El fiscal jefe de la Audiencia Provincial de Zaragoza, Felipe Zazurca, considera muy importante "el compromiso" de los profesionales relacionados con la protección y defensa de los menores. Flanqueado en el Salón Azul del Casino por el presidente y vicepresidente del Club de Opinión Lucas Mallada, Javier Caudillo y Antonio Bescós, respectivamente, aseguró con rotundidad: "Hay que sacrificar el tiempo que haga falta".
El evento, organizado por la citada entidad, reunió a un numeroso público, atraído por el prestigio del conferenciante y la relevancia del tema tratado: los problemas actuales que afectan a niños y jóvenes.
La presentación corrió a cargo de Javier Caudillo, quien primero pidió un minuto de silencio por los fallecidos en Valencia a consecuencia de la dana. Después, introdujo a Zazurca con un recorrido por su dilatada trayectoria profesional y su profunda vinculación con Huesca. Ingresó por oposición en la carrera fiscal en 1986, y comenzó a trabajar en Barcelona. Pasó por Tarragona antes de llegar a la capital oscense en 2001, donde ejerció como fiscal jefe hasta 2017, momento en el que asumió su cargo actual en Zaragoza. “Estos años en Huesca, según él mismo ha afirmado, han sido posiblemente los mejores de su vida profesional, no solo por su desarrollo como jurista, sino también por los vínculos y aprendizajes que aquí encontró”, comentó Caudillo.
Así lo corroboró Zazurca, quien antes agradeció el minuto de silencio, ya que, según relató, realizó el servicio militar en Valencia y conoce a mucha gente de la zona afectada. "Para mi, como para todos, ha supuesto un dolor especial".
Seguidamente, recordó su etapa en la capital altoaragonesa. "Tengo la sensación, la convicción, de que aprendí mucho más de lo que pude ofrecer a cambio”, afirmó.
Zazurca destacó que su tiempo en Huesca marcó una de las etapas más significativas de su vida: “Llegué en septiembre de 2001, con 42 años, y marché con 58 en marzo de 2017. Posiblemente, esos fueron los mejores años de mi vida. Me vine con ilusión porque volvía a Aragón tras más de 22 años fuera, pero también puedo decir que me fui con pena, no con dolor, porque me fui donde quise, pero con el sentimiento de que las cosas que pasé aquí superaron con creces lo que esperaba”.
Durante su intervención, recordó cómo Huesca influyó en su desarrollo a todos los niveles. “Fue aquí donde terminé de formarme como profesional, donde aprendí a ser más transversal, a tener una mentalidad más abierta, a saber que hay vida más allá de la tribu”. También evocó vivencias entrañables como las fiestas laurentinas: “Nunca he visto unas fiestas que se vivan con tanta alegría, entusiasmo e ilusión como aquí. Desde el chupinazo inicial hasta la ofrenda, pasando por los desayunos con huevos fritos y chorizo en la mañana de San Lorenzo, todo fue para mí una experiencia inolvidable”.
Además, hizo referencia a lugares icónicos de la ciudad que permanecen grabados en su memoria, como la Catedral, San Pedro el Viejo, y los bares del Coso. “Recuerdo las estrellas contempladas desde un banco en la Plaza de Europa, las hogueras de San Blas... Todo esto me hace evocar aquella canción de Serrat que habla de los recuerdos, esos que tienen billete de ida y vuelta y que, a veces, sin que nadie lo vea, nos pueden hacer llorar”.
Zazurca también reflexionó sobre los menores y su vulnerabilidad, destacando que el tema no solo incumbe a la justicia, sino que requiere la implicación de toda la sociedad. “Los menores, incluso los que viven en ambientes normalizados, son vulnerables porque están en una etapa de formación. Esto requiere la atención no solo de la administración de justicia, sino también de familias, educadores, psicólogos y trabajadores sociales”.
También subrayó la necesidad de compromiso en el ámbito judicial: “Lo que sí se nos puede exigir a los profesionales relacionados con la protección y defensa de los menores es el compromiso. No hay tiempo, no hay límites. Si es necesario, se debe predicar con el ejemplo, sacrificando el tiempo que haga falta. Eso es lo que a veces, y no quiero generalizar, puede faltar: compromiso”.
LEGISLACIÓN E INTERVENCIÓN
En su intervención, Felipe Zazurca, fiscal jefe de la Audiencia Provincial de Zaragoza, abordó los desafíos de la protección de menores frente a la violencia y las adicciones, destacando la importancia de las instituciones y las leyes para tratar estos problemas. Según Zazurca, la Policía Nacional, a través del UFAM, realiza un trabajo destacado en la recopilación de partes de asistencia hospitalaria relacionados con menores víctimas de violencia. Sin embargo, reconoció que existe un conflicto con la protección de datos, lo que dificulta la comunicación fluida entre los servicios de salud y las autoridades.
Zazurca también enfatizó la vulnerabilidad de los jóvenes y la necesidad de intervenir rápidamente ante situaciones de riesgo. La violencia física y psicológica contra menores, así como los problemas relacionados con trastornos mentales y adicciones, requieren de una respuesta temprana. El fiscal lamentó la falta de soluciones efectivas, ya que las leyes existentes no proporcionan herramientas concretas para combatir estas situaciones de forma integral.
En su intervención, Felipe Zazurca, fiscal jefe de la Audiencia Provincial de Zaragoza, abordó los desafíos de la protección de menores frente a la violencia y las adicciones, destacando la importancia de las instituciones y las leyes para tratar estos problemas. Según Zazurca, la Policía Nacional, a través del UFAM, realiza un trabajo destacado en la recopilación de partes de asistencia hospitalaria relacionados con menores víctimas de violencia. Sin embargo, reconoció que existe un conflicto con la protección de datos, lo que dificulta la comunicación fluida entre los servicios de salud y las autoridades.
Zazurca también enfatizó la vulnerabilidad de los jóvenes y la necesidad de intervenir rápidamente ante situaciones de riesgo. La violencia física y psicológica contra menores, así como los problemas relacionados con trastornos mentales y adicciones, requieren de una respuesta temprana. El fiscal lamentó la falta de soluciones efectivas, ya que las leyes existentes no proporcionan herramientas concretas para combatir estas situaciones de forma integral.
VIOLENCIA EN EL ÁMBITO FAMILIAR
Otro tema clave que Zazurca abordó fue la violencia en el ámbito familiar, especialmente las agresiones sexuales a menores, que, según él, son cada vez más frecuentes. En su intervención, destacó que muchas de estas agresiones se producen por parte de familiares cercanos o conocidos, como el novio de la madre o un primo, lo que genera una situación de abuso de confianza muy difícil de detectar.
Para Zazurca, es necesario abrir "ventanas" en las familias para identificar y actuar ante estas situaciones de violencia, ya que, a pesar de los avances en la legislación, el proceso sigue siendo complejo. La protección de los menores debe ser una prioridad, y, en su opinión, es fundamental que las autoridades actúen con sensibilidad y precisión para garantizar la seguridad de los niños, al mismo tiempo que persiguen y castigan a los culpables.
Finalmente, Zazurca subrayó que, más allá de las leyes, el compromiso individual y colectivo es crucial para mejorar la situación de los menores. El trabajo conjunto de las instituciones, las familias y la sociedad es esencial para erradicar la violencia y proteger a los más vulnerables. En su opinión, más allá de las normas jurídicas, lo que realmente marcará la diferencia será el esfuerzo conjunto para garantizar una respuesta eficaz y humana a los problemas de violencia y abuso infantil.
AUMENTA LA VIOLENCIA
Javier Caudillo intervino en el turno de preguntas para plantear que la violencia entre los jóvenes está aumentando, como lo demuestra la memoria de la Fiscalía General del Estado, que indica un incremento alarmante de las agresiones sexuales, que han subido más de un 100 % en los últimos cinco años.
Agregó que este aumento no solo es preocupante, sino que también refleja una fallida respuesta por parte de las instituciones que deberían proteger a los menores. Al respecto, citó un factor clave en este fenómeno: la familia y la escuela. A su juicio, ambos entornos están fallando.
Zazurca consideró que habría que bucear en la historia particular de estos jóvenes, que detrás de sus comportamientos esconden familias desestructuradas, pobreza y desigualdades sociales.
También manifestó que la falta de valores y principios básicos en algunos jóvenes es otro problema fundamental. Zazurca apuntó que la respuesta no está solo en las leyes, sino en la necesidad de educar y formar adecuadamente a los jóvenes desde una edad temprana.
Además, Zazurca mencionó que los educadores se encuentran en una posición complicada, ya que muchos no pueden actuar de manera efectiva debido a la falta de apoyo institucional y familiar. La conciencia de lo que está bien y lo que está mal parece haberse perdido en muchos casos, lo que lleva a que los jóvenes no perciban la gravedad de sus actos. El fiscal citó ejemplos de jóvenes que no se sienten responsables por acciones como robar o agredir, simplemente porque no comprenden el impacto de sus actos.
El fiscal jefe destacó que "la justicia sin compromiso no tiene valor", y que es necesario un esfuerzo conjunto de la sociedad para mejorar la situación. Aseguró que la clave está en educar y formar a los jóvenes de manera que entiendan que "no todo vale", que deben aprender a distinguir entre lo que está bien y lo que está mal. El fiscal también remarcó que las políticas públicas deben ser más efectivas y tener un enfoque más integral, que incluya no solo medidas judiciales, sino también educativas y sociales.
El desafío de la violencia juvenil y la desestructuración familiar no es sencillo, pero para Felipe Zazurca, hay una solución: un compromiso colectivo de las familias, la escuela y la sociedad en general. El fiscal concluyó que, sin estos pilares básicos de educación y responsabilidad, la situación solo empeorará.
LAS REDES SOCIALES
Zazurca abordó también los retos que plantea el uso de redes sociales en relación con la protección de los menores. Durante su intervención, subrayó que las plataformas digitales, aunque constituyen herramientas útiles, presentan riesgos significativos si no se regulan adecuadamente.
Por ello, no se trata de eliminarlas, sino de adecuarlas y establecer límites claros, especialmente en el caso de los menores.
Uno de los temas más preocupantes, según el fiscal, es la dificultad para actuar con rapidez y eficacia frente a contenido dañino en la web o las redes sociales. Comparó esta problemática con otros trastornos que afectan a los jóvenes, como los relacionados con la conducta alimentaria, donde también resulta complicado obtener una respuesta inmediata.
Además, hizo referencia a casos recientes de jóvenes que comparten imágenes comprometedoras de compañeros, sin ser plenamente conscientes del daño que ocasionan o de las implicaciones legales de sus actos. "Es preocupante que muchas veces ni los adolescentes ni sus padres entienden la gravedad de estas acciones", dijo. Subrayó que, aunque estas situaciones se han abordado con éxito en algunos centros educativos gracias a la colaboración con los colegios, queda mucho por hacer.
Finalmente, Zazurca destacó la importancia de la educación y el papel de las familias. Señaló que, aunque la legislación y la justicia tienen un rol crucial, es en el hogar y en los centros escolares donde se sientan las bases para un uso responsable de estas herramientas. En su opinión, "los problemas más graves se pueden prevenir".
A su término de la conferencia, incluido el turno de preguntas, Antonio Bescós le entregó, en nombre del Club de Opinión, un obsequio realizado por Julio Luzán.