Una ocurrencia fatal en la ermita de la Virgen de la Corona de Almudévar. Un visitante quiso hacer una hamaca con una cuerda sujeta a la emblemática Cruz en el exterior del templo y, al sentarse, el símbolo se partió por la mitad y cayó con estrépito hasta romperse en varios trozos. Simplemente, una insensatez, sin más pretensión que aprovechar -un tanto irreverentemente, eso sí- la cruz como soporte para descansar en estos tórridos días.
La piedra cedió en el momento en el que se vio rodeada por la cuerda y el destrozo fue monumental. Afortunadamente, ni el irresponsable ni su acompañante sufrieron daños físicos algunos. Se personó la Guardia Civil y el protagonista de los hechos asumió que se haría cargo de los gastos.
La cruz, que según algunos almudevarenses puede pesar en torno a trescientos kilos, está en manos de un cantero para recobrar su integridad. Por cierto, no es la primera vez que pasa por las manos de un artesano del oficio, porque hace años fue restaurada también para que recuperara su verticalidad bien arraigada al suelo. A la vuelta, con certeza, habrá que celebrarlo con la correspondiente liturgia.