autónomas.

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