Emeterio Giménez recibe el Premio Aro 2024 por la "huella imborrable" que ha dejado en la Asociación Atritis Oscense

La concejala Marta Escartín y el alcalde de Ayerbe, Antonio Biescas, asistieron a la entrega del galardón

DH
27 de Enero de 2025
La huella imborrable de Emeterio Giménez, Premio ARO 2024

"Un hombre excepcional, un verdadero ejemplo de solidaridad y compromiso". Ésa es la consideración que la Asociación Artritis Oscense (ARO) tiene de Emeterio Giménez Salcedo, donde ha dejado una "huella imborrable", y por eso se llenó este sábado el salón del Hotel Abba de Huesca de emociones y cálidos aplausos para rendir homenaje a esta figura fundamental de la entidad.

Rodeado de compañeros, socios y autoridades, recibió la Distinción Anual 2024 de ARO, un reconocimiento "por su dedicación en cuerpo y alma" durante 15 años a los fines del colectivo. Emeterio, una de las piedras angulares de ARO desde su fundación en 2010, ha sido un ejemplo de trabajo generoso y silencioso.

Entre los asistentes se encontraban Marta Escartín, concejala del Área de Acción Social del Ayuntamiento de Huesca, y Antonio Biescas, alcalde de Ayerbe y diputado provincial. También se sumaron numerosos socios y miembros de la Junta Directiva, que aprovecharon el momento para dedicarle cariñosas palabras en reconocimiento a su bondad y entrega constante.

El presidente de la asociación, Fernando Oliván, en un emotivo discurso, se encargó de glosar su figura. Emeterio Giménez nació el 31de marzo de 1945 en la villa de Ayerbe, segúno hijo de una familia querida y apreciada en la localidad. "Emeterio ha dedicado gran parte de su vida a los demás, demostrando su generosidad y un desinterés que nos inspiran a todos", añadió, para recordar después que participó en actividades de Cruz Roja Española "y hasta salvó de morir electrocutado a un camionero, cuyo vehículo rozó con unos cables de alta tensión", al aplicarle las oportunas maniobras de primeros auxilios.

El presidente destacó que el homenajeado ha sido una de las "almas máter" de la asociación, desde sus inicios. "Os puedo asegurar, porque lo he vivido en directo, que la moto de Emeterio ha pisado todas las alfombras de despachos oficiales, consultas médicas y entidades afines, pero siempre intercediendo por los demás", comentó.

“Tu entrega a los demás y tu espíritu de servicio es un faro que ilumina el camino de todos nosotros. Tu sonrisa, tu optimismo y tu fortaleza son una fuente de inspiración para todos aquellos que te rodeamos", añadió.

María José, la gran compañera de vida de Emeterio Giménez Salcedo. Foto Myriam Martínez

Oliván añadió que, por supuesto, Emeterio no debía creerse que iba a colgar todas las medallas por sí mismo. Recordó que tuvo la suerte de que en su vida se cruzara una persona que decidió acompañarlo en este viaje y que todavía sigue a su lado, en el asiento de al lado: su esposa, María José. “Junto a un gran hombre, siempre hay una gran mujer”, señaló, y en este caso, María José ha estado siempre pendiente de Emeterio, tanto en lo bueno como en lo menos bueno, y él, siempre a su lado. El tándem que forman, subrayó Oliván, es el verdadero éxito de su vida.

Esta Distinción de ARO 2024, indicó el presidente, constituye un pequeño y humilde reconocimiento a su gran labor, a ese "pequeño gran hombre" que ha dedicado toda su vida a servir a los demás.

Recordó las palabras de Madre Teresa de Calcuta, quien decía: “El que no nace para servir, no sirve para vivir”, y afirmó que Emeterio era un verdadero ejemplo a seguir. “Pero te tenemos que pedir un favor”, añadió, “¡no cambies!”

En un momento lleno de emoción, Emeterio tomó brevemente el micrófono para expresar su gratitud. Agradeció a sus compañeros el reconocimiento y animó a todos los presentes a seguir trabajando por la asociación.

EL NACIMIENTO DE ARO

La Asociación Artritis Oscense nació gracias a la iniciativa de tres mujeres que, un día, decidieron dar forma a una idea en un despacho médico de reumatología: Rosa Roselló, Arancha Urcelay y Gloria Villacampa. Apenas unos días después, el 17 de junio de 2010, se formalizó oficialmente la constitución de la asociación con el Acta Fundacional. En aquel documento se nombró a la primera Junta Directiva, con Arancha Urcelay como presidenta, Beatriz Azanza como vicepresidenta, Virtudes Pelegrina en el cargo de secretaria, Emeterio Giménez como tesorero, y como vocales a María Luisa Nogués, Josefina Pueyo Romeo, Gloria Villacampa y Rosa Roselló.

Fernando Oliván, presidente de la Asociación Artritis Oscense (ARO). Foto Myriam Martínez

AGRADECIMIENTO Y REFLEXIÓN

La comida de Navidad de ARO, que aunque tardía bien valió la espera, se convirtió en un momento de unión y reflexión. El presidente de la asociación dedicó palabras de recuerdo a las socias fallecidas María Pilar Paraíso Gros y Araceli Calvo Bescós, y agradeció el compromiso de los miembros de la Junta Directiva, en especial de la trabajadora social Débora Mateo, a quien felicitó junto a su esposo Kevin por el nacimiento de su hijo. También destacó la labor de colaboradores como Guillermo y las socias de manualidades, quienes elaboraron un obsequio especial para la ocasión.

Y, como no podía ser de otra forma, Oliván dedicó un recuerdo especial a la "querida" -como se refirió a ella- Diana Gómez Gil: “Hoy no has podido estar aquí, como te hubiera gustado, pero siempre estarás en nuestros corazones”. La trabajadora social recibió esta misma distinción el año pasado y antes le correspondió a la psicóloga María Ángeles García Soto y a la periodista de EL DIARIO DE HUESCA, Myriam Martínez.

“Un año más, tengo la enorme satisfacción de comunicaros que ARO goza de una salud envidiable”, afirmó después, destacando que la asociación ha aumentado considerablemente su número de socios, alcanzando los 350.

Además, mencionó que gozan de una economía saneada y que la participación en eventos, actos, cursos y actividades ha aumentado de manera vertiginosa. Sin embargo, destacó que la implicación de los socios en las actividades sigue siendo una asignatura pendiente, pues, a pesar de realizarse una encuesta de satisfacción, la respuesta obtenida fue escasa.

ARO también ha logrado una distinción importante: el Instituto Aragonés de Fomento les ha concedido el Sello de Responsabilidad Social de Aragón 2025 por segundo año consecutivo. Este reconocimiento es un aliento para seguir trabajando con más fuerza en la mejora de la calidad de vida de los afectados por enfermedades reumáticas.

Una amplia presencia de socios quisieron acompañar a Emeterio Giménez. Foto Myriam Martínez

ASUNTOS PENDIENTES

El presidente no pasó por alto los desafíos en el ámbito sanitario, en particular en el terreno de la reumatología. “Seguimos luchando por una asistencia sanitaria de calidad para los enfermos reumáticos y por que los profesionales médicos cuenten con los recursos necesarios”, subrayó, haciendo hincapié en que la situación actual no es la más idónea.

Actualmente, San Jorge cuenta con un solo reumatólogo, Barbastro con otro, y con la jubilación inminente de la doctora Fábregas en Huesca, la falta de personal se hace aún más crítica. Asimismo, señaló la lucha que ARO mantiene para que la dispensación de medicación en la Comarca de La Jacetania se realice en el Hospital de Jaca, evitando que los enfermos deban desplazarse hasta Huesca una o dos veces al mes para obtener sus dosis.

En este punto, el presidente manifestó la dificultad de la situación, aludiendo a las barreras que se encuentran en el camino: “Hemos entrado en un estado de tozudez política, pero confiamos en que esto se resolverá pronto, por respeto a la humanización de la sanidad y al paciente.”

Finalmente, dedicó un merecido reconocimiento a la doctora Fábregas por su dedicación y cuidado hacia los pacientes durante todos estos años, deseándole lo mejor en su jubilación. También expresó su admiración por la profesionalidad de todos los sanitarios: médicos, enfermeros y personal de salud, quienes a pesar de las dificultades que enfrentan cada día, siguen realizando su labor con un alto grado de resiliencia.

Sin embargo, alertó sobre los problemas crecientes en el sistema sanitario, como la falta de médicos, listas de espera, distribución de medicación y escasez de tratamientos. “La tarea no es fácil”, reconoció, citando las palabras del pedagogo estadounidense Charles Brooks, quien ya en 1800 dijo: “El mundo fue hecho en siete días. Hace miles de años, que están intentando deshacerlo".