"Hemos aprendido
en el largo remolino del tiempo
a curar las heridas, a llorar la muerte.
Hemos aprendido
a reconstruir los sueños
y apilar las piedras para que sean
testigos y cobijos.
Hemos aprendido
que en silencio el corazón
se renueva y vuelve a brotar
aun después de la guerra, de la hambruna
del desgarro y el exilio.
¿Pero cómo podemos
aprender a sostener el dolor
de que todo se derrumbe
el glaciar, el océano, las estaciones?
¿Cómo podemos ser testigos
de la ruptura en el legado de las
especies, de los elementos
sin que nos invada un dolor
incomprensible para el cual
nuestro corazón está completamente
desprovisto de instrucciones?"
Este poema de Tatiana Sibilia, Solastalgia, tomado de la web Mapas del Colapso, aprovecha el neologismo que describe la angustia, el estrés mental y existencial que causa el deterioro medioambiental. Y es el que ha recitado una de los miembros del grupo Extinción Rebelión (Extintcion Rebellion) este mediodía en las Cuatro Esquinas abarrotadas de ciudadanos en las terrazas como llamada de atención sobre el desastre del equilibrio en el planeta, y como denuncia de hábitos de consumo desbocados como los que marca el Black Friday.
El colectivo, que reúne a veinte oscenses (hoy estaban diez), ha recomendado "evitar el plástico de un solo uso. Tenemos un planeta de plástico. Se acaba el plancton, los planetas y todo. Y parece que no nos damos cuenta. Por favor, está en la mano de todos nosotros evitarlo. Somos Extinction Rebellion". Se trata de un movimiento internacional que demanda la Justicia Climática sobre tres cimientos: Decir la verdad, actuar ahora y asambleas ciudadanas. "Cuando decimos la verdad, reclamamos justicia. Cuando decimos 'actuad ahora', exigimos justicia. Cuando se reúnan las Asambleas Ciudadanas, serán guiadas por el anhelo de justicia". Se define como políticamente no partidista, descentralizado, que usa la acción directa no violenta y la desobediencia civil contra la Emergencia climática y ecológica.
La "performance" ha sido sumamente llamativa. Un cortejo fúnebre en torno a un ataúd con las siglas RIP (requiescam in pacem). Luego, un buen número de bolsas del Black Friday en torno al féretro, como símbolo del abuso del plástico y de los hábitos perniciosos para el planeta. Un portavoz ha explicado a EL DIARIO DE HUESCA la importancia de protestar a través de todos los medios pacíficos para que los gobiernos garanticen la justicia social, climática y ecológica priorizando a los colectivos en situación de vulnerabilidad, sin incurrir en falsedades, trabajando cooperativamente, combatiendo la pérdida de biodiversidad y reduciendo las emisiones de gases de efectos invernadero a cero". Algunos de sus miembros ni siquiera creen que reciclar sea una solución trascendental, sino que defienden la reducción y la reutilización. De ahí que en la pared de la caja fúnebre apareciera la leyenda "El exceso de consumo mata nuestro planeta".