"Sobre un desierto baldío, obra de esfuerzos valientes, aflora El Temple y sus gentes. Un vergel en regadío. Dejando atrás su pasado y esclavos de su presente, llegan errantes cansados, de sitios muy diferentes. Sueñan futuro en el temple. Colonos que aran su tierra, esforzados, orgullosos, y aun siendo tiempos penosos, siguieron creyendo en ella. Fundamento de su ser, la prestancia del templero, que no duda en acoger amablemente al viajero, recordando que él lo fue por largo y duro sendero. Orgullosos de este pueblo, templeros, tenéis que estar. Queredlo como a unos padres. Sentid a vuestros abuelos, y sus hijos no se irán".
Un hermoso video ha recorrido los teléfonos de los vecinos y nativos de El Temple, cuya identidad se refuerza con el tañido de la bandurria y el repiqueteo de las castañuelas mientras dos actores sobrevenidos, Ana y Jesús, madre e hijo, flotan sobre el sentimiento de pertenencia con la armonía de sus bailes fluidos. El motivo, la celebración del 60 aniversario del Grupo San Isidro, que este 29 de junio convertirá El Temple en orgullo y oración con un programa cuya intención, más allá de rendir tributo a los primeros en poner los sones hace seis décadas, estriba en reflotar una nave que las circunstancias de los pueblos llevaron a la deriva y ahora mismo ya encuentra anclas para pensar en una refundación.
Contra el viento y la marea de la marcha de las gentes de los pueblos, una comisión ha organizado durante semanas este gran acontecimiento para el que han ensayado y no han dejado ni un detalle al azar. Javi Ruiz Carbonell y Vero Martín Bernal han sido los principales, que no únicos, artífices de esta jornada que invadirá el aire de El Temple de nostalgia y de esperanza. Los cuatrocientos residentes, y muchos de la diáspora, están emocionados ante un acontecimiento para el que sólo piden al cielo que no descargue las previsiones que no son nada halagüeñas en lo meteorológico.
Sobre el escenario de este gran evento, bautizado como Grupo Folklórico San Isiadro, 60 años de jota y los que vendrán, serán un centenar los que congreguen sus ganas de folclore y de reencuentro. Algunos de ellos comparten sus afanes joteros en la Rondalla del Bajo Gállego arraigada en Zuera pero que cuenta con músicos y cantadores de Gurrea de Gállego, Villanueva de Gállego, Ontinar del Salz, San Mateo de Gállego y, naturalmente, El Temple. En la cita, volverán los recuerdos de los fundadores, el padre Jesús Aísa (el día 29 precisamente es aniversario de su fallecimiento) y la profesora señorita Celia Ibort, que son idolatrados en el pueblo.
La fiesta arrancará en el mediodía, con una ronda para conmemorar la inauguración del pueblo, allá por 1946, que se inicia desde el punto neurálgico de la localidad, la Plaza Mayor. Protagonismo del Grupo, pero también de los espontáneos que quieran presentarse con sus instrumentos o su voz y contribuir a la fiesta. Retumbarán las rondaderas, los picadillos y otros estilos. A las 14:00 horas, en torno a la mesa, una comida popular en el Frontón cubierto que, tras la buena sobremesa, dará paso a un taller de canto y otro de baile en la Ludoteca. Como se pretende la atracción a todas las edades, a las 19 horas a mover el cuerpo con una "flashmob" y a las 21 horas un festival en el que, durante dos horas, se desplegará todo el arte jotero de El Temple sobre el escenario, viejos joteros, nuevos y prometedores practicantes. Ya en la culminación, a las 0:30 horas, ya pasado el calendario al día siguiente, una discomóvil, pero eso ya lo dejan a los djs los organizadores.
Javi y Vero están tan expectantes como emocionados. Pero, sobre todo, esperanzados porque el gran objetivo, "reflotar el grupo, ya se ha cumplido". De hecho, proclaman que "el grupo de niños ya está completo y muchos otros se están apuntando". Como hace sesenta años, el principio de algo bonito que siempre acaba en amistad y amor por la tierra. A través de la jota, que cuando se templa (tomen la doble intención de la palabra en El Temple) es prodigiosa.