Huesca recibe con los brazos abiertos a los niños y niñas saharauis del programa Vacaciones en paz de Alouda

29 de Junio de 2024
Vacaciones en Paz 2024

La emoción se apoderó este viernes del IES Pirámide de Huesca con la llegada de los niños y niñas saharauis que participan en el programa "Vacaciones en Paz" de la asociación Alouda. Se palpaban los nervios tanto de las familias oscenses como de los pequeños visitantes, especialmente de aquellos que vivían su primera experiencia en España.

Las lágrimas de algunos niños, nerviosos por lo desconocido, fueron calmadas con mucho cariño por el personal de Alouda, quienes se encargaron de crear un ambiente acogedor y lleno de afecto.

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El programa "Vacaciones en Paz" de la asociación Alouda comenzó en el año 2000. Este programa se dedica a acoger a niños saharauis durante los meses de verano, proporcionando una oportunidad para que disfruten de unas vacaciones en condiciones adecuadas y reciban atención médica y nutricional, lejos de las duras condiciones de los campamentos de refugiados en el desierto del Sahara.

Niñas y niños han sido recibidos con gran emoción. Foto Myriam Martínez

A las 8:40, el vuelo que traía a los niños aterrizó en el aeropuerto de Zaragoza y, en torno a las 13:00, se produjo el deseado encuentro, en el salón de actos del centro educativo. Las familias, expectantes, se lanzaron a recibir a los pequeños con carreras precipitadas, abrazos y sonrisas. Los ojos de los niños brillaban de emoción, reflejando la alegría de empezar un verano que, hasta el 26 de agosto, promete ser inolvidable tanto para ellos como para sus anfitriones.

El acto tuvo lugar ante la presencia de algunas autoridades, como la directora de Inclusión Social y Voluntariado, María Charte, la vicepresidenta segunda de la DPH, Celsa Rufas, y la concejala de Servicios Sociales, Marta Escartín, que fueron recibidas por la presidenta de Alouda, Ruth Franco. Con su asistencia quisieron resaltar la importancia de seguir dando visibilidad al pueblo saharaui a través de estos niños, considerados los mejores embajadores de los campamentos de refugiados saharauis.

Los participantes en la nueva edición de Vacaciones en paz de Alouda. Foto Myriam Martínez

Carmen Aznar, responsable del programa "Vacaciones en Paz" de Alouda, expresó su satisfacción con la acogida de este año 2024.  "Estamos bastante contentos porque hemos tenido una respuesta incluso mejor que otros años. Hemos traído a 46 niños, nacidos en el 2014 y 2015, de los cuales 7 tienen discapacidad. Cinco de ellos estarán en un centro y dos irán con familias", comentó con alegría.

Durante su estancia, los niños participarán en diversas actividades. Una de las más esperadas es la visita al festival Sahara Colour Rice, en Campo, el 6 de julio, el último fin de semana irán a Ayerbe y, seguidamente, habrá una fiesta de despedida a finales de agosto. No obstante, Aznar también manifestó sus reservas por la salud de algunos niños. "Nos preocupa la condición en la que llegan, muy delgados y con problemas como anemia. Haremos revisiones médicas y les daremos la atención necesaria".

Los reencuentros han sido muy emocionantes. Foto Myriam Martínez 

Marta Peña, gerente de Cadis Huesca, también destacó la importancia de este programa. "Estamos muy contentos porque cuatro niños con discapacidad estarán en tres de nuestras entidades. Primero en Aspace Huesca, luego en el centro de Valentia en Martillué, y finalmente en el centro vacacional de Isín, de la Fundación Adislaf".

El éxito de este programa depende del apoyo continuo de las familias y las instituciones. Carmen Aznar hizo un llamamiento para seguir colaborando: "Cada año tenemos recortes en las subvenciones, pero hacemos lo posible para traer a más niños", ha comentado, por lo que es fundamental que las familias y las instituciones sigan apoyando este programa, "que realmente vale la pena".

HOMENAJE A ANA Y ENRIQUE

La sorpresa de la jornada llegó cuando Ana Horno y Enrique Guillén recibieron un emotivo homenaje sorpresa de la asociación Alouda en reconocimiento a su inquebrantable dedicación al programa "Vacaciones en paz". En 2003 abrieron las puertas de su hogar y su corazón a numerosos niños saharauis, para ofrecerles un verano lleno de amor y cuidados, y continúan esta labor con el mismo entusiasmo.

Ana recuerda con emoción cómo iniciaron esta aventura solidaria: "Comenzamos con Movimiento por la paz, en Zaragoza. Escuché en la radio que necesitaban una familia de acogida y pensé: 'esta es la mía'. Lo solicitamos, nos la concedieron y desde entonces no hemos dejado de acoger niños. Es una experiencia muy bonita y todos deberíamos pasar por ella". 

Hasta seis niñas y niños han pasado el verano en casa de Ana y Enrique. "Quisiera continuar, y si me necesitan para acoger a algún niño, quiero seguir. Lo necesito", afirma Ana.

Carmen Aznar dedica unas palabras a Ana y Enrique. Foto Myriam Martínez 

 

Acoger a estos niños ha supuesto un cambio significativo en sus vidas. Reconoce que, sobre todo el primer año, no fue fácil, pero después todo ha fluido. "A mí me aporta mucha alegría, mucha ilusión. Los necesito para vivir, me lo aportan todo", comparte Ana emocionada.

La familia de Ana y Enrique también se ha involucrado activamente en este proyecto. "Ellos ya son mayores y viven en sus casas, pero colaboran igual. Mi nieta, por ejemplo, ha venido a recoger a los niños. Nos ayudan y nos apoyan mucho", añade.

La pandemia supuso un reto para el programa, pero Ana y Enrique no dejaron que eso los detuviera. "Durante los dos años de la pandemia, apadrinamos a una niña con autismo y mantuvimos el contacto. Cuando he ido a los campamentos, la he visitado. Es una niña muy alegre y simpática. Seguimos hablando por teléfono y mantenemos una relación muy cercana", explica.

El reconocimiento recibido por parte de Alouda ha sido una sorpresa muy emotiva para la pareja. "No me lo esperaba de ninguna manera. Ha sido muy emocionante y lo he agradecido muchísimo", dice conmovida.

Ana y Enrique son un ejemplo inspirador de solidaridad y compromiso. Su dedicación al programa "Vacaciones en paz" ha cambiado no solo la vida de muchos niños saharauis, sino también la suya propia.

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