Solo un tercio de los españoles sabe realizar maniobras de Reanimación Cardiopulmonar (RCP), a pesar de que 30.000 personas mueren al año por una parada cardíaca extrahospitalaria. Con el objetivo de reducir esta cifra, se conmemora el Día Mundial de la Parada Cardíaca, y en la ciudad de Huesca se ha llevado a cabo este miércoles una jornada de sensibilización e instrucción en la Plaza Santo Domingo.
Durante la actividad, se han realizado talleres de Reanimación Cardiopulmonar (RCP) y uso de Desfibriladores Externos Automatizados (DESA), abiertos a la participación de todas las personas interesadas. Esta jornada, organizada por Cruz Roja, ha contado con la colaboración de la Sociedad Aragonesa de Simulación Aplicada a la Medicina (SASAM), el Colegio de Médicos y el Colegio de Enfermería.
El propósito de la iniciativa ha sido explicar a la población cómo reconocer y actuar ante una parada cardiorrespiratoria en cualquier entorno. Según datos de la Fundación Española del Corazón, cada minuto que pasa sin atención adecuada reduce las probabilidades de supervivencia en un 10%. La Cruz Roja ha recordado que periódicamente organiza cursos de primeros auxilios, RCP y uso de desfibriladores, disponibles en sus distintas asambleas en la provincia de Huesca.
También se ha recordado la importancia de que los desfibriladores estén perfectamente cargados y en condiciones para hacer buen uso de ellos. En la página web del Gobierno de Aragón se pueden consultar todos los puntos de localización en establecimientos no sanitarios.
Mónica Betrán, enfermera e instructura de soporte vital básico, así como miembro de SASAM, ha destacado la importancia de esta iniciativa, señalando que "en España, 30.000 personas mueren al año y es un dato muy importante para intentar disminuir estas cifras".
La especialista ha destacado la importancia de saber cómo actuar en los primeros minutos. cuando ocurre una parada y ha asegurado que la técnica de actuación "es muy fácil".
Finalmente, Mónica Betrán ha indicado que el objetivo es reducir significativamente el número de muertes anuales por paradas cardíacas y ha considerado que si se llegara a los institutos, se podría conseguir "de manera notable".
Betrán ha explicado los eslabones de la cadena que hay que seguir: el primero de ellos es saber reconocer una parada: "Tengo que saber reconocerla, ver si la persona está consciente o inconsciente, si respira o no respira, y saber a quién llamar". Ha señalado que, en caso de emergencia, se debe llamar al 112 o al 061.
El segundo eslabón es realizar compresiones de calidad y unas buenas ventilaciones: Según Beltrán, una buena técnica es clave para mantener a la persona con vida hasta que lleguen los servicios de emergencia.
El tercer eslabón es el uso del desfibrilador, que Beltrán ha descrito como "un aparato muy sencillo". Ha señalado que, con conocimientos básicos, "todo el mundo pierde el miedo y es capaz de utilizarlo".
Por último, ha explicado que el cuarto eslabón corresponde a los servicios de emergencia, quienes "nos van a dar el poder definitivo", pero ha advertido que si los intervinientes no comienzan la reanimación en los primeros minutos, "poco podrán hacer los servicios de emergencia a su llegada".
Beltrán ha destacado que, a pesar del mal tiempo durante la mañana, la respuesta del público había sido positiva: "La gente está respondiendo, preguntan mucho y tienen ganas de saber cómo actuar". Ha recordado que las paradas cardiorrespiratorias ocurren con frecuencia en los domicilios, por lo que "si la persona acompañante no sabe cómo actuar, pocas probabilidades tendremos de salvar la vida".
LA IMPORTANCIA DE SABER
El Día de Concienciación ante la Parada Cardíaca fue creado en 2012 gracias a la Declaración del Parlamento Europeo para establecer una semana europea dedicada a este tema y mejorar la respuesta de la población ante esta problemática. Desde 2018, cada 16 de octubre se celebra el Día Mundial de la Parada Cardíaca, con el objetivo de divulgar la importancia de aplicar la Reanimación Cardiopulmonar (RCP) para salvar vidas en caso de emergencia.
Cada año, en Europa se producen unas 270.000 muertes por parada cardíaca, cifra que aumenta hasta 380.000 en Estados Unidos y hasta tres millones en el mundo en el caso de paradas cardíacas extrahospitalarias. Este problema es la tercera causa de muerte en los países industrializados. En España, según la Fundación Española del Corazón, se registran unas 50.000 paradas cardíacas anuales, 30.000 de ellas fuera del ámbito hospitalario, con una tasa de supervivencia del 10%. Solo un tercio de los españoles sabe realizar maniobras de RCP, y cada minuto de retraso en la atención disminuye un 10% las probabilidades de supervivencia.
Aplicar técnicas de Resucitación Cardiopulmonar (RCP) en los primeros minutos tras una parada cardiorrespiratoria puede duplicar o triplicar las probabilidades de supervivencia. Si el testigo de la parada comienza las maniobras dentro de los primeros 3-4 minutos, las probabilidades de sobrevivir aumentan más del 50%. Comenzar la RCP de inmediato puede multiplicar hasta por tres las posibilidades de supervivencia, llegando al 90% si se realiza en el primer minuto. En cambio, si no se realizan maniobras de RCP hasta los diez minutos, las probabilidades de supervivencia son prácticamente nulas.
En los últimos años, se ha aprendido que la respiración boca a boca es innecesaria e ineficaz cuando la realiza personal no entrenado. Lo más importante es el masaje cardíaco correcto. Este consiste en colocar ambas manos en el centro del esternón del paciente y realizar compresiones hacia abajo, con los brazos extendidos en ángulo recto, comprimiendo el esternón unos 4-5 cm a una cadencia de cien veces por minuto. Las compresiones deben ser rítmicas, regulares y sin interrupciones, manteniéndose hasta que la víctima recupere el conocimiento o llegue la asistencia médica.
Es fundamental que el masaje cardíaco lo inicie la primera persona que presencie la parada. Si se espera a una ambulancia sin actuar, lo más probable es que la víctima fallezca. En muchos países, se han hecho grandes esfuerzos por enseñar estas técnicas de reanimación a la población. En España, se deben enseñar estas maniobras en escuelas, universidades y centros de trabajo para que la población pierda el miedo, ya que cualquier ayuda puede marcar la diferencia entre la vida y la muerte.
El lema del último Día Europeo de la Reanimación Cardiopulmonar ha sido "Tus manos pueden salvar la vida de un ser querido". Por ello, es prioritario que todas las personas sepan administrar compresiones torácicas de calidad y, si están en un entorno con un desfibrilador externo automatizado (DEA) disponible, lo usen para aumentar las probabilidades de supervivencia, que en Europa se sitúan en un promedio del 8%.