Un año más, el grupo Andarinas de Huesca, junto con la artista Mayte Bornaechea, han creado el Belén natural en la ermita de San Fertús, una joya del siglo XII que destaca el valor del Patrimonio del Abadiado de Montearagón. Este proyecto no solo es un homenaje a la Navidad, sino también un esfuerzo por preservar y dar a conocer este rincón cargado de historia.
Para llegar a la ermita, advierte el grupo de Andarinas, cuando veas los carteles de la ermita del Viñedo, toma la pista de la derecha. Puedes apoyarte en Google Maps para facilitar la orientación.

La ermita de San Fertús, de planta rectangular y nave única, se caracteriza por su cabecera recta orientada hacia el este y una portada de acceso en el muro oeste. Construida con sillería de gran calidad, el edificio revela diversas fases constructivas a lo largo del tiempo. Aunque el muro sur está semiderruido y varios sillares yacen esparcidos, en el presbiterio aún se conservan canecillos esculpidos con formas de rollos, testigos de la antigua cornisa hoy desaparecida.

En el muro este, la cabecera luce un pequeño ventanal aspillerado, que por dentro presenta un arco de medio punto monolítico en derrame. La puerta principal, situada en el muro oeste, está decorada con un arco de medio punto dovelado y enmarcado por una moldura que arranca sobre imposta. Probablemente existió un acceso original en el muro sur, hoy desaparecido. Además, en la pared norte destaca un gran sillar con un pequeño orificio que podría corresponder a un sepulcro reutilizado.

Dentro de la ermita, tres arcos apuntados de piedra dividen la nave en cuatro tramos, apoyados directamente sobre el suelo. Estos arcos sostenían una techumbre de madera, que lamentablemente se ha perdido con el tiempo. A pesar de su estado, el edificio conserva su mística, recordándonos la importancia de proteger estos espacios históricos que nos conectan con el pasado.