Un total de 14.795 cartas colocadas en línea ocupando 1.158,91 metros del Pabellón del Parque de Huesca. Es la línea de cartas más larga del mundo y la han conseguido crear cinco jóvenes oscenses, pendientes ahora de que su récord sea validado por el Guinness World Records.
El proceso hasta llegar a realizar este sábado el intento oficial de récord Guinness ha sido muy largo. David Cabrero, Jaime Hernández, Alberto Carcasón, Nicolás Landa y Adrián Aurensanz tenían ilusión por batir un récord y realizaron la solicitud al Guinness World Records en 2018 para lograr la línea de cartas más larga del mundo , cuando cumplieron 18 años. Cuatro años después, este sábado 10 de septiembre, han podido lanzarse a conseguirlo. Determinación y compromiso, dos de las cualidades que busca la organización, no les han faltado.
No querían público que les distrajera este sábado en su intento, solo algunos familiares y amigos acudieron al Pabellón del Parque para acompañarlos, y los testigos que según el reglamento tienen que dar fe de que todo el proceso ha sido correcto; en este caso contaron con un abogado, un teniente del Ejército y un arquitecto para hacer la medición. Además, vídeo y fotos de la hazaña.
El tiempo estaba marcado: 4 horas incluyendo el empleado en el montaje y el de medición. Contaban con 288 barajas de póker español para atacar el anterior récord, instalado en 1.000 cartas. Comenzaron a las 9:40 horas, cada uno de ellos en un punto del pabellón, cedido para este intento por el Ayuntamiento, colocando cartas sobre el parqué. Las reglas, explica David Cabrero, "que todas las cartas estuvieran juntas y que no se cruzaran las líneas que se van creando".
Cuando llevaban tres horas colocando cartas decidieron parar por temor a que no hubiera tiempo suficiente para llevar a cabo la medición, un proceso muy arduo, que tiene que ser preciso, porque se debe contar cada carta y el espacio en línea que han ocupado.
En ese momento llevaban colocadas 14.795 cartas, un total de 269 barajas, que ocupaban 1.158,91 metros en línea, según refleja el acta, un claro récord mundial.
Así, después de cuatro años de espera, en los que les ha dado tiempo a realizar sus estudios, este sábado se mostraban muy satisfechos. "Estamos muy contentos porque lo hemos conseguido. Para nosotros, ya lo tenemos", indica Cabrero. Una alegría que se multiplicará si en tres o cuatro meses reciben el visto bueno de Guinness World Records.