Emeterio Giménez Salcedo, una persona buena, activa y comprometida, será homenajeado este sábado con el Premio ARO 2024, un reconocimiento que destaca su esfuerzo y dedicación hacia la Asociación Artritis Oscense, que le considera un pilar importante en esu estructura. Su carácter altruista y solidario, así como su disposición para ayudar a los demás, lo convierten en un ejemplo.
Este sábado, en el Hotel Abba Huesca, a partir de las 14:30, sus compañeros y amigos le rendirán tributo por su esfuerzo incansable para mejorar la calidad de vida de las personas con esta dolencia.
Aunque siempre ha preferido mantenerse en segundo plano, quienes lo conocen reconocen en él a una persona humilde y apasionada por trabajar por el bienestar colectivo. "No cabe duda de que este premio es una gran satisfacción, aunque no me gustan mucho estos reconocimientos. Yo prefiero pasar más desapercibido, pero cuando me lo dijeron, me llenó de satisfacción", asegura él.
Emeterio nació en Ayerbe hace casi 80 años, aunque nadie lo diría. Comenzó su vida laboral como agricultor, pero los problemas de espalda le obligaron a cambiar de oficio. Posteriormente, se trasladó a Huesca, donde ha vivido desde que se casó con María José López Callén. "Pero sigo siendo de Ayerbe, me tira mucho subir -advierte-; por eso, cuando dicen 'llegan los de Huesca', yo siempre digo: no, llegan los de Ayerbe".
En 1997, con 52 años, Emeterio empezó a experimentar dolor en el dedo de una mano, fue su primer brote. "Me llamaba la atención, porque no me había dado ningún golpe. Y entonces ya empezaron los brotes y los problemas".
El primer facultativo que le diagnosticó la artritis fue su paisano Fernando Sarasa. "En aquellos tiempos, en Ayerbe, íbamos a almorzar los domingos, y cuando se lo conté, me miró todas las articulaciones y me dijo: 'Esto no te matará, pero prepárate, porque esto es de sufrir' y desde entonces esto no ha parado".
El sufrimiento puede partir de una muñeca, el codo o un hombre, de cualquier articulación. "Cuando esa zona se pone muy caliente, hasta que no sale la inflamación hacia afuera, no se va el dolor. Es un dolor muy agudo que te va limitando cada vez más, y hay que aprender a vivir con eso", detalla.
Ha pasado mejores y peores momentos, y destaca todo lo que "peleó" la doctora Rosa Roselló, ya jubilada, para tener los mejores tratamientos. "Ahora vuelven otra vez los problemas y, a raíz de tener un aneurisma este verano, estuve sin tratamiento durante una temporada, y eso lo estoy notando bastante", explica.
Emeterio Giménez explica que una de sus mayores dificultades es la movilidad y la estabilidad. Además, resalta cómo la articulación de las manos y los brazos son áreas que afectan a su vida diaria. "Al principio, durante temporadas, mi mujer me ayudaba a vestirme y a desnudarme", recuerda Emeterio, quien también pasó por una prótesis de rodilla y una artrodesis en los pies. "La moto ha sido la salvación", remarca.
La Asociación Artritis Oscense se constituyó en 2010 gracias a la iniciativa de Arancha Urcelay, quien encontró en la doctora Rosselló una aliada imprescindible y fundamental. "Empezamos con 10 personas. Eso fue creciendo, fuimos haciendo cada vez más cosas y, en este momento, creo que ya somos más de 330", menciona Emeterio. En tan solo 15 años, la asociación ha aumentado de socios de manera significativa, lo que indica "que hay muchos pacientes con artritis", observa.
La Asociación Artritis Oscense se creó con el objetivo de ofrecer apoyo mutuo entre las personas afectadas por esta enfermedad. Emeterio Giménez explica que no es lo mismo recibir consejos o apoyo de alguien que no sufre la enfermedad que de quienes realmente la padecen.
También empezaron a realizar actividades que favorecieran a sus asociados y empezaron a darle visibilidad a esta dolencia, que no era muy conocida en ese momento. "Ahora, si llegamos al verano, llevaremos 15 años de existencia. Por eso, yo digo que hemos crecido rápido, porque en 15 años en Aragón, ésta es la única asociación que hay". La entidad llegó a estar en Zaragoza explicando su funcionamiento, pero no se llegó a formar otra.
Fue el máximo responsable del colectivo dos años, pero comenta que su vocación no es ostentar ese puesto, que, tras su renuncia, asumió el actual presidente, Fernando Oliván.
Emeterio forma parte de la Junta de ARO y se ha ocupado de otros cometidos, como los viajes y excursiones, y la lotería, muy importante para la sostenibilidad económica de la asociación.
Emeterio Giménez señala que, en cuanto a las instituciones, la principal reivindicación está relacionada con las carencias en el sistema sanitario, especialmente en el ámbito de la reumatología. "Ahora hemos ido en picado hacia abajo", afirma. Recuerda que antes había dos reumatólogos en Huesca y otros dos en Barbastro, pero en la actualidad solo queda uno en cada ciudad, lo que ha afectado de forma significativa los tiempos de atención. "Si antes las consultas tardaban en llegar, ahora no te digo nada cómo van".
Una de las preocupaciones más repetidas en las conferencias y reuniones es la importancia del diagnóstico precoz. Emeterio destaca que, en la actualidad, pueden pasar hasta dos años desde que una persona comienza a tener síntomas hasta que es atendida por un especialista. "Cuanto antes se diagnostique, mejor para empezar los tratamientos", resalta.
En cuanto a sus compañeros de la asociación, indica que si tiene oportunidad de dirigirse a ellos en el acto de entrega del Premio ARO, les agradecerá todo el trabajo realizado y los animará a seguir fortaleciendo la asociación, y a presentar iniciativas
El homenaje a Emeterio Giménez es también un reconocimiento al esfuerzo constante y colectivo por visibilizar y mejorar la vida de quienes padecen artritis. El ejemplo de un hombre que trabaja con su entusiasmo para mantener vivo un proyecto que ofrece esperanza, apoyo y una mejor calidad de vida a cientos de personas resulta realmente inspirador, y demuestra cómo el compromiso individual puede marcar una diferencia significativa en la vida de un colectivo.