El Colegio Oficial de Enfermería de Huesca ha acogido este viernes un emotivo y también reivindicativo acto, en el que se han concedido las Medallas al Mérito Profesional a Pepa Laclaustra y Carmen Larroche, con motivo de la celebración de la patrona de las enfermeras, Santa Isabel de Hungría. La Facultad de Enfermería ha sido la principal reclamación de las homenajeadas, que también creen necesario líderes de los cambios, retomar la atención a las personas mayores y enfermeras en los colegios.
Un buen número de profesionales han asistido a la celebración, encabezada por la presidenta del Colegio de Enfermería, Carmen Tosat, y con la participación de Luis Alfonso Hijós, presidente de la Comisión Científica del Colegio, Francisco León, exdecano de la Facultad de Ciencias de la Salud de la Universidad de Zaragoza, la vocal del Colegio Carmen Campos y representantes de otros colegios como el de Médicos, Pepe Borrel, de Farmacéuticos, Blanca Chacón, y de Veterinarios, Fernando Carrera.
Durante el acto, se han entregado la Beca EIR a Ana Nicolás Carrillo -que no ha podido asistir- y el Premio Enfermería Joven a Germán Freire Coscullano, quien se ha mostrado agradecido y satisfecho tras el esfuerzo que conlleva el trabajo de fin de grado (TFG). Lo ha recogido de manos de Luis Alfonso Hijós, que ha aprovechado el momento para trasladar a las homenajeadas su cariño. “A mí y a otros nos marcaron. Siempre estáis ahí y os llevo en el corazón”, les ha dicho. Asimismo, ha abogado por la investigación, que es la que tiene que "sentar las bases de nuestra querida profesión”.
Tosat ha tomado la palabra posteriormente para rendir homenaje a Pepa Laclaustra y Carmen Larroche, “personas excepcionales cuya dedicación y pasión han dejado una huella significativa e imborrable en el campo de la Enfermería”.
El Colegio entrega por tercera vez el premio a la Enfermería joven y este año se ha elegido el día de la patrona para otorgar las primeras Medallas al Mérito Profesional a Carmen y Pepa, un “entrañable, sincero, cariñoso y merecido homenaje a dos profesoras que muchas enfermeras mantenemos en el recuerdo -ha confirmado Tosat-. Queremos reconocer el inmenso mérito profesional de estas dos compañeras ejemplares, quienes han compartido su profundo y, en muchos casos, novedoso conocimiento, formando a casi 2.000 enfermeras tanto en pregrado como en posgrado”.
Ha celebrado Tosat que la dedicación de ambas "ha sido evidente en cada paso del camino desde sus primeros días en la Escuela de Enfermería hasta ser referentes y liderar la docencia para la puesta en marcha de lo que fue un ambicioso proyecto de metodología enfermera tanto en el Hospital San Jorge de Huesca como en el Hospital Clínico de Zaragoza y en el Obispo Polanco de Teruel. Por eso, el valor de su ciencia, de su saber y de sus sólidas bases metodológicas fundamentales de la profesión y la importancia de que se hayan extendido más allá de las paredes de la Universidad”.
La presidenta del Colegio también ha valorado la capacidad de Carmen y Pepa de transmitir conocimientos y experiencias, que ha sido “fundamental para el crecimiento y desarrollo de la profesión enfermera en nuestra comunidad. Han creado una red de profesionales altamente capacitados que continúan su legado y contribuyen al bienestar de nuestros ciudadanos”.
“En un mundo donde la compasión, la habilidad y la ciencia se entrelazan, vosotras habéis demostrado ser faros de luz guiándonos a través del complicado laberinto de la atención al enfermo. Vuestra dedicación incansable y la voluntad de compartir experiencias han sido un regalo incalculable para todos los que os hemos tenido cerca”, ha expresado Tosat.
De esta forma, con las medallas el Colegio quiere expresar su profundo agradecimiento “no solo vuestras habilidades docentes y técnicas -les ha transmitido-, sino también la humanidad, la empatía y la capacidad de inspirar a aquellos que hemos tenido el privilegio de aprender a vuestro lado”.
Carmen Larroche ha trasladado el agradecimiento al Colegio de ambas homenajeadas. En su discurso, ha destacado el cambio que supuso para las enfermeras las enseñanzas dentro de la Universidad, “con un nuevo paradigma al modificarse los planes de estudio, que inició un camino imparable; se abrían oportunidades nunca conocidas”.
Larroche ha citado que actualmente la disciplina enfermera es multifacética, y engloba a la persona –“no enfermo”-, entorno y salud –“no hablamos de enfermedad, hablamos de salud, se tiene o no se tiene”-, y se ha referido a los cuidados, “pero no de técnicas exclusivamente, que han cambiado muchísimo y os vaticinó -ha apostillado- que muchas de vosotras dejareis de ver las que hoy estamos utilizando”. “Pepa y yo en nuestro despacho teníamos un cartel que decía: “La utopía es la realidad del futuro”. Ese futuro se ha hecho realidad a lo largo de los años que nosotras hemos ido trabajando, y el cuidado va a seguir modificándose. Para esto necesitamos líderes, líderes preparados, líderes en la Escuela de Enfermería, en todos los medios institucionales, donde tengan que hacerse los cambios. Van a encontrar muchos peros, aunque después tendrán mucha satisfacción porque verán que va a redundar mucho y bien en las personas a las que cuidamos”.
Ha citado que vamos hacia un futuro donde cada vez la soledad es más amplia, las personas están más solas en su domicilio, con cuidadores de otros países que no son expertos en este ámbito. “Esto lo tiene que retomar la enfermería de una forma muy firme, para que se cuide a nuestros mayores”, y -otra reivindicación- “que se cuide a nuestros niños en las escuelas. Esa utopía que es la realidad del futuro en las escuelas; en los colegios tiene que haber enfermeras”, ha remarcado Larroche.
Siguiendo con el futuro, ha reclamado a sus colegas que nunca acaben de avanzar. “Nunca digáis esto se ha hecho siempre así”, sino “esto puede cambiar, debe cambiar”, ha señalado.
En el repaso de las etapas de Pepa y Carmen, ha apuntado que “ha habido sufrimiento, crítica, incluso en un momento la desaparición posible de la escuela, una lucha interminable, pero os puedo decir -ha añadido- que hemos sido muy felices, y eso es lo importante”.
“Ya se ve a la enfermera como un profesional con una función independiente -no del todo aún falta, pero está ahí- y con la posibilidad de utilizar unos recursos docentes, que otros no hemos tenido, para hacer un máster o el doctorado. Es algo que nos llena de ilusión. Os vamos a poner deberes -ha lanzado Carmen Larroche-, no me quiero morir sin ver la Escuela de Enfermería como facultad. Una facultad de Enfermería donde no sólo se haga grado, sino que tengamos pregrado, posgrado, máster y doctorado, y donde los profesionales de enfermería sean los que dirijan los másteres”.
Por boca de Larroche, las homenajeadas han dado gracias a muchas personas, entre ellas enfermeras, a quienes han recibido sus cuidados y los de sus alumnas y “a todos los que nos han entendido -ha añadido- y nos han acompañado, que han sido muchos”, además de a sus familias, a otras escuelas de toda España y “a otras personas que ya no están aquí -ha dicho emocionada- compañeros, amigos y familiares”.
El exdecano de la Facultad de Ciencias de la Salud de Zaragoza, que ha cerrado el acto, se ha unido a la reivindicación de las homenajeadas: “Yo tampoco me quiero morir sin ver esta escuela convertida en una facultad de Enfermería. En aquellos momentos en los que se pensó en cerrar yo estaba ahí y me comí muchos sapos”, ha recordado Francisco León.
Durante su intervención, ha realizado un repaso de la evolución de la profesión, “desde el cariño que les tengo a estas dos personas -ha dicho- a las que no se hace justicia ante la inmensidad de lo que han realizado. Que sepan que yo siempre me he sentido una enfermera adoptada, así que muchísimas gracias y enhorabuena por este merecidísimo reconocimiento”, les ha trasladado en el cierre.