Como los Danzantes de Huesca esperan el día 10 de agosto, los Romanos ansían la mañana de Viernes Santo, en la que arropados por multitud de oscenses y visitantes han realizado el recorrido desde la Catedral hasta la iglesia de Santo Domingo y San Martín donde ya montan guardia al Cristo Yacente.
Los équites han abierto la marcha; delante el cabo seguido de cuatro soldados con la enseña y lanzas a caballo. Los siguientes en la escuadra son los de hacha y se completa con los de lanza, que forman un grupo de 18 soldados romanos, además del portador del estandarte y el cabo. Éste último es Pepe Mur, quien momentos antes de iniciar la marcha ha destacado el buen ambiente que existe en el grupo, que vive este día con el peso de la tradición (desde 1865) que existe en Huesca por este acto de Viernes Santo de la Semana Santa.
“Los Danzantes son a San Lorenzo como los Romanos a Semana Santa Oscense”, ha apuntado Mur. Ha explicado que este día es el único del año que sacan sus trajes, porque, aunque han pedido su presencia en actos de algunas localidades, es muy complicado poder acudir”, por toda la parafernalia que utilizan.
Van vestidos con coraza, llevan escudo, lanza y caso. “El traje básico apenas ha cambiado, aunque se han ido introduciendo novedades en las tres renovaciones que se han realizado”, una de las más importantes para los portados la sustitución de la hojalata de las corazas por acero inoxidable muy fino. “Ahora es más liviano, aunque pesa lo suyo -explica el cabo de los romanos de lanza-. Llevamos el peto con las conchas en la parte superior, las espinilleras hasta las rodillas y también acero en los puños, que a veces cuando golpeas con la lanza te pegan en la mano”, describe. A ello se une el casco, “que no pesa mucho, pero al no estar acostumbrado…, cuando llevas un par de horas ya no se nota tanto”, apunta.
Todo ha deslumbrado en esta mañana en Huesca, horas antes del inicio de la tradicional procesión del Santo Entierro, y hasta el sol se multiplicaba reflejado en las armaduras de los romanos. El desfile ha descendido por la calle Santiago y la plaza Lizana hasta el Coso, para realizar todo el recorrido hasta la plaza Santo Domingo.
Principalmente en las Cuatro Esquinas los oscenses se han concentrado para ver a este tradicional grupo de Huesca, un desfile por el centro de la ciudad que, como anticipaba Pepe Mur, “es emocionante, pone la piel de gallina”, ha descrito.