"Este festival se llama Esperanzarte porque tenemos esperanza de que vosotros los más pequeños, pero también vosotros los más mayores sembremos este mundo con valores, con cariño, con ilusiones, con amor". Tambor, tambor, tambor de buen rollo, "que se entere todo el mundo de que aquí todos nos ayudamos". Kikote, payaso, educador, motivador, levanta al auditorio, el Teatro Salesiano en el que se celebra uno de los espectáculos de este certamen cristiano y humanista que este año contabiliza quince actuaciones con el elemento singular de la necesidad de ayudar a los afectados por la dana.
Niños y mayores han escuchado la introducción de Josan Montull en la que manifiesta su irrenunciable fe en los jóvenes con su mensaje de optimismo, de esperanza y de amor. Es viernes por la tarde y el festival ha comenzado con la vibrante y talentosa actuación de la rapera Aisha Ruah, que une a sus compañeros de espectáculo la capacidad transformadora de la palabra en ritmos impensables pero no imposibles, todos amalgamados por las virtudes que se les supone a los seres humanos.
Juan Yzuel, presidente de Esperanzarte, agradece la presencia de todo el público. "Mi madre, que era una cocinera profesional, siempre decía que era bonito cocinar, pero lo era más que la gente se coma la comida. El festival tiene 15 conciertos esta semana en muchos sitios: en Salesianos de Zaragoza, en el colegio de sordos donde nos sorprendió y fue una experiencia maravillosa, en la Universidad San Jorge, mañana estamos en la cárcel de Zuera, por la tarde en el barrio del Oliver, el domingo en la Iglesia de Zuera. Tratamos desde hace años de llevar el evangelio a muchos lugares con esta forma, el buen rollo, el amor y saber que hay muchas cosas que en este mundo nos invitan a la desesperanza, como el cambio climático que nos está afectando con esta dana terrible, el que no seamos capaces de parar estas dos guerras tan tremendas que tenemos en la puerta de casa... Pero también hay gente muy buena que está haciendo cosas, como nos ha dicho Josan, gente maravillosa que coge sus fregonas y sus escobas y van a ayudar. No sabrán muy bien cómo, pero esta tarde nos queremos llenar de esta esperanza".
Antes de que Josan recomendara a los niños que abrieran su corazón y a los adultos el bolsillo, Isabel, de Cáritas Diocesana, ha agradecido la colaboración participando en Esperanzarte y los que han cooperado con el pincho. "Estamos notando muchísimo la generosidad de los oscenses que os estáis volcando en la dana. Sabemos que no es fácil desde aquí plantarnos en persona, pero estamos viendo cómo los oscenses os volcáis en ayudar a nuestros vecinos. Desde Cáritas, nos centramos en recoger esas ayudas económicas y poder hacérselas llegar allí donde más necesitan".
Pensando en el futuro de la ayuda de Cáritas, ha animado a colaborar en este Esperanzarte que, en esta edición, se celebra con el lema "Un lugar para todos, un lugar para ti" en recuerdo de las palabras del Papa Francisco en la Jornada Mundial de la Juventud: "En la Iglesia hay espacio para todos, para todos. En la Iglesia ninguno sobra, ninguno está de más, hay espacio para todos. Así como somos. Todos”.
"Y como las arenas del desierto vienen, y como las arenas del desierto van, como suben las mareas, como vuelven a bajar, nos hace un guiño la luna y ya se vuelve a marchar". Era el inicio del colofón del festival con Migueli Marín, el cantautor de impoluta reputación porque suma la belleza de sus composiciones que se disfrutan televisivamente en Últimas Preguntas o en sus muchos conciertos por todo el mundo, acompañando en ocasiones a los más populares cantantes como Rozalén.